Ante el discurrir del calendario, nos mostramos extrañados de lo que vemos. Lejos quedan esos veranos en los que los medios estaban entretenidísimos con los rumores, sobre nuevos jugadores, abundando sobre las salidas y las llegadas, ciertas o esperadas para configurar y cerrar la plantilla del Unicaja. Algo que parece superado.
Llegando a la mitad de julio, y poco después de acabar el curso 2019/2020, la información sobre el Unicaja está en lo que han declarado presidente, entrenador y director deportivo.
Entre la presentación-defensa a ultranza del entrenador, realizada por Eduardo García, y el estudio tanto de plantilla propia como de los rivales europeos que ha hecho Manolo Rubia, Luis Casimiro ya ha hecho un desglose de lo que tiene a sus órdenes y lo que piensa de eso mismo, visto que la plantilla está casi cerrada, el análisis tiene que ser tomado en cuenta.
No me planteo yo un escenario con el entrenador cajista dando titulares de esos que paren rotativas y salgan a cinco columnas en la prensa escrita, no creo que siguiera en Málaga. Precisamente, esa mesura que exaspera a veces es una de sus piedras angulares para con sus jefes, que son los que siguen confiando en él, por eso, ante una situación en la que se han marchado jugadores que eran importantes en el plantel, y ante una necesidad verbalizada por ese entorno (ruidoso pero escaso, según la “nomenklatura” dirigente en Los Guindos) de reforzar el juego interior, a día de hoy esas inquietudes casi están resueltas.
Pendiente de confirmación, y con un porcentaje de acierto muy alto, al Unicaja 2020/2021 sólo le falta confirmar la renovación de Adam Waczynski, el fichaje de Tim Abromaitis y el papel que van a desarrollar en el primer equipo Francis Alonso y Yannick Nzosa.
Del tema de los jóvenes, sólo el desarrollo de la temporada dará certeza sobre si su participación es real o meramente testimonial, en un año en que se ha materializado la salida de dos proyectos canteranos que se nos vendieron como capitales y que no van a seguir, como Ignacio Rosa y Morgan Stilma, prefiero ver que pueden hacer Alonso y Nzosa antes de que me sigan vendiendo bondades.
Con respecto al polaco, más que King Kong, ha mostrado una versión camaleón en sus años en Málaga, aparte de saber tirar, cosa que ha demostrado, la capacidad de adaptación a todo lo que rodea al club, a la ciudad y al entorno cajista, seguro que sería tema central de alguna ponencia de coaching empresarial para desterrar la figura del inadaptado. Ha tenido momentos malos, competencia extrema en su puesto, entrenadores que han desconfiado de su rendimiento, pero ahí está, siendo breve motivo de desvelo por si en la renovación no se le da parte de lo que pide.
La llegada de Tim Abromaitis, prescindiendo de las cualidades y las calidades que puede aportar personal y profesionalmente el nativo de Waterbury, tiene un significado más que importante: el desplazamiento definitivo a la posición de pívot de Deon Thompson.
En todos los comentarios y análisis que hay con respecto al plantel, el juego exterior se ve solvente para afrontar la temporada, todas las dudas se han centrado en los interiores, con la salida de Frank Elegar (no creo que se le eche de menos), tras la renovación de Carlos Suárez, y la confianza que hay en la progresión de Rubén Guerrero -que además es de la casa- el foco se centra en Deon Thompson y en Volodymyr Gerun.
Ni el americano, ni el ucraniano han satisfecho totalmente las expectativas que se tenía sobre ellos, es más, tengo mis serias dudas, si se hubiera apostado por su continuidad de no tener contrato en vigor.
Ambos se me asemejan a jugadores que no comulgan con la modernidad de los interiores actuales. No tienen ni físico explosivo, ni son dominadores en la zona, ni en el uno contra uno. La expresión de buenos deseos que tiene el entrenador hacia ellos están más en la línea de lo que eran -en el caso del californiano- o lo que esperamos y deseamos que sea vestido de verde, si hablamos del de Dnipropetrovsk.
En anteriores ocasiones, he manifestado que la plantilla de la temporada pasada, con un par de retoques en sus filas me parecía más que adecuada, a tenor de lo que Luis Casimiro declaró a Emilio Guerrero en Cope Málaga, tampoco hay que recelar tanto de los rivales, salvo Walter Tavares hay poco que temer del juego interior de los contrarios, así pues, parece que con el quinteto Abromaitis-Gerun-Guerrero-Suárez-Thompson, se va a generar tanta atención dentro que los exteriores van a tener todo el espacio del mundo para procurar puntos, o los cinco nombrados, van a proteger el aro propio de una manera que sólo va a pasar el que tenga visado, PCR y una evaluación positiva en todos los aspectos.
El tiempo dirá si el entrenador está en lo cierto, me alegro que esté tan conforme con lo que va a manejar y ojalá salga todo cómo él dice, pero a priori no parece que el juego interior genere la misma confianza que los exteriores, todo esto, claro está, pensando que no va a haber más movimientos en la plantilla, ¿o será diferente?