Ya hemos tenido la primera dosis de baloncesto en la pretemporada 2021/2022, el encuentro del Unicaja contra el Coosur Real Betis en San Fernando nos trajo la primera visión del grupo que tiene Fotis Katsikaris y del que ya tendremos más elementos de juicio a medida que vaya avanzando el calendario. De todas formas, de las carencias ya comentadas, en la dirección del equipo, así como en el juego interior, entre la posición de “cuatro” y el repuesto de Micheal Eric, es algo que de forma permanente me temo que va a acompañar al grupo, el desarrollo de la temporada ya nos dirá algo al respecto.
Aparte de ver a nuestro equipo, algo que realmente nos importaba, dentro del club ya se ha expresado cómo será la vuelta de la afición al feudo cajista, otro de los puntos principales de la hoja de ruta de la entidad, y sobre este caso se podrá decir de todo, puntos a favor, en contra, como en todas las cosas, cada uno contará la feria como le vaya.
Otro de los aspectos primordiales este curso es el de la competición europea, desde la llegada de Antonio Jesús López Nieto a la presidencia, hemos tenido más comunicación desde la cúspide de la dirigencia que en los últimos años, lo cual no quiere decir que se haya que estar de acuerdo en todo, pero es de agradecer que el nuevo rector esté poniendo de su parte para acercar el club y hacer que la fractura que había con la afición se reduzca, pero de todo lo que ha ido comentando, la idea que no termina de convencerme es el cambio de la Eurocup a la FIBA BCL.
Además, este año con el cambio de sistema competitivo en la segunda división de la Euroliga, en su día, cuando el ente que gestiona Jordi Bertomeu cambió al grupo único, el catalán explicó que se debía a la petición de históricos importantes como Maccabi, Olympiacos o Panathinaikos que necesitaban más partidos importantes, ya que las ligas nacionales no tienen relevancia alguna para ellos. Algo similar se ha querido hacer con la Eurocup este año, y, aunque se diga que habrá partidos sin importancia, para mí no hay color entre una u otra competición.
Que en la Eurocup haya proyectos como el Valencia Básket, la Virtus de Bolonia, Lokomotiv Kuban o Partizán demuestra que la ambición está ahí presente. Precisamente, este último, con la llegada a principios de verano de Zeljko Obradovic daba un golpe en la mesa de los que son una noticia a nivel continental en nuestro deporte, el histórico de Belgrado que ya tenía a Zoran Savic como Mánager General desde marzo lleva sin Euroliga desde 2014, y para recuperarse, aparte de traer de vuelta a casa tras 30 años fuera al rey de los banquillos, como llaman en Atenas a Obradovic, ha fichado a Dallas Moore desde China, al conocido Aleksa Avramovic desde el Estudiantes, Rodions Kurucs y Alen Smailagic, a caballo entre la NBA y la Liga de Desarrollo y dos ex de Olimpia Milán: Zach LeDay y Kevin Punter.
Sobre el fichaje de este último, uno de los anotadores con mayúsculas en Europa en los últimos años, suenan nuevamente las declaraciones de Ettore Messina, su entrenador en Italia, cuándo decía que “le hemos hecho una oferta casi inmejorable a Punter, pero la de Partizán es inviable para nosotros”.
Que el ex entrenador de Real Madrid declarase esto ante la pérdida de uno de los jugadores importantes de un equipo que volvió a la Final a Cuatro por primera vez después de mucho tiempo, es llamativo, mucho más si se le suma la entrevista del presidente de los blanquinegros, Ostoja Mijailovic, al portal serbio “24sedam.rs” en la que para tranquilizar a la gente que dudaba de la viabilidad del proyecto, que el presupuesto para el primer equipo, el cuerpo técnico y el equipo filial es de unos seis millones de euros, algo similar a las dos últimas temporadas.
Ante lo que declara el emprendedor metido a dirigente, te pones a pensar y lo que se te viene a la cabeza es que, o el presidente del Partizán miente, o en la gran mayoría de equipos los directivos son los más torpes de la Vía Láctea.
Dar por bueno que con esa cantidad de dinero se puede optar a ese plantel y que aquí con bastante más se está llorando por las esquinas, como que no cuadra, ¿verdad? A ver si esa costumbre cajista de cumplir con el presupuesto, con los compromisos adquiridos y en general ser un club solvente y formal es algo de lo que avergonzarse.
Pensar que esa quimera del fair play financiero y el cumplimiento de los presupuestos es algo que no va con algunos recuerda esas declaraciones de Joan Laporta ante el drama de la marcha de Leonel Messi: “le hicimos una oferta que él aceptaba, pero hubo clubes que presionaron para que se cumplieran las normas…(!)”, aunque la distancia es sideral entre fútbol y baloncesto, en nuestro deporte se suponía que esos años acabaron, pero está claro que erradicarlo del todo, no sólo no es fácil, sino que eso de que los importantes en las competiciones sean los de siempre y tengan sobre sí la sombra de la duda permanente resta credibilidad y mata ilusiones, porque hacer el quijote, el tonto útil o el pagafantas es bastante decepcionante para quien lo desempeña.