Aunque mentalmente se pueda tener la sensación de haber vivido el final de la temporada 2023/24 hace mucho tiempo, lo cierto es que hace menos de una semana aún estábamos manejando nervios, posibilidades de clasificación e ilusiones de nuestro Unicaja en el play off ante el UCAM Murcia.
Del final, cada uno tenemos nuestra versión de cómo se provocó el tema y de manera personal e intransferible se gestiona este «seudo luto» de postemporada.
Teniendo en cuenta que queda mucho tiempo antes de tomar la temporada 2024/25, este intervalo va a servir de reflexión, de mucho trabajo, porque habrá cambios más o menos numerosos, pero sustanciales en el plantel y de reforzarse para lo que es la realidad y la competición que viene.
La realidad es que esta nueva versión del club, ésa con un presidente cuyo sueldo se airea y se comenta públicamente, sin tener en cuenta lo que cobraban antes los presidentes por ser empleados del banco, es una nueva etapa que se inició hace menos de dos años, con un «paso atrás» saliendo del ámbito Euroliga, pero para que el proyecto sea sólido, con objetivos claros y no alimentando ilusiones artificiales.
La competición, con ese punto de crueldad que se carga las mejores intenciones si no se está suficientemente preparado, procuró que el Unicaja no fuera capaz de cumplir con las aspiraciones que se había merecido de manera clara a través de estos dos cursos.
En el último play off, al equipo malagueño había que considerarlo favorito, ya que si nos ponemos en el caso hipotético de una semifinal entre el líder de la Fase Regular y el quinto clasificado, si estos hubieran sido Dreamland Gran Canaria (1º) y Surne Bilbao Básket (5º), todos hubiéramos votado por los canarios, sin discusión.
Ahora lo moderno está en considerar que si se hacen las cosas bien durante el año y te conviertes en favorito, la presión al final de la temporada (sin contar los jugadores de equipos grandes de verdad, no los que pretenden serlo), es incluso más importante y definitiva que lo que pueda hacer tu contrario.
Y es que parece que el rival no ha hecho nada y la verdad es que el UCAM Murcia ha hecho muchas cosas bien durante la temporada, el play off y sigue estando en modo de no querer acabar la fiesta. Ni un pero a los justos y merecidos finalistas, sólo esa querencia por el lloro contra los árbitros -recurrente en la derrota-, le quita algo de brillo a una temporada histórica para ellos. Ante el Unicaja han sido superiores a nivel cancha y banquillo.
Lo cierto es que el Unicaja, que ha desarrollado el trabajo de manera casi impoluta durante todo el año, no ha conseguido rematarlo. Ahora que se anda en época de exámenes, y cuando se pone en juego gran parte del futuro de tantos estudiantes, lidiar con esa presión termina separando a los buenos de los realmente grandes. Y sí, a nuestro Unicaja le salió un curso de sobresaliente, pero la PEvAU (la temible Selectividad de mi época, o la Reválida de mis padres) la ha suspendido.
Fue un curso de sobresaliente porque se pueden dar tantos datos alimentando todo lo bien que lo ha hecho el equipo de Ibon Navarro que nos aburriríamos como ostras. Además, fuera del tema numérico, se ha conseguido de manera casi definitiva, me atrevería a decir, reparar lo que en su día otros se encargaron de averiar gravemente.
Hemos visto grandes partidos, han caído derrotados todos los equipos de la ACB, incluyendo aquellos que juegan Euroliga y que seguirán aumentando la distancia presupuestaria casi sin freno, se ha conseguido otro título (el segundo en dos años), y, en serio: se ha generado tanta ilusión por creer en jugar la final de liga como no se había hecho en mucho tiempo.
Porque, se quiera o no, la oportunidad que ha tenido este grupo ha sido única. Y creo que va a pasar bastante tiempo antes de repetirse. No sé si será posible ver otra final ACB en breve, teniendo en cuenta que la anterior que disputó el Unicaja fue el año 2006, y todo lo que se ha confiado en alcanzar nuevamente esa gloria no venía tanto por dar de lado al contrario (el que fuera), sino por tener una confianza casi ciega en el plantel verde.
Lo cierto, es que se modificará la plantilla, intentando que lo que venga refuerce las cosas que requieren una mejora. Habrá que trabajar para limpiar las mentes de los que tengan la suerte de vestir la camiseta verde y hacerles ver que todo esto no sólo pasa por hacerlo bien, también por rematarlo en condiciones.
Curso sobresaliente, PEvAU insuficiente.
10
Jun