El primer escalón para evaluar la temporada del Unicaja llega al fin. Aunque esta disposición de los cursos provocan llevar simultáneamente ACB, Copa del Rey y Euroliga. Esto es algo obligatorio viendo que tanto propietario, presupuesto, como aspiraciones te empujan a estar tan arriba que cualquier desfallecimiento va a tener la calificación de fracaso al alcance de mucha gente que quiera opinar.
Está claro que el actual momento deportivo del Unicaja ha tenido desde que comenzó la temporada con la Supercopa ACB de Málaga dos caras, dos versiones casi permanentes, desde el torneo que abría la competición con un partido genial ante el Real Madrid y otro descorazonador ante el FC Barcelona. Ha sido una constante, la Euroliga solventada de manera acertada y la ACB con una cantidad de tropezones que han provocado que, como un estudiante mal planificador (de esos que nos suenan bastante), todo dependa de la actuación del último día.
La disposición de la competición, con el Obradoiro con plaza por ser anfitrión, y fuera de los ocho primeros puestos, provoca que Unicaja se juegue dos plazas enfrentándose a Real Madrid, mientras que Dominion Bilbao Básket tendrán enfrente a Río Natura Monbús, MoraBanc Andorra jugará en Vitoria ante el Laboral Kutxa y el Montakit Fuenlabrada disputará en Zaragoza ante el CAI un partido con todo que ganar y casi nada que perder. A priori, el equipo de Joan Plaza tiene más complicado que nadie solventar su compromiso, pero claro, durante toda esta semana vamos a recordar que el equipo de Pablo Laso no es invencible (la última prueba el pasado domingo en el Fernando Martín), que se le puede hincar el diente, que vaya peligro eso de tener que jugárselo a última hora tiene esos inconvenientes… pero es lo que hay, sobre todo cuándo te lo has ganado a pulso.
Y es que es así, si el domingo 24 el almuerzo se retrasa porque hay que cerrar el viaje a La Coruña estaremos aliviados y contentos, lo primero por haber cumplido con el primer capítulo de los objetivos, lo segundo, porque vencer en Madrid es algo que gusta y reforzaría la creencia que todos tenemos sobre las posibilidades de este equipo.
En medio, viaje –no de placer- a Belgrado, a una de las canchas más complicadas que hay, para jugar ante Estrella Roja, sin Marcus Williams, pero con un buen Tarence Kinsey que no tiene que ver con el que pasó fugazmente por Málaga. Partido complicado y donde se requiere ponerlo todo para intentar sacar la victoria que no se consiguió en la sala OAKA y seguir en la liza por los cuatro primeros puestos del grupo del Top 16, ya que, aquí, a pesar de lo hecho, no hay que perder de vista que el Unicaja le ha ganado en Málaga a los dos últimos del grupo (Darussafaka y Cedevita), y perdió en Atenas ante el sexto del grupo (Panathinaikos). Ahora toca jugar en la cancha del quinto, el equipo serbio no tiene la vitola de invencible, pero en la situación actual, con una cita tan capital como inmediata en el partido del domingo próximo, no sé yo si la concentración y la dureza mental que requiere el partido de Euroliga será la que hace falta.
Es tremendamente obvio decir que queremos el triunfo del Unicaja o las derrotas de Fuenlabrada, Andorra o Bilbao para que los de Joan Plaza estén en febrero en Galicia peleando por el título de Copa, pero aunque la resolución de ese torneo tenga mucho que ver con el estado de forma en menos de una semana, lo cierto es que su clasificación se basa en la regularidad y está cargada de razón para aquellos equipos que lo consigan, y si el Unicaja se queda fuera, será muy duro, pero justo, no en vano, todos los equipos que están por encima, han vencido a los de Málaga.
La incomodidad que supone estar en esta situación, ha provocado que desde hace mucho tiempo se esté peleando como si de una final se tratase cada partido, como si se estuviera nadando contra corriente, sin conseguir muchas veces el objetivo, trae además alterar la situación que ha de ser normal en este equipo, si se ven, los equipos ya clasificados encajan en el perfil de escuadras importantes, sólo falta uno, el nuestro, ya se le han dado muchas vueltas a lo ocurrido, a las oportunidades que se han dejado de pasar y lo importante que es estar siempre ahí arriba para este club, y ahora, con mayor razón, porque muchas veces, el mensaje se repite sin pensar la situación real de la plantilla, pero ahora, en la situación que a priori se hacía de cada uno, se podía dudar sobre estar entre los dos o cuatro primeros, pero entre los siete mejores era algo no negociable.