Ahora que viene la Copa del Rey de Gran Canaria, te da por pensar mínimamente y está más que bien normalizar que el Unicaja está otra vez en el torneo de febrero, algo que por otro lado no es sino tirar de la lógica normal, de estar en el sitio que al club le corresponde y que va de la mano de la inversión y de los objetivos marcados.
Es curioso, pero este año, en el que el equipo de Ibon Navarro se ha metido en el corte previo al sorteo como el mejor equipo de la Liga ACB, llegamos con menos sensación de dominio que el año pasado, sin ir más lejos.
Pese a que la tradición nos habla de la Copa como del trofeo por excelencia para que se produzcan las sorpresas, y que a un partido único se dé la posibilidad de que el estatus de los favoritos se vea alterado, el caso es que al final, en la mayoría de las ocasiones, nos tragamos el enésimo mal llamado ‘clásico’” entre Barça y Real Madrid. Ojalá no sea así este próximo domingo en Las Palmas.
¿Que el Unicaja lleva sello de favorito en el partido del jueves ante el Joventut?, pues sí. Da lo mismo cómo lo pongamos, incluso sacando el tema de los cabezas de serie y demás, la trayectoria y la historia reciente, y aún teniendo en cuenta que estos pronósticos valen sólo para que al día siguiente te lo echen en cara algún que otro indignado, de los que moran cualquier esquina. Estamos acostumbrados a que se rechace de plano, pero, aunque no creo que el Unicaja vaya a tenerlo fácil frente al Joventut, sigo apostando por el equipo malagueño como favorito para su partido de cuartos.
En contra del Unicaja va a ir la versión del Unicaja que hemos visto algunas veces este año. Ese equipo que anteriormente, al menos de puertas para afuera, era capaz de tratar a todos los rivales de la misma manera, con independencia de si fueran el Heroes den Bosch o cualquier equipo de Euroliga. Que usaba poco eso de «economizar esfuerzos» y que daba poco margen a que un rival resurgiera sólo porque se le diera permiso. Cierto que los años pasan, pero el que se enfrentaba al Unicaja necesitaba hacerlo tremendamente bien y que los de verde no estuvieran acertados.
Con independencia de lo indicado, algo que a buen seguro se intenta minimizar desde el cuerpo técnico para no repetir los partidos que tenemos en mente, el Joventut ve como una gran oportunidad el encuentro del jueves, sobre todo porque su apuesta de una temporada con ACB, Eurocup y Copa del Rey se ha torcido pronto en Badalona por un mal inicio en la competición continental, que los dejó pronto sin opciones de continuar. Al final, con un par de retoques en la plantilla (Van der Vuurst y Gates, fuera; Oni y Dekker, dentro) y el entendimiento en el juego entre la cancha y el banquillo, los verdinegros tienen poco que ver con el equipo que se enfrentó al Unicaja en noviembre.
Esa conjunción de muy veteranos, expertos y jóvenes está dándole resultado a Daniel Miret, habiendo ganado ocho de los diez últimos partidos disputados en ACB.
Hablar de los peligros que puede entrañar Ante Tomic, recién nombrado MVP del mes, es ser un poco absurdo, o no pensar en la aportación de Pustovyi y lo mal que suelen dársele los pívots grandes a los interiores cajistas. Pero también no meter a Dekker, jugador fuera del radar habitual del Joventut por el tema económico, o no valorar a la gente de la casa o al trío exterior de americanos, sería un pecado que no debe cometer nadie.
El sentimiento más o menos general nos deja que, a pesar de no ser el de años anteriores, el Real Madrid es el cabeza de serie que está por encima del resto. Mucho o poco, pero lo está. Seguro que en Badalona 2023 también estarían en esa idea. Ese ejemplo del torneo de 2023 es el ideal, pensar que todo puede ocurrir, hasta lo mejor que se nos pueda pasar por la cabeza.
¿Por qué no puede pasar algo bueno? No hay equipo para ganar sin rendir a tope cada uno de los 40 minutos de cada partido, pero sí que lo hay para aspirar al triunfo. Si la ausencia de Melvin Ejim va a tener trascendencia o no, se verá más adelante, pero la falta del canadiense, pese a sus parca incidencia estadística, será algo que entre Kameron Taylor, Jonathan Barreiro o Nihad Djedovic deberán arreglar. La batería exterior, esa que tanto produce entre Kendrick Perry, Tyson Carter, Tyler Kalinoski y Alberto Díaz generará en ataque, pero sobre todo, defensivamente, debe traer de vuelta esa versión de rapidez de manos, ritmo frenético desde el primer bote del equipo contrario, y llevar toda la iniciativa aunque estén atacando.
Por dentro, ese problema al que se refería Ibon sobre la gestión de siete interiores tendrá un compromiso real a la hora de dejar fuera de la convocatoria, pero entre Dylan Osetkowski, Tyson Pérez, David Kravish, Yankuba Sima, Killian Tillie y Olek Balceroswki forzosamente tiene que haber algo que resulte suficiente para plantarle cara a los rivales.
Entre los miedos propios y lo que hemos visto recientemente, puede que nos estemos quedando con una visión desvirtuada. Porque si tenemos dudas sobre quedarnos con el Unicaja que se enfrentó a Valencia Básket o al Baskonia, o con el de Bàsquet Girona o Río Breogán, no sé qué pueden pensar en Valencia, tras ser -en mi opinión- el equipo más completo de la primera parte de la temporada entre Europa y España, y caer de 20 el último partido frente al Barça. Un Barça, por cierto, que ha sido borrado por deméritos propios de las listas de aspirantes al título como si a los de Joan Peñarroya se les hubiera olvidado ganar.
O qué me dicen del anfitrión, que aquí en Málaga dio buena cuenta del Unicaja y no pudo cerrar el partido frente al MoraBanc Andorra de Joan Plaza. ¿El Manresa que ha ganado a Unicaja, Valencia Básket y Barça da miedo?… pues no se ha clasificado como cabeza de serie. Y La Laguna Tenerife juega de memoria, pero ha perdido contra cinco de los siete clasificados.
Pensando en cualquiera de los siete posibles rivales que puede tener el Unicaja de aquí a la tarde del domingo, seguro que hay presentaciones en las que los imaginamos como Darth Vader avanzando por La Estrella de la Muerte, o aparecen como tiernos y dubitativos cachorritos de vídeos de alguna red que quiera prohibir Elon Musk, que es quien manda.
¿Qué se va a encontrar Unicaja? Creo que lo mejor es pensar qué Unicaja es el que se van a encontrar ellos.