Esto de las navidades trastoca y mucho. Entre festivos, reuniones, niños sin colegio y parones en la Liga para evitar los días señalados es difícil tener claro qué días hay partido y cuadrar las competiciones. Ahora, casi sin solución de continuidad, el Unicaja da paso a la segunda fase de la Eurocup. El Top 16 ha de suponer un cambio de imagen del equipo con respecto a la primera. En los ocho partidos del grupo C ha parecido que el conjunto malagueño tenía aire de pretemporada, con actuaciones medianamente decentes y otras que no alcanzaban lo mínimo exigible. Los chicos de Joan Plaza tienen aún pendiente un partido redondo en la segunda competición europea, aunque la particularidad de ese limbo fabricado por la Euroliga y su pelea con la FIBA ha permitido que funcionando al ralentí el equipo se haya clasificado porque el pase no exigía un esfuerzo máximo.
Salvo para Buducnost, MZT Skopje, Olimpija y RETAbet Bilbao, la competición sigue su curso, a mi modo de ver, sólo los vascos pueden hablar de fracaso con su no clasificación. Para la segunda fase, el equipo del abanico se va a pelear en poco menos de un mes con Valencia Básket, Cedevita y Alba Berlín, siendo los alemanes, el primer rival. En un torneo tan corto como el que Unicaja va a disputar ahora, la oportunidad de conseguir el primer triunfo a domicilio en el Mercedes Benz Arena de Berlín es algo que no hay que dejar pasar para no echarla en falta. Aunque el gran favorito es el equipo de Pedro Martínez, los de la capital alemana, en quinta posición de su Liga, con una racha de siete victorias consecutivas de un total de 11 en 16 jornadas, ha añadido al conocido Carl English recientemente para dar respaldo a tres jugadores principales: el base de origen samoano Peyton Siva (campeón de la NCAA con Louisville en 2013), el ex Joventut Tony Gaffney (mejor reboteador del equipo) y el internacional bosnio Elmedin Kikanovic, cuarto anotador de la competición germana y hombre más importante en cuanto a valoración de la escuadra y representado por Misko Raznatovic.
No va a ser nada definitivo, pero teniendo en cuenta que los enfrentamientos ante los levantinos no llegan hasta las jornadas tercera y cuarta, hay que pensar que la ocasión de ponerse serios empieza mañana y empezar a demostrar que la Euroliga merece intentar atacarse desde todos los frentes posibles. Y la primera oportunidad pasa a través de una Eurocup que está mejorada con respecto a años anteriores, pero a la que la guerra aún no finalizada con la FIBA ha privado de tener a parte de los buenos equipos que quedaban fuera de la primera competición europea.
En la Euroliga, consumida la primera vuelta de la competición, vemos que está claro que ahí no se bromea, que cada triunfo es una pelea cruel, que en cualquier cancha se va a sufrir y que en la receta necesaria y exigible para poder competir hay algo más que un buen talonario. El Galatasaray turco de Ergin Ataman está a la cola de la tabla, junto con el Emporio Armani Milán de los conocidos Zoran Dragic, Krunoslav Simon y Jasmin Repesa. El entrenador, fiel a su conocido discurso exculpativo ya ha sacado a pasear la letanía habitual de «si el culpable soy yo me voy» o «los jugadores han de resolver esto ellos mismos» –vamos, nada nuevo–, con fuga del mejor jugador (Alessandro Gentile) del club de su vida para intentar no perder la temporada. Sólo ese esperpento versión 16/17 que se llama Maccabi Tel Aviv rivaliza en el dudoso honor de ser el peor equipo, no sé si con el letón Ainars Bagatskis enderezarán el rumbo, pero salen a entrenador cada dos meses. Viendo los partidos de Euroliga se tiene la sensación de ver una marcha mayor que la que ponen en danza otros conjuntos, como si jugaran en una división mayor. Así pues, intentar volver no va a ser fácil. Acceder, de momento, tiene la posibilidad abierta de ganar la Eurocup o quedar el primero en la ACB tras Madrid, Barcelona o Baskonia. De cómo se desarrolle la temporada dependerá que sea un objetivo real o se convierta en una carta a los Reyes Magos irrealizable en la práctica. Queda tiempo para verlo, pero el momento importante ya empieza.