Las dificultades habituales.

20 Ene

Con el partido del pasado sábado contra el Valencia Básket se ha llegado al final de la primera vuelta de la ACB. O sea, al anteriormente dramático (para el Unicaja) corte para la Copa del Rey y al cierre de algo que antes se nos vendía como un objetivo a conseguir y como un éxito cuando el equipo se metía para no tener vacaciones en febrero.

¡Qué pesado!, ¿no? Puede ser, pero como no hace tanto tiempo, me llama la atención que muchos hayan olvidado tan repentinamente parte de la historia reciente, aunque no pensar que este progreso o esta «vuelta a la normalidad» conlleva mucho trabajo detrás, es un error.

Para que no sea Ibon Navarro el único haciendo el trabajo de bajar a la tierra al resto del mundo, aparte de la circunstancia ya sabida que ser campeón de la primera vuelta no te concede nada más allá de jugar el jueves en Las Palmas, habrá que ver cómo va evolucionando el equipo para afrontar el cambio de exigencia que se le viene ahora. Cómo va a recuperar o adaptarse a los jugadores lesionados y su reintegración en el equipo o cómo va a intentar repetirse para llegar a los momentos clave con la dureza y la solidez necesaria. Todo ello, naturalmente, mientras se reza para que no llegue la sanción para Dylan Osetkowski, porque ya no toca.

Me explico, el año del cambio radical del grupo, con el gobierno del entrenador alavés desde el inicio, y la llegada del grueso de la plantilla actual, tuvimos la sorpresa de la Copa del Rey y la Final a Cuatro de la FIBA BCL.

En Europa estuvo el problema de no gestionar bien la presión de ser favorito, mucho más en Málaga, y ante un equipo que el gran público no daba como aspirante a nada que no fuera quedar eliminado en las semifinales.

En Badalona, sin embargo, no se iba de cabeza de serie y lo de la «fortuna» en el sorteo le faltó colocar sólo a la Estrella de la Muerte en el camino hasta el título.

Al paso del tiempo, la temporada siguiente, había cierto conjuro para arreglar el tema en la competición continental, cosa que se solventó con una suficiencia que no hizo más que refrendar que, o se arregla esa sinrazón que gobierna las relaciones FIBA-Euroliga o se corre el riesgo que la gente se aburra, por mucho que sólo se haya ganado un título y se hayan jugado dos Finales a Cuatro.

Este año, se ha repetido el buen funcionamiento en el primer tramo de las competiciones en liza, y ahora, cuándo aún no sé el resultado del sorteo de la Copa, los posibles rivales cajistas son el Joventut, BAXI Manresa, Dreamland Gran Canaria y Barça. Todo muy bien, dos de los tres equipos que han derrotado al Unicaja este año, uno de los futboleros que tiene que hacer algo bien de una vez para no prolongar la agonía en todos sus aspectos, y un Joventut que va a ir de tapado en el momento que mejor están jugando esta temporada.

Eso sólo sin meter a los otros tres cabezas de serie, aunque tampoco era cuestión de buscar un sorteo beatífico como el de la edición 2020, en la que se entró por ser anfitrión y teniendo como rivales a Casademont Zaragoza en cuartos y ql MoraBanc Andorra en semifinales. Creo que ahí se agotó la suerte inmerecida.

Ahora, habrá que ver quién toca, elucubrar todas las posibilidades del mundo y discutir si favoritos en grado uno, máximo, o simplemente valorar al rival y respetarlo, que de eso se trata.

Y como el respeto hay que tenerlo con uno mismo para empezar, a todo lo bien que se están haciendo las cosas ahora, no olvidemos ni los fallos anteriores que llevaron a épocas tremendamente oscuras, o el tiempo en el que el club estaba entre los mejores del continente.

Porque ahora, al celebrarse las bodas de plata de la Euroliga moderna, tenemos la posibilidad de elegir entre cien jugadores, a los veinticinco mejores. Y entre esos 100, hay nueve con pasado cajista. Jorge Garbajosa, Marcus Brown, Krunoslav Simon, Terrell McIntyre, Erazem Lorbek, Louis Bullock, Giorgos Printezis, Mathias Lessort y James Gist aparecen en ese listado, algunos con mejor recuerdo que otros en su paso por el Unicaja. Otros, que no hubiera pasado nada si sólo hubieran venido a hacer uso de la hostelería de aquí, pero fueron parte del club, y por lo tanto, de su historia.

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