Con permiso de la actuación de la selección española en Tokio, la presentación ante los medios del nuevo presidente del Unicaja mañana miércoles es una de las novedades importantes de este verano. Teniendo en cuenta lo peculiar del final de la temporada pasada y lo que estamos viviendo camino del inicio de la siguiente, que comparezca Antonio Jesús López Nieto públicamente tiene naturaleza muy relevante, por raro que nos parezca.
Es que es raro que metidos ya en agosto esperemos que aparezca el presidente a hablar para que diga algo importante, sobre todo porque la figura del presidente nunca ha sido crucial en la historia del Unicaja, porque, su desconocimiento del entorno de nuestro deporte no lo hacía una figura decisoria, y, además, en nuestro club, ser presidente no es sinónimo de ser el que manda, una cosa no lleva de la mano la otra.
El nuevo presidente tiene muchas tareas pendientes, entre explicar las razones de la fuga camino de la FIBA BCL y convencer que la no aportación de la Fundación Bancaria al presupuesto del primer equipo es lo más conveniente para el crecimiento del mismo, ya tiene una buena tarea, pero como esto seguro que se lo van a preguntar los periodistas que estén en la rueda de prensa, a mí me gustaría pedirle otras cosas.
Como me consta que es un gran aficionado a nuestro deporte y es de los que ha sentido desde siempre los colores de nuestro equipo (dos cualidades que no sé si tenían los anteriores presidentes del Club Baloncesto Málaga), me gustaría oírle que va a trabajar para arreglar el divorcio que hay entre la afición y el entorno dirigente del club, estaría bien que la comunicación se normalice y que se use como algo importante a gestionar y que pase a ser un arma que enriquezca a la institución, en lugar de ser un amargo y desagradable trámite que hay que cumplir porque la necesidad y el paso del calendario obliga.
Me gustaría que el club se abriera, que hubiera claridad y que las decisiones tuvieran una raíz y una motivación que fuera clara y que tuvieran su explicación para que se pudiera entender, sin tener que recurrir a conspiraciones cósmicas para tener que razonar algo de lo que se termina haciendo, ojo, no estoy pidiendo un plebiscito para comprar un paquete de bolígrafos, pero creo que pensar que las notas oficiales habituales son mejorables, tampoco es ningún disparate.
Al presidente le doy la razón en eso de “estar orgulloso de ser del Unicaja”, a mí no me hace falta que venga nadie desde un despacho a decírmelo, pero me gustaría captar que desde esos despachos se valora ese pequeño gesto que hacemos los que todavía somos abonados.
Quisiera que se preguntara dónde están tantos que dejaron de compartir la condición de abonado, aunque les guste el baloncesto y sientan también los colores, muchos condicionantes personales, y mucho comentario de aficionados que llegaron a compartir asiento en Tiro de Pichón o Ciudad Jardín en el sentido que se les había aburrido desde dentro con decisiones que no se entendían, sobre las que no había ninguna intención de explicar y mucho desdén en el trato.
Le digo, presidente, que a mí no me importa que se le pague, los que había antes que usted también recibían un sueldo, aunque salía desde otra partida presupuestaria, y creo preferible que se le exija como profesional en ese puesto, a que nos encontremos que no deja de ser un empleado al que se le ha dado otra tarea más aparte de las que su labor profesional real les obligaba, lo digo en serio, para que haya un aficionado mandando en un club profesional, creo que hubiéramos elegido a muchos otros antes que a sus antecesores. Resumidas cuentas, como les decía a mis jugadores: después de tu madre, yo soy el que más ganas tengo de que triunfes, de verdad. Personalmente tengo todas las ganas del mundo aplaudir los éxitos de su mandato, y sobre todo que sea extenso, pero porque se merezca estar e incrementar el palmarés de este club que ha soportado desde 1977 la actual Unicaja y la anterior Caja de Ronda, dándonos igual si era banco, caja de ahorros, fundación o lo que fuera, lo que nos va a importar es que el balón entre, y cómo esto no va a ser tarea suya, si por ese camino consigue hacer comprensible las decisiones que tome, será el primer triunfo, suyo y para todos.