La evolución de la temporada del Unicaja ha traído la vuelta a la Liga ACB tras tres semanas de ausencia entre la Copa del Rey y el descanso por las ventanas FIBA. En medio, la Euroliga que ha situado al equipo malagueño con un balance provisional de 10 victorias y 14 derrotas que, de manera práctica, aleja el play off. Pero claro, si aquí aún nos resistimos a ver a nuestro Málaga CF descender de categoría, el mismo argumento ha de valer para mantener la esperanza en Europa.
Pese a que la trayectoria fuera de España hace pensar que los de Joan Plaza no van a alcanzar el play off, ahora lo que tiene que primar es el objetivo primordial de la temporada: alcanzar en la resolución de la Liga ACB ser el primer equipo tras los que tienen Licencia A. Aunque en el horizonte hay una reunión de la Euroliga donde –además de una hipotética ampliación a 18 equipos- se puede discutir el quitar a la ACB la Licencia B a la que aspira el Unicaja, algo que mataría en la práctica cualquier tipo de interés de la competición española, al igual que hace un tiempo manifesté mi curiosidad por saber qué equipos defendían la reducción de plazas en la ACB, me encantaría saber qué estrategia de defensa de los intereses del club cajista se está haciendo para evitar un desastre de incalculables proporciones. Mientras tanto, hay que seguir en la pelea. Tras caer en Belgrado en otro partido resuelto por una diferencia corta y que pudiera haberse ganado perfectamente, queda prácticamente reducida a la ACB; con lo cual, en la práctica nos sitúa en el punto inicial de los objetivos a cumplir. Con seis partidos todavía por resolver en Euroliga, en los cuales hay que pedir que el equipo siga dando la cara y arañar las máximas victorias posibles, en el caso de los 13 encuentros que quedan en ACB antes del play off hay que buscar la posición más elevada posible. Porque la versión 2017/18 del Unicaja necesita tanto la casa propia como un recién nacido el chupete.
Mientras tanto, intentar procurar que el tema lesiones esté todo lo atenuado que se pueda, e ir mejorando en todos los aspectos en los que hay que progresar. El partido frente a Estudiantes dejó claro que vale lo mismo una victoria con brillantez que sin ella, pero la diferencia entre uno y otro equipo se ha de hacer patente a medida que la competición avanza y los objetivos de cada equipo se definen. Sobre lo visto el domingo, cosas muy claras: la versión del Unicaja vista en la capital bastará para resolver encuentros frente a enemigos de mitad de tabla hacia abajo, mucho más con ausencias como Shermadini o poca aportación de elementos importantes como Nedovic, Augustine o Waczynski. Pero en otro momento, y sobre todo con otro tipo de rival, la cosa sería bastante más difícil. Queda bastante tiempo y competición, la ACB alarga su Fase Regular hasta el 24 de mayo y lo verdaderamente importante vendrá entonces. Mientras tanto, toda preparación será poca.
Sería injusto si no hiciera referencia alguna a las chicas del Rincón Fertilidad Costa del Sol. Vale que yo aquí no hablo de balonmano, pero entre lo poco que conozco a la gente del club y tener el respaldo de Manolo Rincón, ya les confiere todo mi respeto. Si encima las pobres tienen que vivir un episodio tan lamentable como el ocurrido este fin de semana, buscando un pabellón para poder jugar y que no tuviera goteras, hace que me ponga de pie ante su actuación. Aunque hayan caído derrotadas, no bajaron los brazos, por lo tanto el más absoluto de mis respetos. Y lo único que espero es que en el momento que tengamos oportunidad de volver a votar, haya la suficiente memoria para recordar que aquellos que viven de lo que pagamos entre todos nos dan una respuesta que nos avergüenza ante cualquiera que se entere de cómo funcionan las cosas por aquí. Si en cualquiera de las administraciones responsables del tema hubiera alguien con un mínimo de decoro, alguna que otra dimisión hubiera caído antes del fin de semana, pero eso sería como pedirle vocación de servicio a un político.
Aún queda tiempo.
6
Mar