En estos días de Semana Santa existen malagueños (a estas alturas del siglo XXI) que barruntan contra el supuesto complot de los medios de comunicación autonómicos y nacionales, para primar en sus informaciones la Semana Santa ‘del enemigo invisible’, ese que, según otros malagueños, se nutre de los esfuerzos de nuestra provincia para prosperar.
La ‘giralditis’ o reacción cutánea al contemplar por televisión un costalero sevillano, sólo puede curarse con autoestima y para ello, qué mejor que emprender acciones originales que den a conocer no sólo aquí sino fuera de España nuestra magnífica Semana Santa.
Es lo que ha hecho el economista malagueño Nacho Mata. Hombre de trono durante 11 años de la Esperanza que ha montado ‘Málaga Sensaciones’, una iniciativa que quiere mostrar a los olvidados guiris residentes de la Costa lo mejor de nuestra ciudad.
Ya el pasado mes de diciembre, medio centenar de suecos disfrutó del Museo Picasso, el tapeo por el Centro y la profusión de luces de Navidad, un elemento apenas presente en la apagada (y ecológica) navidad sueca.
Pero lo del Lunes Santo fue algo emocionante. Como habrán leído los lectores, 90 residentes en la Costa, entre suecos, finlandeses, noruegos y escoceses se toparon, casi sin previo aviso, con la Casa Hermandad de la Esperanza. Servidor temía que este ‘choque’ entre el esplendor del catolicismo barroco y la austeridad luterana iba a ‘rechinar’ por algún lado. Todo lo contrario, los visitantes se quedaron maravillados y además, no hay que olvidar la importante charla introductoria de Nacho Mata y el segundo de a bordo de la Esperanza, Salvador García Morgado, quienes les expusieron con muy buen tino la importante labor social que realiza la archicofradía en Málaga y el hecho de que toda esa riqueza cofrade dé de comer a muchas familias.
También estuvo apoyando la operación el área de Turismo del Ayuntamiento. La verdad es que los políticos malagueños llevan muchos años mojando pan con aceite en las ferias turísticas de Londres, Berlín y Dubai y han tenido un poco olvidados a los miles de extranjeros que viven en la Costa.
Como esta sección ha recordado alguna vez, el principal obstáculo que encuentran los guiris para visitar Málaga es el cutrerío de sus comunicaciones. Los extranjeros, que no son muy amigos de aventurarse por la noche en coche o en un autobús atiborrado, no pueden cenar en la capital con un horario de trenes tan pobre, además de que el ferrocarril sólo llega hasta Fuengirola.
En cualquier caso, potenciar estas visitas es la mejor manera de que algunos se olviden de comparaciones y conspiraciones. Dar a conocer la Semana Santa de Málaga depende de nosotros.
Abierto a todos
Este sábado y domingo en el Museo Picasso, cuentacuentos y teatro para niños. Los museos dejan de ser mausoleos.