Homenajes

2 May

¿Qué les parece el entretiempo? Habrá para todos, gente a los que no ir de invierno o verano les horroriza o a la gente que son felices con una leve chaquetita encima de una camisa, pues algo parecido ocurre con esta parte de la temporada que está entre el final de la liga regular y los playoffs.
Será porque se han copiado muchos sistemas de competición, o porque llegar a la parte de las eliminatorias lleva de la mano que muchos se han quedado por el camino y los que están ahí para competir tienen claro que su recorrido tiene una hoja de ruta no excesivamente larga, así que aquí nos conformamos con esa especie de «tierra de nadie» en la que andamos metidos y ver cómo se van sumando a esa lista de ociosos con talento gente como Álex Abrines, Nikola Mirotic o Marc Gasol para hacer compañía a Ricky Rubio, José Manuel Calderón, Sergio Rodríguez o los hermanos Hernangómez, sería bonito que en la final se enfrentaran Pau Gasol y Serge Ibaka para mantener la emoción de la competición el máximo tiempo posible.
La constante que lleva de la mano el ir finalizando la temporada, ha traído el abandono del baloncesto profesional de Paul Pierce, uno de los ilustres de nuestro deporte, no sólo por lo que en números pudo aportar, sino por esos intangibles que se terminan convirtiendo en algo capital para que el grupo funcione.
En la mejor liga desde la temporada 1998/1999, un tipo de Oakland, seguidor confeso de Los Ángeles Lakers (no en vano fue al instituto en Inglewood, lugar del Great Western Forum, dónde el showtime tuvo lugar) terminó convirtiéndose en pieza esencial de otro grande la liga los Boston Celtics, no sé si este alero de 2,01 fue el que devolvió el orgullo a la franquicia verde, cosa que se me antoja demasiado grande, pero el impacto que tuvo para que el equipo más laureado recuperase parte del estatus está ahí.
A Paul Pierce, tras salir de Boston en verano de 2013, y jugar consecutivamente con Brooklyn Nets, Washington Wizards y los dos últimos años con Los Ángeles Clippers, ha recibido un más que merecido homenaje en cada cancha que ha visitado, circunstancia que aquí simplemente no se daría, para empezar hablamos de lo poco habitual que es aquí anunciar la retirada a principios del curso, no cuándo se acaba, además de esa costumbre de ver como a un competidor al cual hay que borrar de todos los sitios, además no me imagino aplaudir a un tipo paradigma de objetivo para «haters» en alguna cancha española, pero aquello es otra historia.
O será que según qué tipos son otra historia y Pierce siempre cuadró con todo esto, muy buena actuación con la Universidad de Kansas, donde se graduó en criminología y mejor reflejo en su periplo profesional, con todos los accesorios, tres hijos, un matrimonio feliz dentro de los parámetros con su esposa Julie, que fue novia anteriormente de otro profesional, Larry Hughes, recibió su apodo de «The Truth» (la verdad) por parte de Shaquille O’Neal, no sé si completará el deseo de viajar por el mundo ahora que se retira de nuestro deporte profesionalmente hablando, pero aunque disfrute oyendo música –principalmente Michael Jackson y Snoop Dog- y coleccionando discos, me ha llamado la atención que haya tenido un impacto tan grande en algo mayor aún como la mejor liga del mundo, si no me creen, busquen lo que dicen de él gente como Kevin Garnett, por ejemplo.
No voy a culpar a la ACB de no ser capaces de agradecer a los grandes de nuestro deporte todo lo que han aportado estando en activo y que se lleven un merecido homenaje antes de finalizar su carrera, creo que va más con respecto a nuestra carga genética y a no entender esto del deporte profesional como un negocio, algo que más allá del Atlántico tienen ya totalmente asumido, pero aquí muy pronto tendremos oportunidad de hacer con quizá el más grande que hayamos tenido hasta ahora, nuestro Bernardo Rodríguez que el domingo 14 recibirá (tarde para mi gusto, qué les voy a decir), el homenaje de ver retirada su camiseta, espero que ésta cuelgue del techo del Martín Carpena junto con los estandartes que se retiraron hace demasiado tiempo y que se le añada también el del título de la Eurocup.
La única pega que le veo es que el club donde trabaja ahora no es el Unicaja, sino el Real Betis, y no me parece mal, pero es bastante posible que estén en necesidad de jugarse la vida para evitar el descenso de categoría, que ya tiene delito y mala suerte venir a pasar esto el primer año que parece que realmente vaya a tener reflejo la pérdida de categoría sin esa red de seguridad que han tenido Manresa, Estudiantes o Gipuzkoa Básket años anteriores.

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