Preparación dictada.

22 Sep

El Unicaja ha resuelto en Singapur, al igual que el año pasado, el primer compromiso oficial de la temporada, venciendo en la Copa Intercontinental de la FIBA por segunda temporada consecutiva y ampliando a once el número de títulos del club.

Jugar allí al principio de la temporada es algo que cómo dijo el presidente Antonio Jesús López Nieto, es obligatorio por haber sido campeón de la FIBA BCL el pasado curso, seguro que tendremos cada uno la opinión particular sobre tener que articular la preparación de la temporada sobre una serie de partidos a miles de kilómetros de Málaga, con rivales de una calidad bastante opinable, pero es algo que viene de la estrategia de competición continental elegida por el Unicaja hace tres temporadas.

Tenemos el primer título de la temporada, que será atesorado por algunos, y ninguneado por otros, da igual que sean de Málaga o de fuera, se consideren cajistas o no, lo cierto, es que, al igual que la FIBA BCL de manera muy diferente a la Euroliga termina hipotecando la temporada entre rivales y viajes, teniendo cada cosa su incidencia en la liga nacional, hay que cumplir con obligaciones contractuales, que, entre otras cosas, obliga al viaje a Asia.

Lo mismo, haber jugado esta semana pasada ante Río Breogán, Casademont Zaragoza y BAXI Manresa, por ejemplo, hubiera sido más provechoso para el crecimiento del equipo, es algo que pertenece a la hipótesis, aunque tengo la sensación que la preparación del Unicaja de la temporada 2024/25 fue diferente con respecto a la de la 2025/26, aunque se repita casi el mismo número de partidos, el orden en el calendario de la Copa Intercontinental y, acto seguido, la Supercopa ACB como previa inmediata al inicio de la liga.

Entre el cambio de piezas sensiblemente importantes en el plantel de Ibon Navarro, así como la necesidad de integrar a los nuevos en el equipo de manera relativamente rápida, veo a un Unicaja en diferente situación.

Ahora, con la Supercopa ACB este fin de semana en Málaga, las ganas del aficionado malagueño de ver ganar una final en la cancha local al Unicaja puede ponernos todo lo emocionados que se quiera, pero lo importante va más allá de lo que se juega en septiembre, aunque sean torneos oficiales.

Lo que ocurre, es que si el Unicaja llega a perder un partido en Singapur, da igual contra quién, cosa que como es deporte también puede producirse, algunos hablarían de ridículo histórico, y quizá lo mejor sea no irse a los extremos, ni perder allí sería eso, ni ganarlo se puede poner como objetivo estratégico en la preparación del equipo.

Y gran parte de lo mismo se puede aplicar a la Supercopa ACB, ya saben eso de si se gana está todo perfecto, y si se pierde es poco más o menos que un torneo veraniego, cosa que al fin y al cabo era de lo que lo tildaban hasta que llegó el momento que las secciones de los equipos de fútbol se lo tomaron como una oportunidad de hacer “temporadas históricas” o ir colocándolo como el primer escalón para ganar al “encarnizado rival” en el curso.

Así que tocará tener un poco de paciencia, pensar que es mejor ir viendo cómo es la integración de los nuevos en el grupo, y afrontar una temporada que va a ser muy complicada, sobre todo porque el nivel de los rivales de la clase del Unicaja está más arriba.

En otro orden de cosas, hace muy poco se ha comunicado que Chus Mateo sustituirá a Sergio Scariolo en el banquillo de la Selección Nacional de España hasta 2029, ojalá tenga mucha suerte, porque será la de todos nosotros, lo va a tener muy difícil, primero, porque entre perfil bajo y ponerlo a la misma altura que Juan Antonio Orenga, lo que haya podido hacer se le va a considerar regalado, va a tener que pelear con las odiosas comparaciones, además muy injustas, ya que no hay punto de comparación en los jugadores de entonces y los que hay ahora, no sé y desconozco el límite de rendimiento que pueden dar los jóvenes que tan bien lo hacen en categorías inferiores, pero que ahora con la obligatoriedad de rendir al máximo nivel sin el paraguas de la edad, habrá que pedirles a todos el máximo, ver cómo son en las relaciones con sus equipos, qué tal les sienta llegar al profesionalismo y cómo son capaces de convivir con la exigencia que la competición y los rivales que tengan le pongan delante en el día a día, por eso, ojalá todos tengan suerte, sería lo mejor.

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