Crédulo

Tradicionalmente, se dice que a medida que se va creciendo, se va perdiendo la inocencia, que poco a poco se va volviendo más incrédulo y al final termina no creyendo en nada de lo que le dicen y lo que le prometen.
Con este Unicaja nuestro, me había pasado lo contrario, cuando en el último tramo de la temporada 2016/2017 se hablaba de mantener y mejorar el bloque, que si el secreto del éxito pasaba por no tener que mudar a muchos componentes del grupo y que la plantilla, con algún que otro retoque era suficiente para encarar el reto del año que viene. Y me lo creí, como si fuera un tierno infante, no sé si lo próximo en mi vida va a ser creer en la bondad de los políticos o en la honestidad de los dirigentes.
¿Qué dice la realidad?, que de eso, nada. Si en un principio podía haber dudas sobre si algunos jugadores iban a querer seguir o iban a pedir la luna para renovar, al final, no hace falta que venga nadie, de entrada, puede sorprender la vuelta y renovación de Morayo Soluade, que tiene ante sí la gran oportunidad de su vida deportiva de demostrar que hay algo más que su condición de jugador de formación y la parquedad de su salario para aportar al grupo, además no sólo hay que pensar en lo poco apetecibles que pueden ser gente como Adam Waczynski o Dejan Musli para el curso que viene en esta plantilla, sino que dos fuentes seguras de puntos como Jamar Smith y Kyle Fogg están fuera y ya se han despedido vía redes sociales.
Ante esta cascada de salidas, algo tristemente habitual por estos lares, se encuentra la falta de inclusión en el derecho de tanteo de gente como Alen Omic o Christian Eyenga, cuya aportación dejó buen recuerdo al final de liga o la oferta formal del Unicaja por Giorgi Shermadini, jugador con unos números fenomenales en el MoraBanc Andorra, con una hoja de servicios de las que impresionan (paso por Cantú, Maccabi, Olympiacos y Panathinaikos) y que no se parece al “cuatro y medio” atlético con músculo, para impresionar en el centro de la zona que se pensaba que tenía que ser el dueño de la pintura del equipo de Joan Plaza, es muy pronto aún, pero más allá de interés más o menos certero como el que los medios de comunicación anuncian por el ex barcelonista Brad Oleson, sólo está el fichaje confirmado de Dragan Milosavljevic y esa especie de carta a los Reyes Magos que es la pretendida vuelta de Jayson Granger, aparte de eso, nada.
Todo esto ocurre mientras los demás equipos intentan lidiar con la competencia en forma de contendientes de Euroliga, NBA, China, etc, pero todos los rivales del Unicaja dan la sensación (cierta o no) de estar en otro plano presupuestario, pese al aumento anunciado por el equipo malagueño tras la consecución de la Eurocup, parece que los equipos de fútbol van por un lado, Valencia y Baskonia (pese a los rumores de impagos) relativamente cerca y el Unicaja está en un escalón inferior, sin poder hacer frente al interés que tenga cualquiera de esos equipos en jugadores que puedan interesar para reforzar la plantilla de Joan Plaza. Demasiados contrincantes para intentar pelear en la primera división continental de manera digna.
Muchas dudas las generadas a día de hoy, tal vez es demasiado temprano y puede que yo tenga muchas ganas de tener todo cerrado, pero entre la certeza que tengo de la dureza de la temporada próxima y la incertidumbre que es normal que tengamos, alguno puede ponerse nervioso, cosa que siendo de este equipo tendría que resultarnos habitual por otra parte.