Con el paso de las fechas y la entrada del verano, poco a poco se ve movimiento también en los despachos de nuestro Unicaja, en buena lógica, todo lo que se haga, no sólo tiene el problema de haber realizado uno de los años peores de la historia reciente del club del abanico, sino que todo está condicionado a la participación en Europa.
Esto último se ha resuelto en parte con la declaración de la FIBA dando una plaza para la fase previa de la Champions League, algo que gracias a ese auto desplome en cuanto a estatus y resultados que ha vivido a pulso el Club Baloncesto Málaga más allá de este año pasado, se ha convertido en el premio gordo a conseguir para el curso 2022/2023.
Ya con esto, digo yo que se puede normalizar el trabajo cara a la temporada posterior, ya se fichó a Kendrick Perry -podría ser un base-, a un pívot, David Kravish, y a un alero, Nihad Djedovic, si no fuera por el punto de partida que se tiene, diríamos que para ser la primera semana del verano no está tan mal.
Lo que ocurre es que, aparte de lo que se tenga de referencia en la temporada anterior, los fichajes de momento generan la ilusión justita, pero tampoco es que la situación del club sea algo para tirar cohetes, aunque lo mismo no tendría que ser así.
Si la temporada pasada fue deprimente, podríamos remontarnos a la 1987/1988, las diferencias con la actualidad son muchísimas, a nivel jugadores, a nivel club, a nivel juego, todo es muy diferente. Esa temporada, el entonces Caja de Ronda completó un curso infame, aquello no era un equipo, era una gente con la misma camiseta, como pasa ahora con las despedidas de soltero. Tuvieron sólo una victoria en la fase regular, en Granollers por 87-88, con José María Martín Urbano al frente, y hubo que esperar al playoff de descenso ante el TDK Manresa, para que, remontando un 2-0 que trajeron de El Congost los de Joan María Gavaldá, el equipo encadenara tres victorias seguidas. Ahí acabó el año.
Para la siguiente, el cambio tenía que ser y fue radical, tras fichar a Mario Pesquera para el banquillo, se empezó fichando un base y un pívot, llegó Fede Ramiro, no sé si mejor abogado que base, pero aquí rindió tanto que aún se le recuerda, llegó del Baskonia, donde alternaba lugar con un joven Pablo Laso y aquí no compartió prácticamente un minuto, promediando en una de sus tres temporadas 41 minutos en cancha, ya que jugaba hasta las prórrogas, junto a él, llegó Rickey Brown, que venía de ser titular en el campeón de Europa, la Tracer Milán, como punto de partida creo que no estuvo mal.
Los más veteranos, o curiosos de la historia también recordarán a Joe Arlauckas, que hizo un carrerón en Europa, pero que llegaba después de ser cortado en los Kings y en Caserta, o a Luis Blanco y Pep Palacios, aquel equipo completó dos años seguidos en la quinta posición de la ACB, y exprimió al máximo las cualidades de sus jugadores, se criticaba que si te sabías de memoria el quinteto, que si el base era un mero “transportador” de balón, pero ojo… siempre llegaba al destinatario correcto en el momento justo, por youtube hay un partido frente al Fórum Valladolid de Arvydas Sabonis, donde aún hoy en día se ve un juego nada aburrido.
Lanzo una pregunta al aire: ¿cuándo vieron a los Bulls de Jordan y del triángulo ofensivo de Tex Winters y Phil Jackson pensaron que eran unos innovadores?, ¿vieron a los Spurs de Popovich y su baloncesto cooperativo y se vieron ante los siguientes campeones?, o ¿con Curry y los Warriors de Kerr pensaron que todo el baloncesto cambiaba?, no digo yo que el Unicaja que vayamos a ver a partir de septiembre sean unos transgesores, pero ahora mismo, pensar que la plantilla va a estar en tal o cual sitio con los fichajes que tenemos de momento, emitir cualquier juicio es jugar a la ruleta rusa con cinco balas en el tambor del revólver.
Aún así, lo que se nos vende como unas de las principales bondades de algunos de los fichajes (la polivalencia como se nos dice en los casos de Perry y Djedovic), las experiencias anteriores no suelen ser tranquilizadoras, pero, en cualquier caso, creo que quedan muchas piezas, y espero que importantes, en una plantilla que además requiere mucho trabajo por parte de Ibon Navarro. Los fichajes no son el único punto a tener en cuenta, también como conseguir que los que se queden sean mejores que lo que han demostrado hasta ahora, y que el grupo de gente que vista esta camiseta el curso que viene sea un equipo de verdad y no unos tipos con el mismo color en la ropa.