En pleno desarrollo del Eurobásket que coronará el domingo en Lille a las selecciones que tengan el billete directo para los Juegos Olímpicos, o tengan que pasar por el purgatorio que supone el Preolímpico, el Unicaja de Joan Plaza comenzó los partidos de preparación para afrontar la próxima temporada.
La disputa del Trofeo Costa del Sol permite sacar las conclusiones justas, porque a las consabidas ausencias propias y ajenas hay que añadir el momento y el ciclo de preparación a completar, ponerse más o menos triste, nervioso o eufórico por perder de poco con el Khimki o ganar a la versión LEB Bronce del Real Madrid lo veo como poco prematuro.
No me voy a referir a lo poco que he visto del Unicaja 2015/2016, podemos tener impresiones previas, ideas preconcebidas y todo eso, cuando a principios de octubre veamos la Supercopa ACB tendremos más base para opinar, sobre todo, teniendo en cuenta que la competición nacional y la Euroliga estarán a punto de comenzar, pero tradicionalmente el momento de evaluar debe situarse más o menos en diciembre, antes parece algo temerario.
Sobre todo cuando las normas de las competiciones están literalmente manga por hombro, con una problemática larvada en casi todas las ligas y que pone en una duda razonable la seriedad de las competiciones, que además parece que andan de la mano a la hora generar dudas.
Si se analiza el tema Euroliga, polémicas aparte sobre si participan los mejores o no, que la organización se congratule de haber conseguido como patrocinador a Dogus, holding turco que casualmente también patrocina a Darussafaka, rival de Unicaja en la primera ronda y que está fichando a todo lo fichable en el país transcontinental queda como algo muy legal, pero la ética te la guardas, sobre todo porque es un equipo que en su liga no llega ni a semifinales y recibe de la invitación por los simpáticos que son, por cierto, fue al equipo que marchó Mike Ansley tras jugar en Cáceres.
Aquí en España bajando un peldaño, la ACB cosecha problemas con una facilidad pasmosa, pero ahora parece que ha rizado el rizo con el caso Ourense Baloncesto, ahora tenemos la oportunidad de vivir una liga que ya conoce a uno de sus participantes seguros el año próximo… y no es ninguno de los que arrancan el curso en octubre, sino que es uno que está en la división inferior. El pacto para que los gallegos sean equipo ACB, gracias a la intermediación del CSD llega con fecha de vigencia a la temporada próxima, con lo que de golpe se desvirtúan dos competiciones: ACB y LEB, de entrada se puede pensar que hay un descenso asegurado para dar cabida a los gallegos, pero la posibilidad de que los del Pazo Paco Paz no asciendan deportivamente y que los dos equipos que sí lo hagan cumplan los requisitos existe, con lo cual habría que hacer tres huecos en la ACB, o dejar nuevamente que la injusticia vuelva a ser una seña de identidad de la organización de nuestro baloncesto.
Para que nadie tenga la razón al completo, en LEB Oro y tras otro año en el que el Ford Burgos conseguía su ascenso (demasiados consecutivos para enumerarlos sin sonrojarnos) y se quedaba sin jugar en ACB, los hombres del CB Tizona, anteriormente CB Atapuerca, ambos de la ciudad castellana tomaban la determinación de dejar la competición profesional, hartos de la situación, la FEB, para solucionar las deserciones producidas (Valladolid o Clínicas Rincón, sin ir más lejos), le otorgaba una plaza al filial del FC Barcelona, cosa que enfadaba con toda la razón del mundo a Manolo Rincón, porque las circunstancias que obligan a decir no a la categoría, cambian posteriormente y a dedo, demostrando que la idea esa de George Orwell de “hay algunos animales más iguales que otros”, puede darse por válida. Y para rematar la faena, aparece un equipo de nombre Inmobiliaria San Pablo, del CB Miraflores, creado en agosto de este año en Burgos y que va a ocupar la plaza del equipo ascendido, que también ha reclamado y busca otro acuerdo con la ACB como el del Ourense Baloncesto.
Si después de todo esto, y de los sudores que nos provoca el próximo partido de España con Grecia para seguir vivos en el Eurobásket la gente se acerca a nuestro deporte, es porque es precioso, bonito y nos gusta mucho no, muchísimo, pero lo cierto es que los que mandan no ayudan casi nada.