La pasada semana escribía sobre cosas que no tienen que ver con el juego, por desgracia, es una constante tras la liga, en lugar de hablar sobre las hipotéticas llegadas para reforzar al equipo, o hablas de lo que ficha el vecino, o de temas como el dinero, ahora están las asambleas que manipulan competiciones prescindiendo de lo que se pueda haber conseguido en la cancha, y dejando claro que lo de los sentimientos está muy bien, pero lo que te va a colocar arriba o abajo es lo que puedas aportar a una organización superior, no es más que negocio.
Si escribí sobre dinero, presupuestos y la doble moral que hay que poner en práctica casi a diario en la élite profesional, está claro que ahora hay que afrontar unos objetivos distintos de los que a priori se tenían.
Dentro de lo romántico que puedo sentirme a la hora de valorar el momento del baloncesto continental, yo sigo pensando que nuestro Unicaja ha de estar en la Euroliga sí o sí, que ahora no está –y se sigue alejando más día a día- de los once equipos con licencia A, pero sigo pensando que los del abanico están entre los 25 mejores del continente y que el trabajo ha de ser para estar más arriba, no para suavizar cosas y tener unos objetivos poco o nada ambiciosos para no crearse problemas, aunque ahora, con la nueva configuración que dicta la Euroliga, está claro que, o se arriesga por parte de los equipos del segundo escalón, o esa canción ochentera de Talking Heads, llamada “Road to nowhere” es más real que el verano en Málaga, porque parece que estamos camino de ninguna parte.
Que la ACB proteste, que nadie esté de acuerdo y que se brame en contra de lo que ha verbalizado Jordi Bertomeu, pero todos están locos por verse en esas asambleas y ver como su club está en grupo selecto año tras año, que me digan lo felices que somos todos en la ACB y jugando la Eurocup o la FIBA Champions League, pero en la intimidad de la mente, todo el mundo está deseando abandonarlas para que el “Devotion” sea obligatorio al menos una vez por semana en nuestros oídos.
Poco a poco se avanza hacia dónde se decía que nunca se iría. Ya de momento, las ligas nacionales no tienen nada que ver para clasificarse para la Euroliga, dudar entre priorizar el partido del sábado en Manresa o el del miércoles en Polonia ante el Asseco Arka es algo que va a estar ahí, porque los proyectos van a depender directamente de lo que se haga en el concierto europeo, incluso sin jugar la liga nacional, todo ello fruto del tremendo follón en el que andan metido los griegos con Olympiacos como actor principal.
Parece una constante que, aunque esté lejos de sus intenciones, el paso de tiempo le va a llevar la contraria a Eduardo García, hace prácticamente nada hablaba sobre la prioridad de la liga ACB para el Unicaja, cosa que ahora, por razones externas a todos los intervinientes se ha quedado vacío. No sé de qué manera se va a hacer, pero está claro que el cambio de registro ha de hacerse con toda la celeridad del mundo, porque lo implacable de la competición está ahí.
No se debe olvidar que en las normas aprobadas por la Euroliga –ciertamente no sé por cuánto tiempo de vigencia- a los dos equipos que asciendan desde la Eurocup por primera vez se les da la oportunidad de mantenerse para el año siguiente con la obligación de meterse en playoff y quedar por encima del otro equipo, o sea, ya que esta temporada se tiene en cuenta, si el Valencia Básket o el Alba Berlín se meten entre los ocho mejores en la Euroliga próxima, sólo ascenderá el campeón de este año.
Todo esto mientras el Club Baloncesto Málaga aún tiene que cubrir la salida de Carlos Jiménez o dotar de otra infraestructura a la clase dirigente del club, siempre he sido favorable a la figura de un director general profesional, pero real, no de lo que hizo o dejaron hacer a Berdi Pérez, si hay opciones por mínimas que sean de dar un paso a hacer más grande este club, pasa por ahí, aunque de momento, ante la falta de noticias ciertas sobre refuerzos, de momento no puedo olvidar comentar que me gustó mucho la fiesta de presentación de abonos del pasado viernes, me pareció un trabajo bien hecho, y la elección de las actuaciones de Tomás García, Free Soul Band y DJ Tormento-Rafatal todo un éxito que disfrutamos los que estuvimos allí.
El camino.
16
Jul