Tras otra temporada del Unicaja para no olvidar (sobre todo para no repetir errores) estamos igual, pero con el plus que supone tener en la conciencia que se ha perdido otro año más.
Ya está el primer equipo sin entrenador, igual que ayer, aunque al menos si viene Joan Plaza no va a ser necesario ponerlo en antecedentes sobre la peligrosidad de Fuenlabrada o Valladolid ni va a incorporarse en octubre. ¿Llegará el joven Kuzminskas con él? Bueno, para ilusionar, para apuntalar otro proyecto que será tan bueno como determinen los resultados, porque los cimientos son los habituales: otra indefinición salvo que me demuestren lo contrario.
Según se publicó en estas páginas, se espera a que todo se enfríe, se da otro momento para que los presuntos ánimos beligerantes de la afición reposen y por parte del club se haga balance del periplo acabado y se presente la nueva campaña de abonos.
Ahí se verá de forma palpable el trabajo de la nueva empresa encargada de mostrar al exterior lo que el club desee, responsable de vender tanto la imagen de la entidad, como promocionar las virtudes y disimular los defectos que se encuentren en el seno del CB Málaga.
Con respecto a la temporada próxima, me da la impresión, que o vienen Kobe Bryant y Pau Gasol o el impacto va a ser mínimo… y tengo claro que ni siquiera vendrán Dimitris Diamantidis y Vassilis Spanoulis. Bromas aparte, el mal fondo y la decepción continua que hay en la afición, creo que provoca la sensación de no creer casi en nada. Que en cierto modo va a dar igual el entrenador de cara al incondicional, que hay tanto que recuperar en la masa social, que el trabajo de Medeland se me antoja más que complicado.
Aparte de ilusionar por la vertiente tradicional (entrenador y jugadores), no estaría de más hacer ver de puertas para fuera la importancia capital para el proyecto que tiene la afición, demostrar que la piedra angular es la masa social menguante ahora, pero fidelizada y con una resistencia mostrada en un revés tras otro que demuestra que merece algo más que un desfile de jugadores, entrenadores y nombramientos (estos últimos habitualmente arbitrarios).
Una idea: más que descuentos en empresas colaboradoras y oportunidades para ahorrar en compras lejos del baloncesto, no estaría mal que los abonos fueran más baratos, demostrar que la crisis está presente en la mente de los rectores no sólo en el presupuesto para fichar jugadores y demostrarlo con un abaratamiento de las entradas. De todas formas, los ingresos por este concepto tampoco han sido tan importantes (o al menos eso se ha transmitido en muchas ocasiones), además como apoyo a la idea he visto que el Cajasol tiene en sus abonos tres apartados que me parecen interesantes e incluso dignos de copiar: oficial, renovado y fidelidad, premiando a aquellos que más tiempo llevan de abonados, y sí, antes diría yo que lo del baloncesto en Sevilla es casi lo mismo que en Londres, algo que no tiene en la práctica ningún arraigo, pero la situación actual me dice que aquí, demostrar respeto a los que llevan más tiempo con el club es un tema que me parece más que digno de preocupación para tomar ese toro por los cuernos.
Sobre todo porque pese a que en la práctica la dependencia de los resultados sea algo capital, la importancia que tiene la masa social también, porque para que esta atonía prolongada y generalizada no la mate, es imprescindible ponerla en valor junto con el propietario, eje principal que sujeta al resto.
Sr Bonilla, he realizado no sé cuantos comentarios al respecto de la fidelización de los socios veteranos a lo largo de la temporada, por lo que me congratulo y solidarizo con su post.
He escuchado, como sin duda usted, que la organización de Unicaja se preocupaba mucho por rejuvenecer la masa social. Pero nunca, nunca, he oido nada referente al abonado veterano, que lleva 15,20 o más años al pie del cañón, apoyando al equipo a las duras (abundantes) y a las maduras (desgraciadamente menos).
En este sentido he vivido alguna situación kafkiana, como aquella vez que mi hijo (carnet estudiante, abonado desde 2001) no pudo venir e invité a un amigo; me hicieron pagar la diferencia mientras a mi lado entraba una cantidad ingente con entradas o gratuitas o a bajísimo coste. Envié un airado pero correcto correo al club que no fue ni contestado. Y servidor paga religiosamente su abono desde 1987…
Nos quieren jubilar. Si caemos los veteranos, que hemos sembrado afición a lo largo de los años, en hijos, sobrinos, conocidos jóvenes, no quedará casi nadie que recoja el testigo.
Ea, ya me he desahogado
Estimado altwulf, lo primero muchas gracias por leerme y por el comentario. Yo soy abonado del club desde la época de Caja de Ronda (1981), fui abonado también de Mayoral Maristas antes de la integración en Unicaja y ahora tengo tres abonos. A mí me ha fastidiado y mucho que haya promociones para nuevos abonados, me ha matado tener que levantar al colegio X del pueblo que sea que viene de gorra a los partidos que yo sí pago y me ha dolido hasta el infinito escuchar algunas opiniones vertidas desde dentro del club sobre la afición. Mi columna no es más que mi opinión, como siempre, pero lo peor es que es hablar con una pared, pero mientras que alguien preste atención a lo que digo, seguiré intentando aportar mi granito de arena… aunque no guste en según que sitio. Un saludo.