Con la llegada del año 2025, el Unicaja ha tenido que disputar dos partidos en menos de cuarenta y ocho horas para terminar obteniendo la clasificación para la Copa del Rey de Gran Canaria del próximo febrero.
Si nos quedamos con lo último, el Unicaja realizó sendos partidos tremendamente serios ante UCAM Murcia y Casademont Zaragoza para cerrar definitivamente uno de los objetivos (otro más) de la temporada en curso.
Con las dos victorias, el equipo de Los Guindos suma una docena en la Liga ACB y seis triunfos más en la FIBA BCL, si añadimos los cinco de las otras dos competiciones oficiales -Intercontinental y Supercopa-, tenemos veintitrés partidos ganados de veintiséis disputados. Además de añadir ya dos títulos este curso, menores, sí, pero dos títulos.
Que sí, que aún queda mucho tiempo para disputar los tres trofeos que quedan en liza, que puede ocurrir de todo, pero no me parecería justo valorar que el trabajo que se está haciendo desde hace un tiempo es el correcto, mucho más si recuerdo tiempos relativamente cercanos, con los condicionantes de cada momento, pero a mi modo de ver, el correcto.
Lo cierto es que las consecuencias de estar rindiendo bien desde pronto en la temporada son palpables, y sólo hay que mirar los problemas de equipos Euroliga como FC Barcelona y Baskonia, o el mismo subcampeón del pasado año, el UCAM Murcia, a la hora de ir cuadrando los objetivos a cumplir, ya que de entrada, la hipotética no participación en el torneo de Gran Canaria no es nada justificable para ninguno de los mencionados.
Tendría que incluir aquí como positivo, el haber cerrado sólo con victorias la primera fase de la BCL, con lo que se evita el estar jugando esta y las dos próximas semanas el molesto y peligroso play in para clasificarse para la siguiente ronda, con los consiguientes viajes, de momento, hasta final de mes, se reduce a un solo compromiso por semana el calendario de los de Ibon Navarro.
Repasando los últimos partidos del equipo, el entrenador vitoriano hablaba de punto de inflexión a partir del encuentro ante el Baskonia, de remontar en el rendimiento, tras la pretemporada tan atípica en cuanto a tiempo de preparación antes de partidos oficiales, pero de momento, sin haberse alcanzado todo lo bueno que se espera que dé el equipo, está bastando con suficiencia para estar arriba y resolver los problemas que se van planteando.
Con todo, no podemos perder de vista que aún está pendiente de resolverse, o mejor dicho, de recibir el dictamen sobre el positivo por dopaje de Dylan Osetkowski, algo que no se ha olvidado por aquí, y que tampoco es necesario que nos recuerden por ahí fuera, ya somos adultos y tenemos claras las tareas pendientes.
Aunque con el tema del jugador californiano, paradójicamente no sólo le ha venido bien al club, sino que también a la selección de Alemania, ya que, en el caso de su país de pasaporte, ha aportado lo suyo para la clasificación de los campeones mundiales para el Eurobásket próximo, que ya me dirán si no hubiera chirriado que el campeón del mundo no pudiera jugar el campeonato de su continente, pero de la FIBA y su normativa hablamos.
En el caso del club malagueño, tanto Tyson Carter como Dylan Osetkowski estaban señalados como posibles salidas este verano pasado, en el caso del primero, se resolvió, al menos de momento, pero si hablamos de este último, estaba tan claro que, además de contar con el hipotético repuesto, Killian Tillie, no sé yo si tenía encargada la mudanza camino de Barcelona.
Lo cierto es que la posible sanción y la demora en el anuncio de ésta, ha jugado a favor de la presencia del estadounidense en Málaga, cierto es que ha tenido días en los que parecía que estaba más en cuerpo que espíritu (tomo prestada la frase de Ibon Navarro), pero es un lujo tenerlo para que aparezca y decida algún que otro encuentro, siendo un castigo para los rivales.
Como en algún momento se sabrá qué ocurre con el jugador, y como tampoco es descartable una salida que sería un problema con el que está claro que habrá que lidiar en el momento que se produzca, de momento, habrá que seguir disfrutando y aprovechando el concurso, uno de los factores importantes en el rendimiento del grupo. Pasémoslo bien.