A falta de dos jornadas para cerrar la primera vuelta de la ACB y de determinar qué equipos van a meterse en la Copa del Rey, nuestro Unicaja, con sus subidas y bajadas, victorias y derrotas tiene casi todas las oportunidades para conseguir clasificarse para el torneo que se va a jugar en Las Palmas de Gran Canaria. Pese a la irregularidad que se ha observado en la actuación del equipo malagueño, a día de hoy, es más que probable que baste ganar sólo uno de los dos partidos que restan (FC Barcelona, fuera y Herbalife Gran Canaria, en Málaga).
¿Contento?, vaya por delante que teniendo en cuenta el estatus, el presupuesto, la plantilla y todo el entorno que rodea al Club Baloncesto Málaga, veo imprescindible meterse en la Copa del Rey, me permito incluso prescindir de la forma actual del equipo, pero no ir sería un fracaso.
Estar en febrero en Gran Canaria es cumplir con algo exigible, puedo lamentar muchas cosas, pero sobre todo que la pelea sea con equipos del calibre de Andorra, Obradoiro, Murcia o Fuenlabrada. Pese a que el discurso oficial y habitual no ha cambiado en la práctica desde los emisores (sean club, técnicos o medios), tengo la idea que el Unicaja de estos tiempos no está en una pelea equilibrada con Real Madrid, FC Barcelona, CSKA, Fenerbahçe o Maccabi, pero, si bien en Euroliga meterse en playoff lo consideraría una gran noticia, en ACB los objetivos los veo de otra forma. En la competición española, considero que el grupo que entrena Joan Plaza tendría que estar peleando por ser cabeza de serie, junto con los otros cuatro equipos que juegan Euroliga y con la típica sorpresa que siempre se apunta en cada competición y que este año desempeña de forma tan estupenda Montakit Fuenlabrada, pero no me quedo contento viéndolo caminando sobre el alambre para entrar en la última remesa de equipos clasificados, aunque meterse en la Copa del Rey hay veces que parece una proeza en Málaga.
Pero, aunque hayamos visto partidos descorazonadores tras otros que nos han gustado, actuaciones tristes ante equipos con otras aspiraciones que sobre el papel tenían que caer derrotados y no era así, lo primero a resolver es el no fallar en el primer objetivo, y posteriormente ya se hará por solucionar el próximo problema.
Todo esto con la obligatoriedad de no poder bajar la guardia tampoco en Europa, si bien, en la competición continental, aparte de una exigencia menor en cuanto a objetivos, naturalmente, las obligaciones que tiene el equipo hace que salvo en ocasiones que todos tenemos en la memoria, haya habido buena imagen frente a los rivales en la Euroliga.
¿Qué consecuencias puede traer este esfuerzo continuado? Se verá con el tiempo, aunque en esta última semana, con una sucesión de partidos que me atrevería a calificar de dantesca, aunque se hayan jugado todos en Málaga, se han visto momentos en los que ciertas muestras de cansancio se han hecho palpables, por ejemplo, en la figura de Nemanja Nedovic, del cual, hablar sobre su importancia para este equipo es como mencionar el verde del uniforme, algo consustancial al mismo.
Intentar solventar el problema de la Copa del Rey no va a estar fácil, con un compromiso en el Palau el próximo domingo, ante un FC Barcelona que no tiene nada que ver con el que cayó derrotado en Euroliga anteriormente, pero la paradoja podría darse en el caso hipotético si una victoria ante el Herbalife Gran Canaria el domingo 21 dejara fuera de los ocho primeros a los del conocido Luis Casimiro, siendo entonces necesario estar entre los siete de cabeza en la tabla.
La situación está mejor que hace unas jornadas, y ciertamente los contrarios están ayudando a que el Unicaja se meta ahí arriba pese a cometer errores en la gestión de la Liga ACB, pero de momento, y al menos durante unos días habrá ir priorizando cosas, y no con esa frase que tanto les gusta decir a los jefes cuándo vuelven de un curso y que habla de lo urgente y lo importante, ahora toca resolver el asunto Copa del Rey, mientras no se descuida la Euroliga, pero el objetivo inmediato es claro.
De uno en uno.
9
Ene