Tras la disputa de la Supercopa ACB, primer gran evento de la temporada 2015/2016, se puede decir que el Unicaja ha vivido en parte la continuación de las buenas sensaciones que se vivieron al final del año pasado, al menos en parte.
La primera muestra en público de la totalidad de la plantilla de Joan Plaza tuvo una puesta en escena en la línea de la continuación del playoff de la temporada pasada, todo estuvo a la altura, no sólo en la cancha, también en la grada. Con un Palacio de los Deportes digno de las grandes ocasiones, la actuación del equipo malagueño tuvo tintes parecidos al que plantó cara al FC Barcelona en el final de la temporada 2014/2015, los jugadores parecía que llevaban juntos desde minibásket y que el Unicaja se jugaba llegar a la Final Four de la Euroliga o ganar la Liga ACB.
Con una actuación en la que destacaron las aportaciones de los jugadores que habían estado hasta última hora en el Eurobásket pasado (Stefan Markovic, Nemanja Nedovic y Mindaugas Kuzminskas), más de uno pudo experimentar un abandono ante la euforia y pensar que todo iba a ser dulce, pero de la noche del viernes a la tarde del sábado, medió un abismo, las culpas hay que repartirlas entre la diferencia de aportación del equipo local, y el nivel de oposición mostrado por el rival, siendo muy diferente lo que ofreció el Real Madrid a lo que enseñó el FC Barcelona. Ya dio muestras el equipo de Xavi Pascual de poderío en el primer partido de la Supercopa, donde dejaron al Herbalife Gran Canaria de Aíto García Reneses a un nivel de equipo inofensivo que ni mucho menos será el que ofrezcan a medida que avance la temporada. Aunque con siete novedades y dos ausencias, además de las importantes: Juan Carlos Navarro y Samardo Samuels, el equipo catalán creo que tiene mucho camino por delante para poder asaltar las cimas de todas las competiciones, algo para lo que se diseña esa plantilla, aún así, demostró que la versión expuesta fue más que suficiente para ser el mejor equipo de largo de la competición que inaugura el curso.
¿Y el Unicaja? Creo que para la situación actual de la temporada puede bastar, yo sigo creyendo que la versión realmente competitiva ha de darse en diciembre, como decía el recordado Paco Rengel, el cual ya tiene una calle con su nombre junto al Martín Carpena, para que nos siga acompañando en los días de baloncesto aunque nunca nos haya dejado. Ni la euforia del viernes, ni el desencanto del sábado tienen que ser la vara de medir la competición. La temporada que tiene que afrontar el plantel es tan dura y cruel que habrá pruebas periódicas, sucesivas y sin dar el respiro que en otras ocasiones sería necesario.
A medida que el almanaque vaya pasando, iremos despejando dudas. Se verá si Nedovic es tan bueno como para ir a la NBA o será un continuo recordatorio a Jayson Granger. Hendrix tendrá mucho tiempo sobre él y sus rodillas el halo de sospecha y su posible incapacidad, pero no será sino a base de partidos como se despejará esa eterna desconfianza. Tendremos ratos de duda si la posición de cuatro está bien cubierta con Carlos Suárez y Will Thomas. Y querremos ver que los exteriores dan mejor resultado que los que ya no están.
Como es lógico, hay mucho por recorrer, sobre todo, porque esto aún no ha empezado, lo que se ha visto es que el equipo quiere dar de sí todo lo que se espera, y que la grada quiere seguir siendo un factor diferencial con respecto a otros lugares. Hubiera estado bien conseguir el título de la Supercopa, sobre todo porque en Málaga no estamos sobrados de alegrías, me hubiera gustado verlo y que la gente estuviera orgullosa y presumiera de él, al igual que los otros pocos galardones que tiene el Unicaja, pero esto sólo está empezando y espero que nos divirtamos, ese es el fin.