Cambio de registro.

8 Dic

No sé si será el inicio de una buena senda, ni idea si tras los últimos acontecimientos (salida de Germán Gabriel, fichaje de Jack Cooley, ausencia de Richard Hendrix en Estambul y Badalona), encadenar dos victorias consecutivas en la Liga ACB han de conferir buenas sensaciones.

Tengo muy claros los malos recuerdos que pueden traer las visitas a Badalona, en cancha del Joventut no se llega al 29% de victorias conseguidas, peor era ir a casa del Círculo Católico, ya fuera en la denominación Cotonificio o Licor 43, que en ningún momento significó un triunfo. Vale que las plantillas que se enfrentaron a los Margall, Jofresa o Thompson no tienen que ver con lo que cuenta ahora Joan Plaza, pero para el partido del pasado domingo era necesario conseguir una victoria, de manera inmediata y sin mucha remisión porque no está la situación para echarle paciencia o aguantar volver a quedarnos sin Copa del Rey.

El plantel que maneja el Unicaja ahora se modifica sustancialmente, tras la salida de Germán Gabriel y la llegada de Jack Cooley, tenemos la consecuencia de creer necesario una aportación diferente del juego interior, mayor contundencia, mayor presencia reboteadora y una situación en la que físicamente imponga más que lo que llevamos visto esta temporada.

Con la llegada de Jack Cooley no se consigue al “siete pies” que no se tenía en plantilla, pero el norteamericano tiene una configuración diferente de Fran Vázquez, Richard Hendrix y Will Thomas, los tres hombres que han ocupado la posición de cinco. Con el ex jugador de Notre Dame, el Unicaja tiene un tipo que en las inmediaciones del aro ocupa bien el espacio, con un rango de tiro justito, pero que aprovecha bien las oportunidades que tiene en ataque. Sus números en los seis partidos disputados con Idaho Stampede son muy reseñables, pero en un equipo en la parte baja de la clasificación de la D-League y que encaja más de 90 puntos por encuentro, ahora hay que ver cómo se adapta a la liga española, a la europea, al equipo, al entrenador, al club y a la ciudad.

No sé si será suficiente refuerzo para lo que requieren las necesidades del equipo, porque seguro que se nos aparecen otras mejoras como Nemanja Nedovic, los escoltas, devolver a Carlos Suárez a la posición de tres… muchos frentes abiertos, pero si tenemos en cuenta que el baloncesto que tiene el Unicaja actual reparte los minutos de forma casi equitativa entre sus miembros, con sólo tres hombres por encima de 20 minutos (Will Thomas, Stefan Markovic y Jamar Smith), y salvo Alberto Díaz, que se queda en 10, el resto está en más de 15 por encuentro. Esto en ACB, en Euroliga no varía en exceso.

Seguro que el nuevo jugador contará con las oportunidades que le hagan falta para formar parte importante del equipo, lo cierto es que la configuración del mismo no está en la misma línea que se tenía al inicio de la temporada, y va a ser necesario modificar la hoja de ruta a seguir para conseguir los mismos objetivos. Por el camino se habrán quedado ideas y personas, pero en el que tal vez sea el año más crucial y complicado para la historia más reciente y del Unicaja moderno, el final sea lo que termine contando.

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