Preocupación

20 Abr

El tiempo va pasando en esta temporada 2020/2021 que va a tener un obligado recuerdo en nuestro Unicaja queramos o no, y aunque no se ha cerrado la crisis que el club arrastra desde Semana Santa y la plaza de presidente sigue vacante, la competición sigue su curso y esta semana hemos tenido otras noticias.

Esta semana, el anterior entrenador del Unicaja, Luis Casimiro Palomo ha encontrado un banquillo en la ACB, concretamente el del Casademont Zaragoza, ante la salida del mismo de Sergio Hernández por motivos personales, la marcha de “el oveja” del banquillo maño provoca que el entrenador manchego juegue este sábado frente al equipo malagueño, las casualidades, ya ven.

Otro relevo en la ACB era uno esperado, la salida de Nacho Rodríguez, hasta ahora Director Deportivo del FC Barcelona, siendo sustituido por Juan Carlos Navarro, todo como fruto de la vuelta a la presidencia de Joan Laporta. El nombre del malagueño también se ha puesto en la posible lista de directores deportivos futuros del Unicaja, pero eso parece de momento, lejano.

También hemos tenido ruido en la zona noble de los despachos de la élite europea, con una reunión en Atenas de siete propietarios de licencias A de la Euroliga. En la capital de Grecia, Anadolu Efes, Armani Milán, CSKA Moscú, Maccabi, Olympiacos, Panathinaikos y Zalgiris se vieron al margen de Baskonia, FC Barcelona, Fenerbahçe y  Real Madrid y de la dirección de Jordi Bertomeu para mostrar su descontento por lo alejada que está la realidad económica de la competición de lo que el catalán ofreció en su día, además de bloquear la renovación automática de su contrato como Consejero Delegado de la misma (me niego a poner CEO).

De manera mucho más cercana, por lo menos en lo que nos atañe en lo más inmediato aquí en Málaga, es que el paso siguiente en la Eurocup es limitar el número de equipos participantes a veinte, hacer como en la Euroliga, mantenerla al margen de las competiciones nacionales con un total de dieciséis licencias fijas para tres años, dando un giro en el sistema de competición, con dos grupos de diez y a partir de ahí, los ocho mejores de cada grupo jugarán eliminatorias directas a un solo encuentro. El sistema tiene más de un rato de charla, pero ya lo tenemos ahí, aunque de momento, ni siquiera sabemos si nuestro Unicaja jugará competición europea el curso próximo, y mucho menos si será la acostumbrada Eurocup o la FIBA Champions League, algo que también se pone ahora en tela de juicio, lícito, puesto que aún no se sabe qué va a haber, mas espero que el proyecto que llegue sea cualquier cosa menos conformista.

Y junto a todo esto, dos partidos en la semana, escribí que de lo peor que podía pasar era que tras un partido que terminó mal como el del Hereda San Pablo Burgos, le viniera al Unicaja el parón y la suspensión del partido del MoraBanc Andorra junto con las noticias extradeportivas, el partido ante el RETAbet Bilbao al menos fue a la inversa que frente a los castellanos, tener el inicio malo y el final decente que bastó para conseguir una victoria muy necesaria, apoyándose en un Darío Brizuela que parecía capaz de hacer cualquier cosa. El de San Sebastián tiene unas cosas buenas y otras que le impiden ser un superclase, pero si ese talento innato que atesora es capaz de conducirlo para que el equipo brille con él y da con un entrenador que sepa encajarlo en el entramado técnico es un jugador que además de valer ahora, tiene mucho recorrido, aunque pinchara en Tenerife.

El partido del domingo fue otra cosa, el rival no tenía nada que ver, y sin ponerme especialmente doloroso, el club que fuera en su momento el primer rival en la máxima categoría, a día de hoy está a una distancia sideral, con una concepción de proyecto que puede no compartirse, tirar de veteranos como hacen en las islas lleva funcionándole a los de La Laguna y sin tener que hacer un esfuerzo sobrehumano ganaron cómodamente, esa es la diferencia, sobre todo porque el Lenovo Tenerife se contentó con no hacer sangre del equipo malagueño para señalar las carencias de un equipo que está dando una imagen realmente penosa en el momento que la competición se endurece. Lo que más me preocupa es pensar que el partido del domingo no sea el triste colofón a una tormenta dentro y fuera de la pista y que sea un escalón más en esta caída que estamos observando cargados de impotencia y rabia, por lo menos entre aquellos a que los que nos duele el club por múltiples razones, como es mi caso. Por muy objetivo que sea analizando juego y lo que lo rodea, no puedo olvidar lo que soy y de dónde vengo, y aunque al paso de los años he visto casi de todo, creo que lo de ahora lo supera.

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