Tras poco menos de dos meses, vuelvo a escribir sobre lo que estoy viendo sobre nuestro deporte. Ha pasado un tiempo, dejamos en su momento a los Juegos Olímpicos de Londres en puertas, a Unicaja tiempo después de haber finalizado la temporada pasada y despedir a varios jugadores.
En el caso del equipo nacional, como terminó bien, tiene que parecernos perfecto todo lo ocurrido. Mucho cuidado con criticar métodos tan conocidos por Málaga como los aplicados por Sergio Scariolo bajo el beneplácito de la FEB, además, tras conseguir igualar a ratos a los mejores del mundo, poca crítica cabe aunque pueda no gustarnos.
Si le damos el turno al Club Baloncesto Málaga, la cosa ha cambiado sustancialmente, hablaba en mi última columna de salidas resueltas de forma poco brillante (Bernardo y Abrines), pero tras darle el billete de ida también al jugador franquicia: Joel Freeland, la situación ha cambiado, y ahora, casi a un mes del inicio de la temporada, el equipo está casi completo, sólo falta que coincidan en el tiempo y en el espacio junto con el cuerpo técnico para iniciar a ensamblarse.
Lo que tenemos confirmado casi en la totalidad es la plantilla 2012/2013. Hay mucho balcánico. Si no saliera cedido Ognjen Kuzmic, tendríamos cuatro de las seis nacionalidades de la antigua Yugoslavia, vamos, el sueño del difunto Josip Broz Tito. Para dirigir el nuevo proyecto hay dos extranjeros: uno de ellos conocido Earl Calloway y un novato Marcus Williams. Aquí la normalidad ha de salir de la mezcla de ambos, uno acostumbrado al calor andaluz, cuyas cualidades son bien conocidas, el otro, ante la que puede ser su última oportunidad de enderezar su errática carrera.
Los cuatro aleros tienen mitad y mitad, dos de ellos españoles: Txemi Urtasun y Sergi Vidal, dos de ellos balcánicos Krunoslav Simon y Zoran Dragic. Dos con experiencia en nuestra Liga, dos que salen por primera vez de sus respectivos países.
En el juego interior continúan dos: Augusto Lima y Luka Zoric, y hay tres novedades: Kosta Perovic, Fran Vázquez y (si se confirma, como parece más que probable) James Gist. Hay de todo en ese quinteto, aunque se apuesta sobre todo por lo conocido.
Para la plantilla, un total de once novedades, contando con el entrenador principal (Jasmin Repesa) y el ayudante (Curro Segura). ¿Cubre las expectativas que teníamos?… venga, seamos serios y confesemos que no esperábamos tanto «nombre» entre los integrantes del plantel, mucho más cuando se nos hablaba al principio de verano de Freire, Sinanovic, Kuzmic y ese planteamiento original que no tiene nada que ver con el real.
Aquí me ocurre lo mismo que con la medalla de la selección, termina dándonos igual si la plantilla concuerda con la que se tenía en mente en el inicio de la pretemporada. Es indiferente si es obra del entrenador como en la época de éxitos (Maljkovic o Scariolo) o de la infraestructura directiva del club. Al final, lo que hace falta es que rinda. Si esto ocurre, se nos habrá olvidado que en su día había mucha envidia con el Málaga CF y que venimos de una crisis más que profunda.
Por eso, para aquellos que nos volvamos a encontrar e las gradas del Palacio de los Deportes (que por ahora seremos menos, pero ojalá, no) habrá que procurar no tener ansia en exceso, evitar euforias prematuras (que llevamos tiempo escarmentados) y tener una buena dosis de paciencia. A mí, el equipo puede gustarme más o menos (veo tres de los cuatro aleros de la misma línea de prestaciones y no veo capacidad de abrir el campo entre los interiores), pero no me desagrada. Además, si el entrenador hace honor a su fama de trabajador, seguro que tendremos buenos ratos de baloncesto. Seguro.