Este intenso verano, hemos pensado que nuestro Unicaja iba a llegar con la plantilla pendiente de completarse a las primeras jornadas de liga, pero tras unos días, parece que todo se ha concretado, y, salvo sorpresa de última hora, se puede decir que lo que tiene a su disposición Fotis Katsikaris es lo definitivo para el curso 2021/2022.
De manera clamorosa se habían pedido cambios en un grupo que no tenía el mínimo problema en mostrar sus carencias, y tal vez se puede pensar que la remodelación tendría que haberse llevado a cabo de manera más profunda, pero, aunque haya cambios, hay cosas que no van a variar de la noche a la mañana, como que jugadores con contrato sigan aquí, aunque el deseo, o la intención hubiera sido que dejaran Málaga.
Tales son los casos de Axel Bouteille y Tim Abromaitis, dos roles importantes que por una u otra circunstancia no han cumplido, por falta de regularidad o por estar lejos de lo que el equipo requirió de ellos anteriormente, sendos contratos alejados de la realidad económica del actual Unicaja y la imposibilidad de resolverlos sin indemnizarlos provoca que ambos sigan aquí.
Con tres cambios respecto al año pasado, el plantel del Unicaja tendrá en la posición de base a Alberto Díaz y Norris Cole, última incorporación que ha llegado tras la no materialización del fichaje de Marco Spissu al no pasar el reconocimiento médico, cosa que no ha importado para que vaya a disputar la próxima Euroliga con el UNICS Kazan, es obligado que el sector conspiranoico esté esperando una imagen triunfante del sardo durante toda la temporada, diciendo que alguien se inventó la lesión de cadera para que no jugara en Málaga.
En su lugar, Norris Cole, con un palmarés de impresión, seis años en la NBA con dos anillos conseguidos con Miami Heat, un breve paso por China para hacer caja, y en Europa de todo: históricos como Maccabi o ASVEL, Italia, Montenegro y Mónaco. De talento, sobrado, algún episodio mal resuelto y un veterano que me genera que no sé si se ficha porque es una buena oportunidad, o porque se ha cambiado de idea. Si el elegido era Spissu, no se pueden comparar a nivel jugador, no son el mismo tipo, y el juego que a priori se desplegará con Cole, no parece que vaya a ser el mismo que se iba a hacer con el italiano.
¿Será una buena pareja la que forme con Díaz? Esperemos que sí, aquí pensamos que desde la dupla Granger-Markovic (el cual está también sin equipo), el problema del base es algo imposible de resolver en Málaga, dependientes de un Alberto que necesita estar a tope físicamente para rendir, algo que no ha conseguido en los dos últimos años, y un desencanto palpable ante muchos fiascos que ya jugaron sus mejores 25 partidos antes de venir a Málaga. Que el base pelirrojo no sea imprescindible para el juego cajista sería una buena noticia, significaría que al menos no está solo para la dirección.
Jaime Fernández, Darío Brizuela y Francis Alonso tienen ante sí la necesidad de demostrar que pueden aportar algo más, si el madrileño puede ser un complemento en la dirección y todos esperamos que ya haya dejado definitivamente las lesiones, será capital para el equipo que lo ha echado mucho de menos. El vasco lleva demostrado hasta ahora lo que se le veía en Estudiantes, y para un Unicaja diferente, hace falta que el presunto líder dé un paso al frente en otras facetas más allá de un juego rozando la anarquía. Alonso tiene que recuperar el tiempo perdido, ya con 25 años, y tras un primer tramo de la temporada pasada más que prometedor, necesita demostrarse a sí mismo y al resto que va a tener la confianza suficiente y la regularidad necesaria para materializar este año que es jugador ACB de pleno derecho, con algo de suerte, lo conseguirá.
En la posición de alero, aparte de la continuidad de Bouteille, que como muchos tiene que justificar su contrato, la llegada de Jonathan Barreiro fue la primera buena noticia de bastante tiempo. Tras un periplo en categorías inferiores brillantísimo, está consiguiendo asentarse y ser una realidad, habrá que ver si va a alternar las posiciones de 3 y 4, porque el equipo demostró carencias físicas en ambos puestos y no ha habido mayor suma que el gallego, con 24 años, creo que hay que ser cauto con respecto a lo que se le exige.
En el juego interior, dos situaciones claras: la de Tim Abromaitis y Carlos Suárez en la posición de cuatro, que a priori no parece bien cubierta, el norteamericano no ha sido todo lo importante que requirió el equipo, y no estoy seguro de que pueda aportar mucho más, y el de Aranjuez lleva mucho tiempo lastrado por lesiones musculares que lo sacan demasiadas veces fuera del equipo, y es un lujo muy caro esa poca fiabilidad física, con lo cual, es repetir nuevamente un problema conocido.
Por dentro, junto a Yannick Nzosa y Rubén Guerrero, la llegada de Micheal Eric es algo tan esperado como el fin de semana (aunque luego no termine de salir bien), el nigeriano es un veterano que si está bien físicamente va a aportar la solvencia necesaria atrás, y en ataque no va a ser una solución, nunca lo ha sido, y necesitará que se le alimente de forma conveniente por la línea exterior, cosa que no parece fácil, pero mejora de largo lo que se tenía, junto a él, la gran esperanza -aún menor de edad-, Nzosa, con la duda si la lesión que lo dejó fuera del equipo en marzo está resuelta, cosa que no lo parece, y Guerrero, camino de 26 años y que necesita redefinirse, creo que un titular claro delante de él le va a venir bien, entiendo que en esta plantilla, como jugador de rotación puede aportar, eso sí, tiene que trabajar muchísimo.
Trabajo es el que tiene Katsikaris, encajar las piezas, que el equipo sea algo más que la suma de individualidades y sobre todo, que defensivamente sea un conjunto reconocible, tengo mis dudas, como también tengo la duda si la dupla Spissu-Ndoye (aunque el presidente diga que nunca se optó por el ex bético) tiene el mismo coste final que la pareja Cole-Eric, sobre todo por ver como se encaja todo en un presupuesto que, no tiene pinta desde fuera que sea ese apocalipsis que se nos presentaba a final de marzo, como con los fichajes, hay dudas, carencias y cosas que se cambiarían o mejorarían, pero si nos dicen en esa época que sólo pueden venir tres jugadores y son Barreiro, Eric y Cole, lo mismo, hasta nos hubiera parecido bien.