En la última columna que escribí antes del breve paréntesis experimentado, comenté lo que me parecía la preparación del equipo que dirige Sergio Scariolo y que se juega la clasificación para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro además del reparto habitual de medallas.
En ella hablaba de la vertiente más comercial que preparatoria, algo repetido una y otra vez desde que tenemos “Ruta ÑBA” y demás promociones conocidas. Lo de siempre, es en España, con árbitros de aquí, rivales de nivel medio-bajo y una sensación de felicidad por haberse conocido que invade permanentemente a lo que rodea a la selección.
De primeras, ante Serbia, derrota. El inicio no fue malo, aunque el equipo tiene ausencias graves y significativas, la cara y la implicación que demuestra Pau Gasol, que podría estar perfectamente de vuelta de todo y disfrutando del verano, tiene los galones de ser el mejor activo de una selección que aún puede aspirar a pelear por lo más alto.
La contienda del sábado mostró un equipo con mucho talento, también con ausencias, y que está muy bien dirigido desde la banda, aunque aquí nos basta para descalificar a unos o a otros porque el aspecto físico no nos cuadre. España tuvo un serio problema en la dirección de los bases, estando todos muy grises, eso además de los problemas mostrados al no ser capaces de defender a jugadores ocupando la posición de “cuatro abierto”, algo que en su momento Sergio Scariolo explotó a las mil maravillas, pero que resultó crucial para decidir el partido.
Con el encuentro ante Turquía, dos situaciones diferentes a mi parecer, el carácter de los turcos no es el mismo de los serbios aunque de talento andan también muy arriba, y entre un entrenador y otro, las comparaciones siguen siendo odiosas, de todas formas, la diferencia en el marcador es brutal, y creo que lejos de lo que realmente hay entre un equipo y otro.
Lo que vamos a ver a partir de hoy no será un paseo militar, ya que teniendo de rivales a una anárquica Italia, a la peleona Islandia y a uno de los anfitriones contando con un Nowitzki en modo competitivo será difícil, además habrá que ver los cruces y si se tiene el acierto y la suerte para llegar al domingo 20, el día realmente importante.
Esta semana seguirá el Eurobásket, y además llegarán los primeros partidos del Unicaja, aunque será un equipo disminuido y con ausencias notables, sus rivales también sufren mermas en sus componentes, pero ese síndrome de abstinencia que pasamos los aficionados, en cierto modo se verá paliado, tenemos ganas de ver a novedades como Edwin Jackson, Dani Díez, Jamar Smith o Alberto Díaz, aunque el equipo de Joan Plaza completase un año magnífico en casi todos los aspectos, la renovación de casi la mitad de la plantilla, teniendo en cuenta que salvo en la situación de Jayson Granger no han sido elecciones por parte de los jugadores, se supone que mejorará el conjunto cara a la nueva temporada.
Es complicado recordar y ver un tercer año en el banquillo cajista para un entrenador, cosa que Plaza acomete este año, pero el crédito del catalán es tan alto a día de hoy que merece toda la ilusión que el aficionado cajista le viene mostrando, la competición y la temporada dirá si las medidas tomadas o no han sido las acertadas, como siempre, algo que se repite cada año, ahora, como ocurre en el caso del Equipo Nacional, habrá que ver si el acierto y la suerte dirán al final lo que todos queremos vivir.