Ya toca decidir. El jueves viene la primera gran reválida para el grupo que comanda Joan Plaza y que de momento tiene todo el beneplácito de su entorno.
En la trayectoria del conjunto malagueño hay que dejar de lado (de momento) lo que acontece en la liga ACB, porque en este momento sólo importa el partido frente al Montepaschi Siena.
El encuentro del Mandela Fórum de Florencia cobra especial interés cara al futuro inmediato que tenga este grupo de jugadores y a buen seguro que el club no será inmune a ello. Para lo bueno o para lo malo.
Solventado el tema Copa del Rey (por la organización y por el juego actual del equipo), ahora mismo, cuando el equipo está siendo el mejor activo para la reconciliación, es necesario que sea capaz de resolver el tema Euroliga, y no de cualquier forma.
Sólo vale la victoria. Simplemente y sin más. El pase al Top 16 tiene el peaje ineludible de la victoria en Italia. Sin ella, el peor castigo. En otros momentos, quedarse en la primera fase de la Euroliga sería un varapalo que se intentaría arreglar en la competición nacional, empezando por la Copa del Rey. De eso –querer arreglar desencantos de una índole con una mejora en otra- sabemos en Málaga, y lo que es peor, últimamente lo dominamos perfectamente. El problema viene cuando se analiza con detenimiento, de entrada, no llegar al Top 16 supone pasar a jugar la Eurocup, o sea: viajes lejanos con enemigos poco o nada atractivos para un público que entonces echará de menos la repostería que no toma porque engorda cuando una diabetes no buscada se la prohíba para siempre. Si un partido contra Olympiacos un viernes no llena el Palacio de los Deportes, no creo que lo mejore enfrentarse al Unics Kazan o al Khimik Yuzhny. De los viajes a la Rusia profunda o a la “movida” Ucrania mejor no hablamos. Sin evaluar que el premio de la segunda competición continental queda muy, muy lejos, es muy escaso y tiene una repercusión prácticamente nula, si encima pienso en la Licencia A, mejor será ganar en Italia.
Que sí, mejor ganar a Siena, porque además hace mucho tiempo que el equipo no funcionaba tan bien, no me atrevería a calificar de injusticia una hipotética y para nada deseada eliminación en la primera fase, pero ver algunos equipos que se van a meter en el Top 16 descorazona, además, anímicamente no sé hasta donde llegarían las consecuencias, porque, aún sin ser exigente con el grupo, lo único cierto es que pasar esta ronda está dentro de los mínimos que requiere una escuadra como la malagueña.
Sin ponerme en plan forofo, creo firmemente en la capacidad de este grupo para meterse, a pesar del patinazo de San Sebastián, también porque me gustó la reacción del partido del Bayern. Podría decir que la resolución de ambos partidos requería mayor dureza mental para evitar los “apagones” observados y que trajeron la derrota en ACB y una victoria que, por lo agónico, trajo nuevamente la épica a Málaga.
Creo que Unicaja ha de demostrar que es superior a Siena, por muy líder que sea en Italia (junto con Sassari y Brindisi), pero hay que tener presente que todo el esfuerzo puede quedar en nada, y actuaciones que encaminan convenientemente la reconciliación equipo-público como la victoria en Barcelona o el cambio sustancial en cuanto a identificación pueden quedar como un castigo si no se remata. Llegar a tener esta situación de “no retorno” en un momento quizá muy prematuro es lo que hay. ¿Cruel?, no sólo es deporte, es baloncesto, y esto es muy serio, de momento, seamos creyentes con el trabajo del equipo, ellos van a cumplir con su obligación.