Semana de victorias, semana casi tranquila. Situación de las catalogadas como poco habituales para el equipo en esta temporada, dos rivales históricos en horas bajas, con mucho mejor pasado que lo que dice la situación actual de cada uno, y sobre todo con una apariencia que ni mucho menos invita al optimismo en Yad Eliyahu y en Magariños.
Sobre si estos partidos sirven para pensar que Unicaja está dando la vuelta a la situación de incertidumbre que pesaba sobre él, habrá que verlo, pero el camino que queda por recorrer parece largo, y nada fácil.
En el tramo final de la semana pasada, ha trascendido el deseo de Germán Gabriel de abandonar el equipo. Es curioso como la unión Unicaja-Germán ha salido permanentemente mal en las cuatro oportunidades que él ha vestido la camiseta del abanico. Mal porque a los que conocemos a Germán desde siempre nos pedía el cuerpo que hubiera marcado una época y que con Bernardo Rodríguez y Carlos Cabezas se hubieran perpetuado, pero claro está que con treinta y cinco años, el día del debut del jugador nacido en Venezuela está muy lejos.
La primera época, tras el debut en el primer equipo, acabó en 2001, cuando Unicaja lo cambió por Frederic Weis y lo cedió al Ourense Baloncesto, era la de un jugador joven, con el halo de ser el mejor interior de los júniors de oro, siendo clave en la famosa selección que ganó el Mundial Júnior en Lisboa, una primera etapa en Estudiantes le sirvió para volver a Unicaja en la temporada 2003/2004, y nuevamente a salir por tres años repartidos entre Bilbao y Girona, otra vez de vuelta a Málaga por dos años, 2007/2008 y 2008/2009. Sin posibilidad de asentamiento vino una nueva salida, ahora cuatro años, repartidos entre Estudiantes y los dos últimos años de vuelta a Bilbao, una mínima experiencia en Marinos de Anzoátegui y el conflicto vivido en la capital vasca en su último año de contrato, lo cual le volvió a abrir la puerta de Unicaja.
Germán siempre ha cumplido con la camiseta del club de su ciudad, pero en la práctica no ha llegado a cuajar. Su llegada a finales de la temporada pasada fue una gran noticia y uno de los factores que ayudó a que el equipo finalizara de forma exitosa el curso, resultó tan importante que Joan Plaza lo eligió para contratarlo para este año y el próximo, incluso por delante de Jon Stefansson, la otra opción que también estaba sobre la mesa y que tan buen recuerdo dejó en Málaga.
Ahora Germán se va motu proprio, descontento ante su situación en el equipo y renunciando a año y medio de contrato en un club que paga religiosamente, en su casa y que va a tener competición europea (no sabemos de qué calibre) en una época que casi con toda seguridad sería la última de su carrera como jugador profesional. Germán busca seguir progresando en su carrera como jugador, no estar acomodado y ser más protagonista de lo que estaba siendo en Málaga.
Creo que ni Joan Plaza ofreció la posibilidad de ser indiscutible a Germán, ni éste pensaba que aún no siendo titular iba a contar con tan pocos instantes en cancha. Ni la mala situación de resultados en ACB del equipo, ni el legítimo inconformismo del último canterano de la generación dorada han ayudado.
Ahora, Germán elegirá su futuro, y el club abre la necesidad del repuesto, algo que flotaba en el ambiente, pero que ahora viene forzado. Sobre esto no sé qué se elegirá, porque necesidades hay más allá de tapar la salida última. Se podría decir que es necesario apuntalar el puesto de base porque Nedovic va de forma intermitente, de los escoltas Smith y Jackson se puede decir lo mismo, si hubiera un “cuatro” a tiro no estaría mal tampoco, pudiendo devolver a Suárez a la situación de alero, y traer un pívot grande para dar mayor versatilidad al juego interior no parece tampoco descabellado.
Muchas incógnitas a resolver, salvo que la cuarta salida de Germán cumple con todos los indicios para ser la última, una lástima. Yo, por lo menos, lo echaré de menos, siempre me pareció un gran tipo que se merece lo mejor. Ojalá tenga suerte.