Habitualmente hemos dado por buena la sentencia que dice que lo malo no es equivocarse, lo realmente grave es perseverar en el error. Algo así puede verse en la relación que está manteniendo el Unicaja con los últimos encuentros de la fase regular de la Liga ACB.
Ya he hablado bastante de lo que me parece el juego del equipo, sobre todo tras el famoso parón que experimentó por causas del calendario, sobre la mutación sufrida en lo que mostraba antes el equipo que entrena Joan Plaza, y lo que llevamos viendo desde que el equipo venció al Movistar Estudiantes.
Se han vertido multitud de explicaciones, cantidades de razones y todo tipo de motivos. Y creo que no va a ser fácil dar con la tecla a pulsar, lo peor es que hay tan poco tiempo antes del playoff, que lo que realmente urge es intentar volver a la normalidad que se mostraba y que día que pasa, parece relacionarse más con una novela de ficción que con algo vivido.
Ahora mismo, es imprescindible que vuelvan los que realmente pusieron al equipo arriba, que en una plantilla con una ausencia de líder manifestada desde el principio, es capital que vuelvan jugadores que están desaparecidos. Figuras como Jayson Granger, Ryan Toolson o Fran Vázquez tienen que volver con el peso específico de antes, porque la espera de otros como Kostas Vasileiadis o Vladimir Golubovic va camino de agotar la paciencia. Urge, y mucho, recuperar a los elementos del equipo, habían dado muestras para confiar de sobra en todo lo que eran capaces, y ahora, que surgen las dudas para algo tan importante como es el inmediato primer cruce del playoff (no hay que olvidar que la Euroliga no está asegurada), es imprescindible que se enteren que la gente está con ellos y que este equipo se merece algo más parecido a lo vivido hasta principios de mayo, que lo que se ve ahora.
Mientras tanto, hemos tenido la consecución del título de la Euroliga por parte del Real Madrid, aparte de felicitar a los de la capital de España, entiendo que es merecido, también hubiera sido para cualquier club que estuvo en la Final a Cuatro o incluso otros como FC Barcelona o Maccabi, pero los de Pablo Laso (criticado hasta la saciedad), tras llegar a tres finales en tres años consecutivos han terminado consiguiendo algo que se alargaba demasiado en el tiempo, un equipo que no está contento ni cuando gana, rinde cuentas y cumple con gente que ha hecho merecimientos. Es curioso, pero el Real Madrid con toda la calidad del mundo, ha tenido que recurrir al carácter aportado por veteranos como Andrés Nocioni o Jonas Maciulis para dar el necesario empujón final.
De carácter y de talento está sobrado Vasilis Spanoulis, tengo que darme el lujo de escribir del griego porque lo que ha hecho ha sido digno de dejarnos con la boca abierta, porque, al margen del podio, el plantel de Olympiacos ha dado un rendimiento máximo, el mejor jugador a día de hoy en Europa se quitó de su camino a uno de los máximos favoritos como el CSKA, con unos minutos dignos de videoconsola y justificó su sueldo hasta el último euro, un tipo así si merece el estatus de estrella para pasar a la historia del baloncesto europeo.
Tipos con carácter, talento y que al final demuestran que están ahí por derecho propio, jugadores a los que podemos ver en la Euroliga, yo espero que no los echemos de menos, porque ver a tipos de carácter -algo que no se entrena, por otro lado- se produce cuando se ve a los mejores, y para estar entre los mejores hay que merecerlo, y ahora, es el momento en el que hay que demostrar que por Málaga tienen que volver.