Con el cambio de mes, tenemos el obligatorio cambio de registro con respecto a nuestro baloncesto. Se ha acabado la temporada 2023/24 y de momento la competición de clubes, para ponernos de golpe en modo selección, algo que hace no mucho tiempo era una especie de feria recaudatoria, paseando al equipo nacional antes de la gran cita de cada verano (ya sabemos, Eurobásket, Mundial o Juegos Olímpicos), pero a la que se llegaba con un desahogo que a algunos nos sabía a gloria, pero para otros era algo tan normalizado como respirar.
Y lo cierto es que no tiene nada que ver con la realidad actual. Aunque la versión del Sergio Scariolo al mando de España ya lo avisa desde hace tiempo, no sé si la gran mayoría (no sólo los externos al equipo) pueden valorar lo importante que es la cita que esta misma noche comienza en Valencia.
Como ya sabemos, a España se le pone por delante enfrentarse a Angola y a Líbano, para, a partir de ahí, si queda primero o segundo de ese micro grupo, pelear en una semifinal frente al segundo o al primero de otro grupo formado por Bahamas, Finlandia y Polonia. Si termina venciendo también en la hipotética final, entonces concretará la participación en la cita de París.
Con un plantel que de entrada tiene más dudas que certezas, lo primero que me llevo es ver el déficit de anotación exterior que le adivino, más allá de la presencia de Lorenzo Brown. Porque junto al nuevo hombre de Panathinaikos, los Juan Núñez, Alberto Díaz, Sergio Llull, Darío Brizuela, Rudi Fernández y Xabi López Aróstegui no están exentos de talento ofensivo, pero no es uno de los puntos fuertes del menú que ofrecen. Sin embargo, en el plano interior, los hermanos Hernangómez, Santi Aldama, Jaime Pradilla y Usman Garuba sí que van a merecer mayor atención de las defensas contrarias.
La ausencia de Álex Abrines -al menos en el preolímpico-, deja huérfano al grupo de un tirador exterior reconocido, y además, la situación del grupo, con jugadores que no juegan desde abril y otros que han terminado la competición hace muy poco tiempo, provoca que haya una duda también sobre una preparación tan alejada de lo que habitualmente le gusta al seleccionador. Saber si va a resultar todo lo fructífera que se quiere, además, porque los dos partidos de preparación, pueden hacer pensar en modo fácil que hay una parte del equipo para atacar y otra para defender.
Si habitualmente se sigue al Unicaja, alguien podría ver cierto paralelismo en aquella previa de la FIBA BCL disputada en Málaga que tenía para los de Ibon Navarro el posible castigo de caer si ocurría un mínimo error.
Aunque los rivales tienen más fuste que los que vinieron hace dos temporadas, desde que se supieron han ido perdiendo cierto fuelle. En el grupo inicial, lo más destacado de libaneses y angoleños es que en cada selección hay cuatro posibles rivales del Unicaja en la Copa Intercontinental en Singapur: Amir Saoud, Karim Zeinoun, Ali Mansour y Hayk Gyokchyan fueron campeones de Asia con Al Riyadi de Beirut; y Aguinaldo Neto, Gerson Gonçalves, Childe Dundao y Abou Gakou triunfaron en África con el Petro de Luanda entrenados por el granadino Sergio Valdeolmillos.
En el deseado cruce, a un solo partido, cualquiera de los tres rivales estaba cualificado para darle un susto a esta selección española, pero Finlandia ha perdido a uno de los mejores jugadores europeos, Lauri Markkanen, con lo que sus opciones han bajado sustancialmente. Bahamas metió mucho miedo entre eliminar a Argentina y presentar los nombres de Eric Gordon, DeAndre Ayton o Buddy Hield con vitola NBA, pero entre la no presencia de Klay Thompson, negociando un nuevo destino tras salir de Golden State Warriors y unos resultados decepcionantes de los amistosos previos, pierden bastante con respecto a lo que apuntaban.
Queda la selección de Polonia, a la que no se le encuadra habitualmente entre los favoritos, aparte de los conocidos Pluta, Slaughter o Ponitka, en Málaga nos fijaremos en lo que ofrezca Balcerowski, que todo el mundo dice que terminará jugando en el Unicaja el próximo mes de septiembre. Además, para satisfacer la curiosidad, también se podrá ver a Andrzej Mazurczak y Przemyslaw Zolnierewicz, dos de las armas principales del King Szczecin, próximo rival en la FIBA BCL.
Que el seleccionador advierta la situación de los rivales, y sobre todo de la realidad del equipo español, es porque se está en una situación muy distante de la que se ha vivido durante mucho tiempo. Porque esta circunstancia de tener que pelear incluso por entrar en los torneos grandes es algo desconocido para varias generaciones que creen que España estaba directamente clasificada para las semifinales. Como si pelear por alguna medalla fuera una de las fortalezas del ADN patrio y, personalmente, aunque no creo que vaya a ser coser y cantar, veo cerca la participación en la cita francesa, allí ya será otro cuento.