Esta época del año lleva de la mano tener más rumores que noticias en los medios, junto a la tentación de recurrir a la crónica rosa que espero que tarde en llegar a estas páginas, Se le junta el hecho de tener que convivir con el Mundial de fútbol o la marcha de Cristiano a la Juventus, además de los eventos veraniegos habituales, como el Tour, Wimbledon…
Sin competición de selecciones este verano más allá de las dichosas ventanas FIBA, hay que centrarse en esa hipotética noticia que podría iniciarse con «suena para el Unicaja…» que poco a poco da lugar a una lista que sería todo lo larga que se pudiera pensar.
A pesar de todo, creo que este verano, con la ausencia de la Euroliga y la ubicación en la Eurocup, ha hecho que se ciña el grupo de objetivos más o menos factibles para el equipo de Málaga, suena a más sensatez que la puesta en escena de posibles de cualquier nombre sonoro para el gran público.
Tras la llegada de Luis Casimiro Palomo al banquillo, el fichaje de Kyle Wiltjer fue el primero, y esta semana es donde ha de materializarse el siguiente: Jaime Fernández. El canadiense, hijo de uno de los nombres sonoros de la ACB en su primera época y que formó parte de la época dorada del Aris de Nikos Galis y Panagiotis Giannakis, tendrá una gran parte de responsabilidad sobre sus espaldas. No sólo abrir el campo con su buen tiro, sino ser capaz de crecer como jugador, quitarse la etiqueta de jugador blando en el cuerpo a cuerpo y ser capaz de ayudar en el rebote como una pieza capital del juego interior.
El madrileño aumenta la lista de antiguos miembros del Estudiantes que forman parte de la nómina cajista (ésta ya tiene a Dani Díez y Carlos Suárez en la cancha y fuera de ella a Luis Casimiro, Carlos Suárez y Germán Gabriel). La llegada del ex jugador de MoraBanc Andorra lleva con él la figura del «combo», algo que antes no nos importaba con denominar como escolta. Osea, la ayuda del base a subir el balón y ser capaz de anotar desde el exterior. Creo que en esta tendencia a adoptar denominaciones anglosajonas y traducir eso de combo-guard no nos va a valer lo que llevamos oyendo y diciendo toda la vida.
Jaime Fernández se encuentra ante una gran oportunidad y el equipo con una apuesta, no sólo por el hecho de pagar un traspaso por él, sino porque su función en el plantel está subrayado de rojo, rememorando las últimas piezas que han ocupado ese lugar: Nemanja Nedovic, Jamar Smith y Kyle Fogg. Ellos tenían talento para ellos y el resto del equipo y ahora nos encontramos con un jugador que viene de hacer su mejor año en las ocho temporadas que lleva en ACB pese a contar con 25 años. Tras su periplo en los Pirineos tiene ante sí refrendar algo que apuntaba en categorías inferiores y que la prensa de la capital –no sólo la especializada en baloncesto- se encargó de airear convenientemente. Ahora toca ver si la carrera del nuevo jugador del Unicaja va por donde todos queremos o es un caso ya repetido anteriormente y que por equipararlo a algún conocido puede ser el de Andrés Miso, el cual, por si alguien se lo pregunta, tras pasar por Oviedo y Marín, ha completado su tercera temporada en LEB en el Trapa Palencia.
El caso de Fernández no tiene por qué ser similar. La salida la temporada pasada no exenta de polémica camino de Andorra fue algo arriesgada, pero que le ha venido a la perfección para su crecimiento como jugador. Ahora no sólo tiene una responsabilidad alta en un club que pese a no estar en la primerísima línea continental quiere solidificar una posición y un estatus que lo hace distinto de los equipos en los que ha estado hasta ahora.
Al Unicaja de la temporada próxima le faltan aún piezas importantes. Me atrevería a decir que maestras. Si los que faltan por llegar ofician de verdad de jugadores capitales, la función que desarrollen otros miembros de la plantilla será más fácil a la hora de desarrollar su trabajo y tendrán menos problemas a la hora del juego.
Rumores y piezas.
10
Jul