Pasó una Copa del Rey más, muy dolorosa para la afición cajista, será que uno se acostumbra rápidamente a lo bueno, y pensamos que se dejaban atrás muchos años malos, pero como ya hemos hablado suficiente del tema, mejor seguir.
En un certamen en el que las primeras jornadas dejaron grandes sorpresas con la eliminación de FC Barcelona y Valencia Básket, el triunfo del Real Madrid puede llamar la atención en un momento que dista de la fortaleza y de la dictadura exhibida la pasada temporada, es complicado que cualquier plantilla llegue a ser tan sólida como fue la de Pablo Laso el pasado curso, pero aún así, este año ya tiene este título en el bolsillo.
Si se habla de sorpresas, antes de jugarse el certamen, ésta era la ausencia del equipo malagueño, tras jugarse la final, no sé si la mayor sorpresa, pero uno de los grandes triunfadores es Alejandro García Reneses.
Pese a no haber terminado campeón, el que fuera entrenador de mal recuerdo para el Unicaja ha salido tremendamente reforzado, y aunque en una trayectoria tan larga y tan dilatada como la de Aíto, llegar a una final de Copa puede pasar desapercibido, creo que tiene más mérito que la inmediatamente anterior, casualmente la última vez que Unicaja llegó a una final, también de Copa del Rey.
Está claro que el recuerdo que dejó Aíto en Málaga fue infausto. Aíto era una apuesta clara para seguir con la estirpe de entrenadores con nombre y fuste, senda iniciada con Bozidar Maljkovic y seguida con Sergio Scariolo, el trabajo del madrileño dejó descontento a casi todos, los primeros a los dirigentes del club, pero a la vez fue el mejor escudo para que las iras de la afición se dirigieran al banquillo en lugar de al palco. Aíto fue tan útil que sigo manteniendo una duda ¿cuánto tiempo hubiera continuado si no llega a “suicidarse” públicamente en aquel partido frente al Gran Canaria que significó su salida?
Como ocurrió al llegar a Málaga, se pensó que su estancia en Sevilla era la antesala a la retirada, y que el viaje a Las Palmas era el símil de los ancianos americanos cuando se marchan a Orlando o Miami tras jubilarse.
La realidad es que en Sevilla hizo un trabajo que se ha traducido en la financiación en gran parte de esta temporada, gracias al traspaso de Kristaps Porzingis a New York Knicks, en Las Palmas, el pasado año ya jugaron la final de la Eurocup, y este año, pese a sufrir el golpe anímico que supuso la grave enfermedad de Kyle Kuric, el equipo está en una más que cómoda quinta posición en la liga, en Eurocup está en octavos de final para enfrentarse al verdugo del deslumbrante –pero eliminado- Valencia Básket, y tras ajusticiar en La Coruña a los de Pedro Martínez, han jugado su primera final de Copa del Rey, eliminando a un bravo Dominion Bilbao en semifinales y obligando al Real Madrid a sacar su versión más dura y competitiva para conseguir el título.
La actuación de Aíto García Reneses al frente del banquillo canario va de la mano del también conocido Berdi Pérez, otro nombre ilustre del baloncesto nacional que pasó sin pena ni gloria por el organigrama del Club Balocesto Málaga, el sevillano, único Director General que ha tenido el club (pieza que sigo pensando que es imprescindible si se quiere armar convenientemente la estructura de club), ha vuelto a su sitio de Director Deportivo, el resultado está ahí, muy poco que replicar a la actuación de ambos.
Ni García ni Pérez son los primeros que dejan una mala impresión en su trayectoria con el club del abanico, y por desgracia creo que no serán los últimos. Fidel Castro dijo que “la historia me absolverá”, no creo que el día que el entrenador madrileño vuelva a Málaga haya aplausos en el Palacio de los Deportes, pero su hoja de servicios está ahí, antes y después de pasar por el banquillo malagueño, lo que provocó que aquí no terminara de rendir, es un misterio. Como en el caso de Berdi Pérez, o como en tantos otros presentes y pretéritos. No sería malo intentar evitar casos futuros, sería bueno para el club.