Dracarys.

17 Abr

Una de las señas de identidad, o de los hechos diferenciales de nuestro deporte, son los tiempos muertos, éstos merecen un rato de charla, pero si encima le metemos la gestión de los mismos por parte de los entrenadores, tenemos para dedicar una serie de artículos en algún medio.
Cada uno sigue una moda, hace tiempo, los jugadores se quedaban en pie, alrededor del entrenador, después, se implantó el dejar sentados a los que iban a jugar a la salida del mismo y el resto de pie rodeando al que hablaba, en cuánto a los que mandan los hay monologuistas (que sólo hablan ellos), que delegan (dejan que los ayudantes, o incluso algunos jugadores hablen), didácticos (que enseñan lo que se hay que mejorar), que arengan, que sacan la pizarra y dibujan el Gernika, que sacan la pizarra y la golpean mientras hacen borrones o que ni siquiera sacan la pizarra, pero hay algo que es coincidente en todos: a las instrucciones generalizadas, seguro que vienen las personalizadas para el tipo importante.
En nuestro Unicaja, sabemos todos que el tipo importante se llama Nemanja Nedovic, para el estado del equipo ahora, diría que imprescindible, luego hay una baraja de jugadores importantes que todos tenemos en mente: James Augustine, Giorgi Shermadini, Jeff Brooks o Adam Waczynski. De forma intencionada he dejado fuera a los nacionales, a Carlos Suárez y a Alberto Díaz.
El de Aranjuez está justificando de sobra su presencia, y el malagueño ahora mismo está en una senda que va camino de colocarlo en esa especie tan fructífera para el club de Los Guindos: el ejemplo para la cantera de Málaga.
Como espécimen, Alberto cuadra mucho en ese tipo de canterano que entra casi en el equipo por imposición, que queda bien por su entrega, que tiene mucho margen de mejora en su juego y que tiene en los intangibles su mejor activo, algo que en muchos aspectos coincide con dos monstruos que dio en su día la cantera malagueña: Nacho y Bernardo Rodríguez. El caso del que fuera base del Mayoral Maristas fue el primer caso de un malagueño reivindicando la condición de internacional por méritos propios, cosa que al paso de los años hizo el escolta. Ahora, el pelirrojo creo que puede tener como punto fuerte en su currículum la larga lista de damnificados en el intento de dejarlo al margen de una presencia importante en el equipo.
Tras haber debutado en el primer equipo en la temporada 2011/2012, la carrera de Alberto ha sido ir siempre hacia arriba, tras pasar momentos durísimos, coincidiendo con parte de la oscura historia reciente del club, quizá la primera víctima pudo ser Jasmin Repesa, que tuvo tantas decisiones criticables en Málaga como vueltas alrededor de la cancha del Palacio de los Deportes hizo dar al base de EBG, el vértigo de tener que meter al equipo en Euroliga y responder a la confianza de Luis Casimiro, el peaje ingrato en sitios incómodos entonces como Bilbao o Fuenlabrada, y la vuelta a Málaga aún a sabiendas que su posición en la hipotética parrilla de salida estaba más en el sitio de los Sauber que de los Ferrari. Esa constante le ha ido acompañando, así como las decisiones y decepciones a la hora de encomendar la dirección del equipo en cancha a gente que ha rendido muy por debajo de las expectativas que generaron con su fichaje, todo eso ha servido junto con todo lo bueno que tiene Alberto para que sin estar nunca en los primeros pensamientos a la hora de acordarse de los miembros del plantel, esté adquiriendo la vitola de imprescindible.
Alberto ha estado muy atrás en la rotación de la plantilla, me parece lo más lógico verlo como opción de ser un gran acompañante de un base titular de fuste, el problema es cuando el primer espada no oficia de tal y los buenos servicios de Alberto pasan a ser tan necesarios como las ruedas para un coche.
Lo cierto, es que haciendo lo de siempre: defendiendo hasta el último aliento, siendo inteligente en ataque, buscando al compañero en su momento oportuno y siendo un ejemplo de entrega para la afición, la cantera y la plantilla, ahora ha mejorado el valor añadido a sus prestaciones, añadiendo una efectividad y una oportunidad en el tiro que ya no lo deja en la situación de jugador inofensivo para los rivales.
Lo que ha ido aportando en los últimos encuentros Alberto va más allá de lo numérico, está por encima de lo que reflejan sus números, incluso habiendo producido sus máximas actuaciones cuantitativamente hablando en las últimas jornadas, pero lo importante está en lo que hay más allá de la estadística, lo que muestra cada vez que sale a la pista, aun cuando haya habido rachas de juego en las cuales no ha mostrado su mejor cara, sigue ahí, en constante crecimiento.
Hablaba al principio de las instrucciones de los entrenadores en los tiempos muertos, tal vez, en la salida de Alberto Díaz a pista, bastaría con la famosa instrucción de la Khalessi en “Juego de Tronos” a sus dragones con el conocido “Dracarys” para que desplegase todo lo que puede dar, porque con este chico, esté o no todo lo acertado que el partido requiere, se sabe que va a salir a dar lo mejor de él.
Tengo claro que esto no es lo único necesario, que hacen falta muchas más cosas, del resto del plantel, incluyendo una continua mejora del mismo Alberto, el cual ojalá nunca pierda esa forma de ser, pero me pregunto yo, qué ejército no querría tener a un dragón en sus filas.

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