Cuando el fin del curso 2021/2022 está a punto de llegar para nuestro Unicaja, el equipo de Ibon Navarro ha encadenado tres derrotas consecutivas en un tramo de la temporada que traspasa la línea de importante a decisorio, sobre todo por el próximo final de la fase regular.
No es la racha más amplia de derrotas que cosecha esta plantilla, entre las jornadas sexta y novena, el Unicaja perdió frente a BAXI Manresa, FC Barcelona, Morabanc Andorra y Bitci Baskonia, cierto es que la racha anterior tuvo entre esos partidos las victorias ante el Lavrio Megabolt y el JDA Dijon de la FIBA BCL, pero en la Liga ACB, ahora es el momento de mayor cercanía con la posibilidad de igualar, e incluso superar, esa dudosamente honrosa racha de resultados.
Que el Unicaja tuviera que arreglar en seis encuentros parte del destrozo que había provocado durante el resto de la temporada tenía poca defensa, sobre todo porque en el tramo final del curso es muy difícil que los equipos se dejen ir, mirando la clasificación, casi todo el mundo se juega algo importante, y verte las caras frente a Lenovo Tenerife, Joventut y Bitci Baskonia (con desconexiones injustificables añadidas) no pone el camino precisamente fácil.
También ha sumado en contra del equipo las ausencias por lesión de Carlos Suárez, Tim Abromaitis y ahora Francis Alonso, sin olvidar que tanto Jaime Fernández como Alberto Díaz están aún renqueantes de sus averías recientes, pero el factor salud del equipo es algo que también sufren los rivales, por tanto, mencionarlo es como hablar de los arbitrajes, todos tenemos una historia triste que contar, así que, mejor no aburrir al personal.
Este pasado sábado, frente a los locales, un Simone Fontecchio imperial fue un muro infranqueable, el Unicaja de la versión final de esta temporada tiene unas actuaciones individuales con muchos highlights para que el representante de turno vuelva a poner en el mercado al jugador en cuestión para tener un destino atractivo, así se está viendo en los casos de Darío Brizuela, Axel Bouteille o Cameron Oliver, quizá en el caso del estadounidense hubiera estado bien haberlo visto desde el inicio, ya que, aunque lleve quince partidos con Unicaja, todavía está demasiado despistado para lo que los rivales, la competición y la fragilidad del propio equipo requieren.
En los casos tanto de Bouteille como Brizuela, no tengo la menor duda del talento ofensivo que atesoran, los veo con un halo de jugadores importantes en equipos con pocas aspiraciones (quizá por eso no los quiero en Unicaja, por exigir esas aspiraciones), lo que no quita que con otra camiseta hagan el partido de su vida aquí. Como mucho, o dan con un rol de especialista en una plantilla muy amplia de un equipo con miras bastante más altas, o son el típico jugador que, por mucho que sumen, restan al equipo, sea por errores, por focalizar el juego de forma egoísta, o porque su par haga que el encuentro frente a ellos sea el que guarde para ofrecérselo a sus nietos. ¿Recuerdan a Joan Plaza diciendo que meter 20 puntos está bien, pero si tu contrario mete 21 perjudicas al equipo?, pues eso mismo.
Este Unicaja tiene que jugar ahora frente a BAXI Manresa, Hereda San Pablo y Río Breogán, para ello, ni con el milagro de la recuperación de los lesionados creo que el equipo es capaz de tener tres victorias seguidos, todo ello porque sólo ha estado once jornadas del puesto décimo de la clasificación hacia arriba, y sólo cuatro en puestos de playoff, no es que uno sea poco creyente en este grupo, es que el término fracaso absoluto va a quedar tatuado al lado de esta temporada.
Hay muchas cosas en el aire en esta plantilla y en este club, en la primera plantilla esto va camino de no salvar ni a “Chicui” de la quema, por su parte, el entrenador, tiene un contrato que abarca varias temporadas condicionadas a los resultados, por lo que su continuidad va a pasar por las manos de Antonio Jesús López Nieto y Juanma Rodríguez, ya que de manera clara y diáfana no cumplirá las exigencias firmadas y los rumores apuntan a la apuesta por Pedro Martínez como próximo inquilino en el banquillo del Martín Carpena, pero esto no deja de ser una suposición sin base alguna.
El final, que será el principio inmediato del curso próximo, está a poco menos de dos semanas, lo más inmediato va a ser el partido del domingo en Burgos, que se juega la vida en forma de continuidad en la Liga ACB, pero también el rival que sirvió en noviembre para cortar la racha antes referida. Sé que este dato no deja de ser una nota optimista sin base alguna y no sé si este equipo merece, pero ya que los Reyes Magos quedan lejos, creo que es a lo único que uno se puede aferrar.