Con ganas de alargarlo.

2 Jun

Pues ya hemos llegado, ya está aquí el playoff. Se acabó el viernes la liga regular con el partido intrascendente ante el Joventut de Badalona, y dio paso a la última fase de una temporada que, ocurra lo que ocurra en las eliminatorias por el título de Liga ACB, tiene ya espacio propio en la parte más brillante de la historia del Unicaja.

La forma de gestionar la fase regular, la que ha puesto en las vitrinas cajistas los cuatro títulos disputados hasta hoy, ha traído que, junto con la actuación de los rivales, el equipo de Los Guindos al ocupar la parte menos “amable” del cuadro (al menos en nombre de los contrarios), se encuentre con el FC Barcelona en la eliminatoria de cuartos de final, aquella en la que tiene menos carga de importancia la ventaja campo, que está de parte local.

Por eso se antoja crucial el partido de hoy, tradicionalmente, la igualdad del playoff entre cuarto y quinto clasificado se eleva al ser la única que se juega a tres partidos como máximo, mientras que las de semifinales y la final, al ser a cinco partidos, suelen minimizar el factor sorpresa, algo que tampoco es absoluto, sólo hay que remontarse al pasado curso para recordar la gran actuación del UCAM Murcia viniendo como quinto clasificado y que dio buena cuenta tanto del Valencia Básket como de nuestro Unicaja.

Datos históricos que sirven para alimentar alguna tertulia, como aquellos que dicen que el Unicaja nunca le ha ganado un playoff al equipo catalán en la Liga ACB en la decena de veces que se enfrentaron, o el que recuerda que en la Euroliga de 2007, el Unicaja obtuvo el billete a la Final a Cuatro de Atenas ganando una serie a tres partidos al mismo rival, con el desempate en Málaga.

Sustancialmente queda historia, recuerdos, datos, pero los que se van a jugar desde esta noche el avanzar a las semifinales ACB no tienen que ver con los que libraron aquellas batallas, mucha más importancia tendrá el estado de forma, el consumo de energía que hayan tenidos ambos planteles durante la temporada, la capacidad de gestionar las complicaciones que aparece, y al fin y al cabo lo de siempre: ser todo lo bueno que se pueda, mientras que se procure minimizar las fortalezas del rival.

¿Esto qué nos trae?, a estas alturas, y mucho más con un rival tan conocido como es el equipo de Joan Peñarroya, entre lesiones y el ahora famoso problema con la NCAA, se ha visto privado de Nico Laprovittola, Juan Núñez, Chimezie Metu, Dame Sarr e incluso Raulzinho Neto, fichado como solución para las ausencias y que concluyó su estancia en el Palau con siete minutos jugados en dos partidos.

No sólo los mencionados han tenido problemas, de hecho, tanto Jan Vesely como Álex Abrines llevan apartados de las canchas desde hace tiempo, aunque el trabajo de los médicos y fisios está siendo para intentar que formen parte de los que salten a la cancha esta noche.

Que la rotación de los azulgrana se haya reducido puede resultar algo que le quita incomodidad a la gestión del entrenador, porque simplifica bastante, además, le aumenta la responsabilidad y la importancia que va a reconocer personalmente cada jugador en cuanto a su función con el equipo, además, tras el mal resultado que fue caer eliminados en la primera eliminatoria de la Copa del Rey, el equipo, sabedor de que no iba a haber fichajes (en parte por los desastres que supusieron la llegada de Neto y la no llegada por “aclamación popular” de Heurtel), refuerza la posición de los jugadores, y de hecho cumplieron perfectamente en su papel en la Euroliga, llegando al último partido de su eliminatoria, y con opciones de sacar al Mónaco de la Final a Cuatro de Abu Dhabi.

No obstante, tener que alargar casi de manera permanente eso de recurrir a la épica en cada actuación no sé si será posible mantenerlo como algo positivo, o terminará haciendo gripar la maquinaria.

Así pues, un rival que tiene de su parte la historia, el presupuesto, los objetivos fijados de antemano y el estatus en la competición, al que se va a oponer un Unicaja en uno de los mejores momentos de la temporada, porque veo al grupo que entrena Ibon Navarro en el mejor momento del año, con una solidez y un momento de juego que le hace merecedor de todas las garantías.

Como he mencionado arriba, va a ser una eliminatoria muy abierta, con dos equipos que se merecen todo el respeto por parte del rival, y que seguro que nos darán el mejor de los espectáculos. Con la confianza de hablar la semana próxima de una semifinal con el Unicaja en liza, disfrutémoslo.

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