El que haya pasado otra semana con un balance similar a la anterior en cuanto a la temporada del Unicaja, no quiere decir que se haya mejorado o evolucionado. El cambio de 7 días con victoria en Moscú y derrota en Badalona termina dejando igual de frío que ahora, con derrota ante el Efes y victoria con el L. Aro.
Enumerar esto puede bastar, pero me da la impresión de que se ha cruzado una línea que no tiene vuelta atrás. Y el que la ha cruzado ha sido el entrenador. Jasmin Repesa lleva poco tiempo en España, pero ha tomado nota rápidamente de aquellos que nos gobiernan, y ante una situación que tiene en contra, ha encontrado el culpable en un santiamén: el resto del mundo. Bueno, mejor dicho, la prensa.
En una forma de conducirse que recuerda a cualquier político nacional, o por ceñirnos a nuestro deporte, a la que tomó Aíto García Reneses antes de su destitución en el CB Málaga, el seleccionador croata ataca y culpa a la prensa –que por otra parte ha tenido un trato más que tibio con él y el equipo– del juego de los de verde. Acusa de escribir «estupideces», de no tenerle «respeto» y de escribir opiniones antes de hablar con él.
No controlo todo lo que se escribe en Málaga o se dice sobre el equipo, aunque me gusta leer mucho. El respeto al que hace alusión es tal que se le tiene pánico a decir las cosas como son en voz alta. Sobre lo de opinar antes de hablar con él, es lo que tiene. Aquí o se informa o se opina, las informaciones son veraces o no, las opiniones tienen que ser respetadas, aunque no gusten.
A mí me hubiera gustado –porque no lo creo posible– que el entrenador croata y esta plantilla triunfaran en Málaga y marcasen el inicio de la resurrección del club, pero como no creo que salga, habrá que esperar a otra ocasión. Y el problema grande está en que aquí llueve sobre mojado y cada vez hay menos margen de recuperación del terreno perdido.
Esa preocupación sobre quién paga a la prensa y cuánto se cobra no creo que deba tenerla él. O sea, la consabida relación calidad-precio. En mi caso, tanto a La Opinión de Málaga como la Cadena COPE creo que no les salgo muy mal (estoy receptivo a cualquier tipo de mejora, quede claro), pero desde que empecé con ellos jamás han intentado mediatizarme, tampoco lo hubiera tolerado. Me encuentro más que tranquilo con aquello que manifiesto en la radio o escribo en el periódico. Es más, si alguien estima oportuno hablar conmigo no tengo ningún inconveniente en hacerlo, en cualquiera de los medios le pueden facilitar la posibilidad de mi contacto.
Aquí en Málaga hemos tenido entrenadores que deslumbraban mucho más que Repesa, con mayor historial, que lo controlaban todo, que eran auténticos manipuladores, que eran mucho más duros en el trato, que veladamente amenazaban… Por eso, si el asunto de la rueda de prensa del pasado viernes es un calentón o una simple estrategia para tener una puerta abierta para irse a la selección de Croacia me resulta igual de malo para la imagen del club y resulta mucho más dañino de lo que publique la prensa.
Repesa ha cambiado de formas. De los gritos con los que pretendían activar al plantel se ha pasado al ataque a la prensa tachándola de mentirosa. Hemos observado la metamorfosis del entrenador que militarizaba a sus jugadores y ahora trata como un político a los periodistas, pero los resultados no han mejorado, estando la realidad del equipo a años luz de los objetivos que se pretendían cuando todos aplaudimos su fichaje del entrenador. Creo que la causa del mal juego no está en lo que escribimos o decimos en los medios, sino que es una consecuencia de lo que el equipo con Jasmin Repesa ofrece. Todo el trabajo que se está realizando está claro que no fructifica, ojalá cambiase, pero no va a ser el primero ni el último que se equivoca. Si el equipo funcionara bien seguro que los malos no le pareceríamos los que escribimos, es más, él tampoco parecería que va a adelantar a Aíto García Reneses en cuanto al sabor decepcionante que de momento está dejando en Málaga.