Pues ya estamos en puertas de la Final a Cuatro de Belgrado, aunque no es la primera oportunidad de título del Unicaja, por haber celebrado ya la Copa del Rey. Volver aquí era una fecha que seguro que se señaló desde el día después de la semifinal del pasado año frente al Telekom Bonn.
Durante el transcurso de la temporada, pelear por este título europeo es algo que se ha dicho con tanta naturalidad y obligatoriedad, que pensar que el equipo de Málaga va a competir simplemente, en lugar de ser uno de los favoritos al título me parecería reducirlo toda a algo demasiado simple.
Y es que poner como uno de los favoritos al Unicaja, para empezar, no es una novedad. Ya se ha dicho desde casi el inicio de la competición entre rivales, entrenadores o directores deportivos. Raro es un colectivo que no señale al plantel de Ibon Navarro como uno de los que pueden levantar el trofeo el próximo domingo en Belgrado.
De todas formas, llegados hasta aquí, cualquiera de los participantes se ve en la obligatoriedad de intentar asaltar el título. Cualquiera de los equipos españoles, por juego y por trayectoria durante la competición está facultado para ello, y los griegos del Peristeri, con la evolución durante el curso, los cambios, y la oportunidad de ganar un título con la gran mayoría de su afición en la grada, le faculta para intentar lo que se vería como un éxito.
Llegados a este momento, nadie va a decir que esta competición es algo residual, que los rivales no tienen nivel alguno y que lo que no sea ganar la final de 20 es un fracaso. También aquí somos muy nuestros, cualquier cosa que venga de fuera nos parece algo magistral y lo mismo es necesario darle cierto crédito a lo que tenemos. Quizá es mejor pensar que, más que la FIBA BCL sea algo muy malo, la zona media de la Liga ACB es la mejor de Europa. No en vano, va a ser complicado no ver un campeón español en Serbia.
Curiosamente, el Unicaja es el que llega a la cita ganando en su liga, el resultado: Peristeri pierde frente a Panathinaikos, Lenovo Tenerife frente a Valencia Basket y UCAM Murcia ante Barça. Sólo Unicaja consigue la victoria frente a un Baskonia que tuvo momentos de rendimiento imperial, pero como en otras ocasiones, este Unicaja que quizá aguantaría 45 minutos por partido, fue tan duro y sólido que pudo sacar un encuentro de los que se recuerdan.
En la Final a Cuatro, el Unicaja creo que va a tener al rival que más puede parecérsele en la cancha. No sé si esa versión dura y de grupo sólido y sin fisuras que presenta este año el UCAM Murcia es la menos propicia para el equipo de Los Guindos, pero es algo a resolver el viernes. No tendrá que ver el partido ni con el de la Supercopa ni con el de la primera vuelta, ambos en cancha murciana. Además, los de Sito Alonso cuentan con refuerzos y han redondeado la plantilla para presentar, quizá, el mejor grupo de siempre en un club que tiene históricamente un estatus inferior al Unicaja, pero de entrada, ha jugado las mismas fases finales que los malagueños, quedando terceros en 2018 en Atenas.
A lo mejor nos llama la atención cuando se nos quiere implantar un debate sobre si hay que optar a la Euroliga o seguir en la FIBA BCL con el Unicaja está en una de las mejores rachas de su historia reciente. Alguno puede decir que preocuparse con rivales que a priori tendrían que estar ya «superados» está de más y que habría que pensar en piezas de caza mayor como los Panathinaikos, Maccabi o Fenerbahce, pero como considero inteligente a la mayoría de los aficionados, no va a hacer falta recurrir a la memoria de la Final a Cuatro del año pasado o del Telekom Bonn. Seguimos hablando de resolver algo en dos contiendas decisivas y a partido único. Como también ocurrió en la Copa del Rey con el conocido Lenovo Tenerife, todo puede ocurrir.
Afrontar la prueba de este fin de semana con toda la ilusión y con todo el respeto del mundo es algo obligatorio Igual que reconocer esa confianza que da al Unicaja llegar de líder en la Liga ACB. Es más, el grupo que dirige Ibon Navarro ha estado 25 de las 30 jornadas, más de un 83% de los partidos disputados, entre los cuatro primeros. No hay lesionados conocidos y el equipo, aparte de hacerlo bien, transmite la solidez y la dureza que hace falta para encarar el desafío. Por lo tanto, creer en este grupo, sin dejar la cautela de lado, es casi obligatorio.