Un personaje casi perenne en el baloncesto mundial es Charles Barkley, no por ser uno de los “malditos” que se quedaron sin anillo y lo merecieron, sino porque ha sido siempre una bendición informativamente hablando. Alejado del montón de frases de notas oficiales que estamos cansados de oír, el bueno de “Sir Charles” empezó a dejar titulares antes de llegar a la NBA y aún sigue produciéndolos.
La última temporada de “El Gordo” en Philadelphia fue la 1991-1992, en plena discusión con la franquicia por querer una plantilla para la que pelear por el anillo, una lesión en diciembre de 1991 hizo que el día 6 de diciembre debutara su sustituto, Michael Ansley, el cual jugó su último partido allí el 4 de enero, después, un contrato de diez días en Charlotte Hornets y el mítico Mike, hizo su última aparición en la NBA el 17 de ese mes, nueve días más tarde, debutaba con Mayoral Maristas en Granollers anotando 38 puntos. Del paso del autodenominado “mejor cuatro de Europa” por la NBA, Barkley dejó un titular de los grandes: “creía que el equipo quería sustituirme en condiciones, no que iban a traer una fotocopia borrosa mía”.
Entre los fichajes del Unicaja, el último que ha llegado –con cierta sorpresa, reconozcámoslo- es el base Josh Adams, vale que uno no se creyera la hipotética llegada de Sergio Rodríguez, y que el deseo era un esfuerzo real por Quino Colom, el cual hubiera dado un salto de calidad tangible a las posibilidades del equipo, pero parece que el Club Baloncesto Málaga de ahora está en otras cosas.
Es innegable que viendo a Josh Adams, físicamente recuerde a Mike James, y viendo los vídeos promocionales que todos tenemos a la mano, no podemos evitar recordar a Ray McCallum, ya sabemos: mucho uno contra uno, mucha exhibición física, poca dirección de equipo, aunque cada uno tenga su currículum previo y otras prestaciones, lo cierto es que transmite cualidades bastante diferentes a la que podían adivinarse en los dos bases españoles mencionados.
Si se ven los fichajes que lleva el Unicaja hasta ahora, se puede que lo mejor debe estar por venir, que salvo en el caso de Deon Thompson, el margen de mejora del resto de los confirmados (Aleksa Avramovic, Volodymyr Gerun y Josh Adams) es palpable.
Llevamos tiempo hablando de la situación general del club, del estatus que tiene y dónde está situado realmente, quiénes son los rivales y contra quién hay que sostener la pelea, no está fácil reconocer todo eso cuándo desde siempre, el club mantiene el mismo discurso, pero los jugadores que vienen son como las promesas de los reyes españoles del Siglo de Oro: “futuras mercedes”, no me parece ni bien ni mal, si rinden, no vamos a echar de menos a nadie, pero lo bueno sería saber si dentro de los cambios, está pasar a ser un club vendedor, entonces la situación de cambiar los objetivos con respecto a los fichajes de jugadores estaría en consonancia con una nueva situación de la entidad de Los Guindos.
Todo esto, claro está no deja de ser una deducción personal por el devenir de los acontecimientos, no ahora, sino de un tiempo a esta parte, y por tanto puedo estar equivocado. Aún siendo la envidia de media Europa, es patente que los presupuestos no son los de antes, esto unido a un objetivo no escrito, pero grabado a fuego de no salirse de los límites económicos hace parecer que la ambición también ha mermado en comparación a temporadas anteriores, si bien está claro que en el momento que se sale a competir se olvida todo, el miedo a verbalizar que ya no se está arriba, o que es casi imposible competir con muchos que hace nada nos miraban con envidia, tendría que tenerse claro desde el inicio, y sobre todo, transmitirse de manera, si no oficial, al menos clara y contundente al exterior, se evitarían problemas de interpretación.
Mientras tanto, a ilusionarse toca, no porque sea el legado inolvidable del anterior director deportivo, sino porque para el año que viene, mejorar y disfrutar de todo esto pasa por hacer una buena liga ACB, pero sobre todo, meterse en la final (e intentar ganar) la Eurocup, ya que uno o dos equipos pasarán a la Euroliga, porque, sin saber aún cuáles son los objetivos reales para el curso 2019/2020, yo quiero pensar que pelear por volver a la Euroliga no es un recuerdo del pasado, sino algo está en la carta de naturaleza de este club. Aunque cueste reconocerlo en voz alta y creérselo.
La fotocopia borrosa.
23
Jul