Aunque corra el riesgo de ponerme pesado, toda la luna de miel que se vive actualmente en el Unicaja es imprescindible ponerla en cuarentena e intentar evaluar el rendimiento en el momento que lleguen las citas importantes, no antes, siempre hemos hablado de diciembre para ver dónde podía verse si el equipo podía aspirar a una cosa u otra, mientras tanto, cautela.
No obstante, dentro de las etapas que se van atravesando, esta semana han llegado dos momentos novedosos: la primera prórroga y el primer partido ganado sin completar el buen juego los cuarenta minutos.
En cuanto al partido del martes en la Eurocup frente al Unics Kazan me fui de la cancha con la sensación de haber visto un partido de Euroliga, con un rival que tiene jugadores que no desentonarían en los dieciséis equipos que juegan la añorada mejor competición continental y que tuvo todo los ingredientes que hacen disfrutar de nuestro deporte, además el tiempo extra fue todo lo que se le pide (y encima, con victoria local), por lo tanto, por ahí, muy bien.
Lo del partido ante el Tecnyconta Zaragoza fue otra cosa, con un primer tiempo gris, sin encontrar el golpe de pedal necesario para gobernar el juego y contra uno de los equipos que no va a pelear por ganar títulos precisamente, la versión actual de este Unicaja tiene la peculiaridad que baja la intensidad y la concentración y parece que transmite indolencia que casi lo condena en los partidos que van mal. El partido del sábado se pudo enderezar, en parte porque el equipo contrario tenía alguna baja importante y notó en exceso la bajada de nivel que daban los suplentes de Porfirio Fisac y sobre todo, porque un Unicaja concentrado e intenso no es rival cómodo para nadie.
La duda que tengo es de qué forma se encararían esos hipotéticos partidos con bajadas de rendimiento ante los equipos grandes, aunque se haya jugado ya contra Real Madrid y Herbalife Gran Canaria, dentro de los rivales de Euroliga, tal vez el mes de diciembre con partidos ante FC Barcelona, Kirolbet Baskonia, Unics Kazan dé una muestra de las posibilidades a las que pueda aspirar el grupo de Luis Casimiro Palomo.
No es cuestión de ponerse cauto en exceso, es no perder el horizonte gracias a la euforia momentánea que se disfruta, sería como pensar que el caso Pablo Sánchez (al cual le deseo la mejor de las suertes) va a repetirse cíclicamente porque aquí somos la mar de monos, amables y guapetones, por otro lado es lógico que el entorno se venga arriba, y crea que la vuelta a la parte noble del pelotón es casi un hecho, pero la verdad es que, más allá de pensar en lo prematuro aún de la situación de la temporada, la situación real de este equipo está en intentar asaltar la zona noble, no ir creyendo que se ha vuelto a ella de forma definitiva y que la época dorada es otra vez la actual. De entrada, se está encuadrado fuera del de los equipos de Euroliga, con lo que ello supone en cuanto a estatus y a nivel económico, a pesar de ser envidiados por media Europa, y no sólo por el clima. Los jugadores con los que se cuentan han de ser obligatoriamente apuestas en el rendimiento, porque los mejores, para elegir estar aquí, o tienen mayor coste o tienen que pensar en que una mejora de su carrera pasa por Málaga. La configuración del baloncesto actual tiene esta paradoja, mientras que la NBA funciona a base de buscar la mayor igualdad y la rentabilización del espectáculo, este mismo concepto en nuestro continente hace que la forma de entender este espectáculo sea ahondar en las diferencias entre los grandes y el resto, lo que hace cada vez más difícil volver al grupo de los elegidos si se sale de él.
Este mismo año podemos ver cómo arriba están los de siempre, aparte de los futboleros, el Baskonia se engancha metiendo miedo cada vez que salta a la cancha, al menos en la competición nacional, en el otro extremo, el Gran Canaria transmite la sensación de estar pagando muy caro el regalo envenenado que supone jugar la primera competición europea, y aunque se pueda tirar del argumento conocido que dice eso de todos los equipos en la ACB son peligrosos y que cualquiera puede ganarte, no pensaba que el Delteco GBC sumase su primera victoria frente a un equipo tradicionalmente sólido, pero es lo que tiene la competición.
El desafío que tiene ante sí el Unicaja es difícil y la competición, siendo tan cruel, será la que ponga en el sitio que se merece a este grupo, de momento ilusiona, pero no hay que perder de vista el lugar real desde dónde se parte.
Estar en un grupo.
30
Oct