El nivel real

4 Mar

Siempre se nos ha llenado la boca con eso de “la mejor competición fuera de la NBA”, toneladas de autocomplacencia a la hora de ver a la liga ACB. Pero cuando se trata de evaluarla de forma objetiva y sin pasiones, van apareciendo cosas que no deberían estar en la dinámica de lo que siempre hemos creído tan ejemplar.

Albert Miralles, el jugador del FIATC Joventut hablaba hace tiempo sobre su experiencia fuera de España, y aunque estuvo bastante tiempo en Italia (y en equipos tan sonoros como la Virtus Bolonia o Pallacanestro Cantú), hablaba mucho y bien de su estancia en Alemania. El pasado año, en las filas del Alba Berlín sirvió para observar de otra forma el funcionamiento del baloncesto de la Bundesliga, sin duda, uno de esos campeonatos emergentes que tienen todos los beneplácitos de la Euroliga.

Me llamó sobre todo la atención el control que manifestaba existía sobre los equipos. Hablaba de auditorías sin avisar y por sorpresa de cada club, lo peligroso que resultaba no estar al día de los pagos a los jugadores, que incluso podría darse hasta el descenso de categoría si había jugadores pendientes de cobro.

Invariablemente recuerdas la situación de nuestro baloncesto, de una liga sin Director General y sin rumbo desde hace mucho tiempo, intentando –sin conseguirlo hasta ahora- arreglar el interior de su casa mientras que el enemigo en forma de crisis económica, FEB, NBA y Euroliga esquilman los recursos y deja sólo lo que Real Madrid y FC Barcelona son capaces de conservar. Me gustaría pensar que aquellos que se visten cada fin de semana en nuestra liga cobran su salario por su trabajo, no se les distrae con impagos y que los presupuestos son reales y se cumplen.

Cuando pienso que lo mejor que nos ha pasado en años es la llegada de un Lamar Odom a gran distancia de lo que fue en su buena época y que el objetivo a conseguir por el jugador con su llegada a España es recuperarse para el baloncesto profesional (como si éste no lo fuera), se me viene el alma a los pies. Si a la llegada de Odom enfrento las salidas de Blagota Sekulic, Mike Muscala y Giorgi Shermadini sólo y exclusivamente por motivos económicos no dejo de pensar que es imprescindible el cambio de rumbo ya.

El baloncesto español actual tiene titulares como los mencionados arriba, que llevarían a José Luis Mateo, Director General del Río Natura Monbús al oficioso galardón de “directivo del año”, porque la opción del traspaso de Mike Muscala a Atlanta Hawks es casi una obra maestra, el jugador cobraba unos 100.000 dólares y se le traspasa por 200.000, aunque en Santiago se tiren los objetivos deportivos y la calidad de la plantilla baje muchos enteros es una gran solución, porque la clase media prácticamente no existe en el baloncesto español.

Dejando aparte a los futboleros (único sector que no parece empeorar aquí), están Valencia Básket, Laboral Kutxa y Unicaja a varios escalones presupuestarios de distancia, declaraciones del presidente Eduardo García sobre las sustituciones en la plantilla del Club Baloncesto Málaga, en las que dice “que un base sí hubiera podido venir porque era gratis” lo dejan bien claro. El resto de la liga va bastante peor, y estaría bien que se recurriera a la imaginación en caso de necesidad, pero en muchos casos podríamos hablar de economía de guerra, es más, confieso que pienso en los presupuestos de algunos equipos y me imagino a Brad Pitt y Angelina Jolie repartiendo paquetes de la ONU y mostrando emotivamente su solidaridad con los desfavorecidos.

La marcha de tres jugadores estadísticamente importantes durante la temporada no es un drama, sobre todo porque no son de equipos especialmente sonoros, pero sí que deja claro en que nivel está realmente la Liga Endesa. Lo que hizo grande a la liga española fue que además de grandes entidades continentales como Real Madrid o FC Barcelona, había sociedades emergentes y un grupo de equipos tremendamente competitivos, dando un nivel medio realmente importante y que sí cumplía con la vitola de “mejor competición al margen de la NBA”, dejando claro que si otras ligas como Grecia, Israel o Rusia podían presentar a equipos capitales en el continente, la competición era tremendamente plana, algo a lo que aquí ya hemos llegado. La situación, empezando por la misma ACB está tan deteriorada que necesita algo más que un vídeo con la única canasta de Lamar Odom desde que juega con el Baskonia como mejor escaparate.

En otro orden de cosas, y teniendo en cuenta que mi desconfianza y mi alarma no va a terminar de arreglar esto, en el baloncesto de más allá del Atlántico, una noticia que no debería serlo se produce y coloca a un veterano, Jason Collins, bajo una gran cantidad de focos que a buen seguro no hubiera tenido si su elección personal no hubiera sido la homosexual. El día que la condición sexual de cada uno sea tan importante como contar zurdos o diestros en la plantilla estará bien. De momento, y aunque para mí es mucho más importante si el alero tirador es diestro o zurdo en lugar de si se acuesta con señoras o señores, me conformo con que Jason Collins tenga un contrato de diez días con Brooklyn Nets, cuando vea circunstancias similares en otras ligas, y sobre todo, en otros deportes me parecerá mucho mejor.

Una respuesta a «El nivel real»

  1. Una vez mas dando en el clavo, tenemos una acb descabezada y dividida, haber cuando se ponen de acuerdo los clues y dejan de dar el espectaculo que estan dando, saludos.

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