Una plaza abierta, la salida para la calle Los Negros

19 Mar


EQUILIBRIO EN LA BALANZA: Aunque según la RAE un repostero es un paño cuadrado o rectangular con emblemas heráldicos, no hacen falta escudos en los reposteros de Málaga, que sirven para ‘crear ambiente’ de Semana Santa. Gracias al trabajo municipal, los damascos ya cuelgan en los balcones de la calle Larios. En cierta manera es una forma de ‘equilibrar’ la balanza estética, pues en la plaza de la Constitución al peatón le aguarda un mecano semioxidado y falto de proporciones. Así somos. Foto: CARLOS CRIADO

Cojan a familias conflictivas y mezclenlas con familias ‘normalitas’ en una promoción de casi cien viviendas sociales con aspecto de fortaleza inexpugnable en el corazón del Centro Histórico de Málaga. Este experimento absurdo, forjado hace una década por alguna mente calenturienta de la Junta, lleva muchos años siendo un polvorín social.

Los ases de la administración autonómica pasaron la patata caliente al Instituto Municipal de la Vivienda, que trata de gestionar este desaguisado en el que se mezclan la venta de drogas, la cría de gallos y la presencia de mujeres maltratadas (qué peor sitio que este para comenzar una nueva vida).

Hace unas semanas, fue rechazada una moción del concejal socialista Rafael Granados para reforzar la seguridad en este reino de Taifas.Un portavoz de los vecinos, que por su seguridad prefiere no dar el nombre, destaca que en esta promoción la vida se rige por ‘la ley de la cárcel’. Y estamos hablando de unos bloques casi a la espalda del Teatro Cervantes. “No somos personas libres”, destaca.

El mayor problema son las rejas que cierran el acceso a la promoción de viviendas y que provoca que la Policía Nacional no entre, cuenta este vecino, y tampoco asoman los servicios municipales, así que algunos vecinos pagan a un hombre para que retire algo de la basura que se acumula hasta límites incivilizados. El servicio de Correos tampoco brilla por su eficacia y se reparte cuando hay ‘suficientes’ cartas.

Al ser un recinto cerrado, los bloques están mucho más aislados y sin servicios básicos. El Ayuntamiento llegó a barajar la idea de retirar las rejas, convertir el amplio patio en plaza de Marisol y hacerla peatonal, pero se opusieron vecinos, que quizás prefieren vivir en este ambiente de impunidad.

Y sin embargo, permitir que entren las fuerzas de seguridad y los servicios de limpieza pasa por quitar las verjas de entrada de calle Los Negros y las del cruce de la Cruz Verde con calle Frailes. Si el Ayuntamiento no ‘hace suya’ la promoción y la ‘incorpora’ a la ciudad, este gueto de la Junta seguirá por los siglos de los siglos y la buena gente que soporta las intimidaciones de una minoría tendrá que aguantarse.“Si no hay un municipal que pueda entrar, ellos se sienten seguros, si se quita la verja habría una mejoría notable”, explica este vecino. ¿Alguien se atreve a recoger el guante?

Reconversión

Con tanta melodía de la Madre Rusia y tanta música de ‘El Padrino’, resulta hasta innovador escuchar a un guitarrista por las calles de Málaga tocando flamenco.Ocurrió esta semana en la calle Santa María, una soleá delante del Sagrario. Desde el punto de vista económico, seguro que tocar flamenco en Málaga resulta más rentable que interpretar ‘Ochi chornia’ con un acordeón. Los turistas, al menos, es lo que esperan. Con esta crisis ¿habrá también una reconversión de los músicos callejeros?

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