Con un breve avance en enero, tras acabar las vacaciones de Navidad, en nuestro deporte tenemos los finales de las primeras fases de las competiciones. En la Liga ACB, estamos a una jornada del corte clasificatorio para la Copa del Rey de Gran Canaria, y en las competiciones europeas, en la que atañe a nuestro Unicaja, fruto del buen trabajo propio (y del nivel de los rivales), se disfruta de un mes de sólo un partido por semana hasta el comienzo del Round of 16, al haber evitado el molesto y peligroso, Play In que juegan ahora 16 equipos en busca de las 8 plazas todavía vacantes.
En la competición nacional, este fin de semana vamos a disfrutar del mejor partido que se puede ver en la Liga, con la visita del Valencia Básket al Martín Carpena. El líder de la competición, aunque de momento no tenga nada ganado, pasa junto al de Ibon Navarro, por ser los dos mejores equipos de esta temporada.
Desde mi punto de vista, entre lo que llevamos visto este año y lo que tenemos en puertas, sería suficiente para hablar solo de eso hasta que se lance el balón al aire el sábado, pero nuestro deporte se ve salpicado por factores externos al mismo.
En el caso del baloncesto, ya es complicado lidiar con los problemas que atañen a los equipos de fútbol que salpican a sus secciones en nuestro deporte, es que además hay que intentar sobrevivir a los propios.
Esta semana, mucho tiempo después de que ocurriera la incidencia, se ha hecho público el dictamen sobre la reclamación del Canarias tras el Valencia Básket-La Laguna Tenerife de la jornada sexta y que por culpa de los hechos dramáticos de la dana que sufrió la región valenciana se jugó el 13 de diciembre, en lugar del 2 de noviembre.
Es público que el equipo canario firmó el acta bajo protesta tras caer derrotado por 96-81, con el argumento que Amida Brimah ya disputó el partido de esa jornada con su equipo de entonces, el BAXI Manresa, frente al Unicaja en la recordada primera derrota de liga.
Hasta dónde se sabía, era algo notorio que un jugador no podía disputar un segundo partido en una misma jornada si ya lo había hecho. Ahora, con la aplicación en la sentencia del Juez Único del artículo 43.f del Reglamento Disciplinario de la FEB, se le da la razón al equipo de Pedro Martínez, algo que ya ocurrió el día del encuentro, ya que el sistema del acta electrónica de la mesa de anotadores validó como correcta la licencia del jugador de Ghana.
Como consecuencia directa, la clasificación sigue de la misma manera, y sustancialmente no hay mucho más, pero lo que trasciende es que la credibilidad de la competición queda tocada. Leyendo por ahí (aunque seguro que hay alguno que por ser más valencianista que el dueño, piense que va a heredar la cadena de supermercados), todo el mundo, tirando de sentido común daba como válida y razonable la reclamación aurinegra, pero la interpretación de la norma lleva esto a otro sitio.
Extrañaba mucho que un error tan claro fuese cometido por una institución tan profesional y con tan buena trayectoria como el Valencia Básket, pero ahí queda. Aunque no va a arrojar el mínimo atisbo de duda, el líder de la ACB es quizá el equipo en mejor forma de la competición, y como club, si en lugar de estar en España estuviera en cualquier otro sitio, sería Euroliga sin dudarlo.
El flaco favor que se hace con la resolución del caso Amida Brimah, se une al de Dylan Osetkowski y su «presunto» positivo en sustancias no permitidas. Si me parece mal tardar mes y algo en un dictamen que atañe a la liga, que lo del jugador de California vaya camino del año es una broma de mal gusto.
Y es que tengo mis serias dudas en que la explicación que venga de la mano del dictamen sobre esto último el día que se produzca vaya a ser convincente, porque cualquier equipo que haya sido derrotado por el Unicaja desde el día que apareció el positivo, tiene todo el derecho del mundo a sentir que sus intereses deportivos han sido agraviados.
Mucha gente no tiene conciencia del tema porque, o se acercaron a nuestro deporte tarde u ocasionalmente, o simplemente nacieron más tarde, pero la ACB nació a principios de los 80 porque los equipos querían gestionar directamente su competición al margen de la FEB. Porque sentían que no se velaba correctamente por sus intereses, lo mismo con el paso del tiempo, las actualizaciones no llegan todo lo rápido que el paso del tiempo conlleva.
De todas formas, como suelo decir, nuestro deporte es tan grande, que se sobrepone a todas las torpezas de sus dirigentes. Por eso, disfrutemos del mejor partido que se puede ver en la mejor liga nacional de nuestro continente, un partido que nuestro Unicaja juega por derecho propio.