Una de las cosas que nos hemos encontrado este verano con nuestro Unicaja, es que el periodo entre temporadas es muy diferente de lo que habíamos tenido, nos habíamos acostumbrado, aquí en Málaga, cambiar a casi toda la plantilla era algo más que habitual, reemplazar a pocas piezas por el éxito en el curso anterior, también, no muchas veces, pero algo podía ser. Ahora, lo que nos hemos encontrado en Málaga es algo novedoso.
Y es que esta moda nueva de ir cambiando conceptos de plantilla no terminaba de estar en la baraja de opciones, por regla general, si la opción A no salía, se iba a por la opción B, o la que terminara cuajando, pero siguiendo un patrón definido, cosa que ahora, por culpa de los vaivenes que el mercado le ha pegado al club malagueño, se ha terminado cambiando.
De entrada, vamos a ir cambiando el concepto que había sobre el plantel que va a manejar Ibon Navarro para la temporada 2024/25, pese a tener sólo dos salidas: Will Thomas y Augusto Lima, dos salidas que tampoco pueden verse como extrañas, una por la edad que empujaba casi a la retirada de nuestro deporte en el caso del jugador de Baltimore, y en el caso del pívot, que no haya tenido continuidad en el juego por el tema lesiones, dependiendo tanto del físico, y con lo complicado que es volver a meterse en dinámica de un grupo con un rendimiento firme y exitoso, el concepto de juego tiene que ir por otro lado, me explico.
Si como se espera que pase, Killian Tillie, pasa con éxito el reconocimiento médico, alguno puede decir en plan simple: Tyson Pérez por Will Thomas, y el francés por Augusto Lima, pero claro, eso sería simplificar, cosa que nos encanta, pero que distorsiona la visión real.
Lo que va a dar Tyson Pérez no se va a parecer a lo que daba Will Thomas, el dominicano es muy intenso, mejor reboteador -sobre todo en cantidad-, capaz de pelear por todo tipo de balones, y en lo amplio del concepto: un peón más que valioso en el rendimiento del equipo en el momento que esté integrado en el grupo. Ahora bien, ese saber estar en cancha, un juego en el poste bajo que no se va a encontrar en cualquier repuesto que se firme y una ascendencia con el grupo que ahí quedaba.
En el caso de Lima, más de una opinión dirá que cualquiera va a mejorar lo que aportó el último año, y con eso de lo que pudo ser y no fue en el caso de Olek Balcerowski, sobre todo por ser un jugador interior contrastado, con el añadido de ocupar plaza de jugador de formación local. Con el enredo del no fichaje del polaco por quedarse en Panathinaikos, que parece que va a fichar a otro jugador como Omer Yurtseven, que a priori va a estar por delante de él en Atenas.
Unicaja, con esa circunstancia redirige el fichaje con un jugador que lleva sin jugar dos años, que sería NBA sí o sí, pero que por el tema lesiones lo pone en un escaparate muy determinado: para poder enderezar su carrera, tiene que ir a un equipo que no esté en la primera línea (llámese Euroliga), que realice una apuesta tremendamente arriesgada, porque el papel de Killian Tillie en Unicaja no va a ser el mismo si fichara por Olympiacos o Maccabi, y aquí en Málaga, la necesidad de que rinda y se integre en el grupo más pronto que tarde, es importante, todo ello, siendo un jugador que puede asimilarse al presunto infractor (todavía) Dylan Osetkowski.
De fondo, y más por el tema administrativo que otra cosa, el caso de Mario Saint-Supéry seguro que ocupará alguna que otra tertulia, con el tema cupos que va a tener en el filo de la navaja una y otra vez el tema convocatorias al equipo, por otro lado, si tenemos en cuenta que este año, lo mismo habría que contar como fichajes a Dylan Osetkowski y a Tyson Carter, que por rendimiento y precio para los equipos grandes del continente, podrían haber salido.
Si el tema mental de los que se han quedado (que en el caso de los dos mencionados, es más que importante), y el crecimiento esperado del chaval en Manresa cumple con lo que se espera en el club, lo mismo para la temporada próxima no nos importa si se va tal o cual jugador exterior porque su sitio lo ocupe un Mario más realidad que esperanza.