La apertura del curso 2014/2015 llega en unos días, como aperitivo de la temporada ACB, tendremos el viernes el primer partido del Clínicas Rincón frente al Melilla Baloncesto en Carranque, que inaugurará la LEB Oro. Para el domingo comienza la primera categoría, donde veremos el debut del Unicaja que ha dejado buenas sensaciones en la pretemporada, especialmente en el tramo final donde ha resultado competitivo frente a nombres tan sonoros como Anadolu Efes, Olympiacos o CSKA.
De todas formas, lo que podría haberse visto como un inicio ilusionante y esperanzador tiene con la salida de Zoran Dragic un halo de duda sobre el plantel que vuelve a dirigir Joan Plaza. Con la salida del jugador esloveno, invariablemente se hace necesario reevaluar al equipo cajista, sin saber hasta dónde llegaba la competitividad de la que hablaba el entrenador con el balcánico entre los verdes, lo único que nos debe importar es el grupo que queda, junto con el añadido del islandés Jon Stefansson, y sin saber si se apuntalará el juego interior con alguna adición más, de forma optimista hay que pensar que continúa el club, continúa el entrenador y una plantilla que tiene de todo para poder hacer bien las cosas.
Con esto debe bastar, pero tampoco estaría de más recordar que Dragic ya no estuvo el pasado playoff frente al Real Madrid y que hace un año nos hubiera parecido una buena operación la cesión del mismo al UCAM Murcia, donde no llegó sólo por una diferencia económica a la hora de pactar las condiciones del préstamo. Naturalmente que hubiera preferido tener el quinteto exterior con el zurdo, pero no va a ser el primer ni el último buen jugador que se va de Málaga, eso sí, estimo que en la renovación (reciente y con la apetencia transoceánica del jugador manifiestamente conocida) hubiera sido conveniente haber sido más “malpensado” para salvaguardar los intereses de la sociedad.
Va a comenzar otra liga ACB y vuelvo a experimentar un problema que se va repitiendo, una sensación de engaño con el tema de los jugadores y sus pasaportes, ya he escrito en otras situaciones, pero que tengamos que ver año tras otro la payasada o tomadura de pelo que se nos monta para hacernos partícipes del fraude que para mí supone encontrarme a jugadores que reciben pasaportes días antes de la competición. Este año la “lotería” les ha tocado a KC Rivers, Colton Iverson o Doron Perkins, si hay más, no me importan, que a un tipo como Iverson, calcadito a esos guiris que salen con quemaduras de tercer grado tras una mañana en cualquier playa española, le aparezca casi por ensalmo una ciudadanía de Guinea Bissau, es un chiste malo.
Lo peor es que es un año tras otro, recuerdo al congoleño CJ Wallace, a los azeríes Jaycee Carroll y Nik Caner-Medley o a los georgianos Shammond Williams o Melvin Sanders como “artistas invitados”. Si quieren arreglarlo, que eliminen el tema de comunitarios, espacio FIBA Europa, Cotonous y demás tonterías, que lo limiten a cupos y resto del planeta…
O por lo menos que se trabajen mejor la representación, que en la sesión de fotos del Real Madrid KC Rivers, compatriota de Iverson entone el “Esta é a Nossa Pátria Bem Amada”, porque seguro que se conoce el himno de su nuevo país, que cuelguen un álbum de fotos de los jugadores en el patio del colegio con sus amiguitos de Bissau y la “seño” Elvira, y sus primeras canastas, aunque lo mismo sería más fácil localizarlo en Dakota del Sur o Carolina del Norte, sitios que por cierto no sirven para no ocupar plaza de extranjero, pero por favor, que respeten las reglas no sólo con legalidad, sino también con ética, me estoy temiendo un tejano con pasaporte de Abisinia firmado por Il Duce jugando en la ACB.
Que nadie piense que los culpables son los jugadores aquí nombrados o los que tenemos en la cabeza y de vez en cuando recordamos, el sistema, con todos los problemas que tiene y que parece que no avanza en buscar según qué soluciones, lo cierto es que en ese aspecto me siento víctima de un fraude, y no creo que sea el único.