Cara al mes que resta de fase regular, nuestro Unicaja está transmitiendo unas sensaciones mejores que las que podrían extraerse de lo que se puede ver en la tabla clasificatoria, tras la derrota del domingo, parece que los cuatro equipos de arriba están a una distancia suficiente para que no teman por su posición de privilegio, y hay que pelear mucho más por mantener la quinta plaza o por encarar un playoff inmediato contra el Valencia Básket que pensar si todavía se puede llegar a la parte de los cabezas de serie.
En los cinco partidos que el equipo malagueño ha de disputar antes de las eliminatorias se va a encontrar equipos de dos tipos: los que se juegan el premio del playoff (Herbalife Gran Canaria y MoraBanc Andorra) y de los que se juegan la vida (RETAbet Bilbao, Tecnyconta Zaragoza y Divina Joventut). Sin ánimo de triunfalismos, se podría decir que el calendario es propicio, o al menos no es lo complicado que podría ser, además, con tres de esos enfrentamientos en Málaga, entiendo que como preparación de la parte más importante de la temporada, viene perfectamente.
Sobre el partido anterior, la sensación que me dejó es que un rato de “siesta” como la que tuvo el equipo de Joan Plaza en el tercer cuarto, te va a dejar fuera, no sólo en las eliminatorias, sino también en estos encuentros que faltan antes de acabar la fase regular por lo duros que pueden llegar a ser. Ahora bien, si el equipo es capaz de mantener los momentos de juego que, no sólo en el primer tiempo del domingo, sino en los últimos partidos, en los cuales, el equipo ha transmitido que la capacidad que tiene de competir, seguirá hacia arriba.
Esta fase de la temporada, tan consustancial al baloncesto y tan emocionante, va a determinar cuál va a ser el futuro inmediato, si el proyecto del próximo año va a tener la oportunidad de jugar Euroliga o no, con qué modelo se va a contar o si la capacidad del adaptación del club va a ser capaz de adaptarse a lo que venga.
Y es que, la pelea no sólo será deportiva, frente a los rivales conocidos, los equipos que quieran derrotar al Unicaja, sino también contra unas reglas que justas o injustas ya estaban, y que nos ha hecho opinar antes y ahora sobre si el trabajo que se realizó en los despachos estuvo mejor o peor hecho, pero el resultado es el que existe, muy contrario a los intereses del club, también hay que ir contra la propia idiosincrasia del mismo, que tendrá una remodelación forzosa en su cúpula directiva, quién sabe si sólo con el nombramiento de un nuevo gerente o con una reforma de mayor calado.
Ante esto, a pesar de lo poco oportuno en el tiempo de la misma (no conozco ninguna obra en casa que lo sea), en buena lógica, la salida de un empleado administrativo no debe de tener mayor trascendencia, hablamos de una entidad consolidada, que va a seguir manteniendo el mismo propietario, que no va a tener inconveniente en cubrir el puesto con alguien de un nivel profesional al menos similar y que no va a ver peligrar ni un ápice del estatus que estaba de sobra consolidado.
Coincido con lo declarado por el presidente hace unos días, diciendo que el club está bien cubierto, porque estamos hablando del cambio de alguien con un conocimiento previo del mismo, su entorno y del baloncesto a nivel profesional absolutamente nulo y que realizó el aprendizaje en primera línea por el particular modus operandi del Club Baloncesto Málaga, algo que quizás no estaría de más variar de una vez y modificar, trayendo a profesionales de verdad de esto, sin tener que experimentar.
La parcela de poder a restablecer ahora va a ser todo lo grande que se quiera por parte de los dirigentes del club, sobre si se aprovechará la oportunidad o no de mejorar la imagen exterior y la cercanía al entorno, es algo que con el nombramiento de la persona o personas que lleguen y su actuación se verá, pero lo cierto, es que esta oportunidad de modificar la situación actual, en la que la imagen sea el entrenador para unas cosas y para otras el secretario técnico, inspirado desde dentro por un libro de estilo que dependía de la libérrima interpretación de un empleado y de la voluntad de darle un sello propio del que ponía en práctica la idea que se quería transmitir, es una ocasión a no dejar pasar, no sólo por aquello que transmitió el presidente en su toma de posesión en la que decía que “se acabó el tiempo en que los entrenadores mandaban en el club”, sino porque no creo que ningún empleado que no tenga el rango de Director General acapare de manera efectiva tanto poder como ha detentado el gerente saliente en los últimos tiempos, sobre todo porque lo que ha de exponer un Director General es algo infinitamente mayor a lo que se exponía hasta ahora, sin ningún tipo de riesgo y sin posibilidad de crítica alguna.
Si observan, en ningún momento he hablado de cuadrar cuentas, o de aplicar el presupuesto, es una casa en la que hacer eso es tan natural como respirar, por lo que si hay algo que no me preocupe, por obvio es eso, ciertamente, me emociona mucho más el final de la liga regular y la llegada del playoff que el cambio de un empleado por otro, hablamos de una gran empresa, y ya se sabe lo que somos los trabajadores para una entidad grande.
La emoción es el playoff.
24
Abr