Entre los muchos eventos de la pasada semana, la Final a Cuatro de la Euroliga, la salida de Carlos Suárez o la rueda de prensa del presidente López Nieto, reconozco que me quedo más con el Torneo de Leyendas de EBG. Sí, es mi club y el de mi familia desde que se creó, y ver el cariño, el buen hacer y la ilusión puesta por todos sus componentes para rendir homenaje y agradecimiento a gente que hizo tanto por nuestro deporte en Málaga, no hace sino engrandecer su figura a base de reconocer la de históricos como Otto del Nido, Alfonso Queipo de Llano, María Carmen Morales, José María Martín Urbano, Bernardo Rodríguez o Rafa Pozo, acercarme a las pistas de Los Guindos fue como siempre todo un placer.
El viernes pasado se despidió de Málaga Carlos Suárez, iba a decir que el Unicaja no será el mismo sin él, pero lo cierto es que todos esperamos que el equipo no se parezca a nada de lo que se ha visto en los últimos años. Con la marcha del arancetano, se va un jugador que ha aportado mucho y que la competición y su físico lo terminan sacando de aquí, demasiadas pretemporadas recortadas por la enésima lesión muscular que llegaba casi al empezar los entrenamientos, y una presencia que hipotecaba la confección de una plantilla que, como se ha podido comprobar año tras año, con el paso de las jornadas, echaba tantas cosas de menos que al final se acostumbró a no contar con él.
No es opinable el esfuerzo que ha dedicado, se ha implicado como pocos y seguro que si vuelve con otra camiseta, será recibido como uno de los nuestros, ojalá tenga la suerte que se merece.
A principio de la semana, tuvo lugar la comparecencia en rueda de prensa del presidente del club. Confieso, que tras la llegada del ex árbitro en verano, lo que mejor realizó fue dar un golpe de timón en la política de comunicación del club, o simplemente, dotar de algo que no existía, el problema ha venido con el avance de la temporada, dejando atrás los momentos de locuacidad y los homenajes (que tan buen tinte reconciliador tuvieron), no sé si por el fracaso deportivo vivido, y que se iba intuyendo con el devenir de la temporada, o a medida que iban aflorando las noticias de ese culebrón aún no resuelto de los problemas de la gobernanza en la Fundación Unicaja y su incidencia tanto en Unicaja Banco como en el Club Baloncesto Málaga, el presidente locuaz y que era diferente de sus antecesores se fue desvaneciendo.
Nadie ha pedido que Antonio Jesús López Nieto metiera los puntos que no hacían los jugadores, y ya digo que no sé cómo me tomaría una vehemencia en el palco tipo Félix Sancho en Burgos, demasiadas cosas malas vividas últimamente, para ir sumando bochornos, pero que haya sido necesario que se echara el telón en la temporada para que volviera a hablar, lo veo como un error.
Junto a eso, un simple repaso a la declaración de intenciones del verano pasado, y la realidad no tiene defensa alguna. El horizonte europeo del club puede estar en jugar la segunda competición de la FIBA, con unos equipos que no aparecían ni en el PC Básket, ése en el que Epi aparecía con pelo y todo.
Aunque haya que medicarse para la depresión que puede llegar a suponer esa participación, el Unicaja actual no ha hecho méritos para nada más, y tampoco podemos criticar al Bertomeu de turno para que coloque al Unicaja por delante de los que sí han hecho méritos para participar,
Tradicionalmente, el presidente cajista, incluso antes de llegar a la planta noble de Los Guindos siempre ha sido bastante rotundo a la hora de manifestarse, por ello tampoco pudo extrañar que, ante las preguntas de Emilio Guerrero, cortara por lo sano, con una versión marca blanca de Clark Gable con eso de “la verdad, querida, me importa un bledo”, diciendo literalmente, que “lo que digan los políticos me resbala”.
A ver, esa sentencia, en modo barra de bar, similar a “está todo pagado”, o algo parecido quizá tendría un aplauso si se interpretara como un alarde de independencia, pero nadie puede olvidar que el actual presidente ha sido cargo de confianza tanto en el Ayuntamiento, como en la Diputación de Málaga, y que si pertenece a la Fundación Unicaja es porque representa a la Junta de Andalucía, lugar donde llega de la mano de su valedor habitual, Elías Bendodo, cosa que me parece perfecta, pero no sé qué tal le parecería a los jefes de ustedes algo así por su parte o la de sus compañeros.
Separar el sesgo político en los nombramientos de López Nieto es tan complicado como separar el azúcar de la sal si están en el mismo bote, no tiene nada que ver el sueldo al que tanta publicidad se le dio, es lo que menos me importa, los predecesores, que eran empleados de Unicaja también tenían su remuneración aunque saliera de otra partida, y su presencia en el despacho presidencial de la Avenida Gregorio Diego no empezaba a partir de las tres de la tarde, seguro.
Es inevitable que el estar salpicado por el tema político acompaña al actual presidente, y aunque la libertad de expresión es sagrada, esas manifestaciones antisistema no cuadran en un cargo como el que ostenta, y que seguro estará deseando prolongar para enderezar el mal inicio que ha tenido. Ojalá lo haga muy bien, serían buenas noticias para todos.