En este momento, con problemas de todos los colores y para todos los gustos, recitar los inconvenientes que el Club Baloncesto Málaga puede parecer un poco superado, cuando además nos movemos en plena vorágine futbolística asistiendo a una de las que puede ser la última cita de la mejor generación que hemos visto en España. Hablar de nuestro deporte puede resultar raro, pero pruébenlo, merece la pena, te reconcilia contigo mismo y ves que hay mucho que disfrutar.
Ver finiquitarse el curso en Málaga en cuanto a baloncesto ha sido demasiado prematuro. Esto ha situado el problema en si hay refuerzos, si Jasmin Repesa va a contar con todo lo que pida, si llega en el momento adecuado, si vamos a tener un equipo huérfano de malagueños tras mucho tiempo, si se despide a Bernardo Rodríguez como se merece, si el base que venga es mejor que Carlos Cabezas de una vez o volveremos a echarlo de menos?
Muchas cosas a futuro por aquí, pero lejos siguen pasando cosas. Disfrutamos de unos play off de la NBA magníficos, con unas semifinales alucinantes. Los dos equipos eliminados, tanto San Antonio como Boston, han hecho una campaña digna de aplauso pese a la cantidad de años de sus plantillas y tener que reinventarse frente a escuadras como Oklahoma City y Miami, llenas de talento y juventud. Especialmente frescos y bonitos de ver son los Thunder de Kevin Durant e Serge Ibaka. Yo que todavía añoro a los Seattle Supersonics de verde y amarillo, confieso que veo jugar a Russell Westbrook, James Harden y compañía y me parece que el partido es de videoconsola, parece que los agobios jugando son de otros y que si no llega a ser por Kendrick Perkins tienen pinta de estar de viaje de estudios.
En la Liga Endesa, la final es la que todos querían, hasta Televisión Española ha querido congraciarse y nos ha quitado la tortura de pensar que partido de tenis iba a fastidiarnos ver el baloncesto y lo ha pasado de Teledeporte a La 1, además en prime time. Aunque eso de que no haya partidos en fin de semana, salvo que se llegue al ansiado quinto partido, es un problema que tendría que haberse evitado. Aparte de eso, si se ven los partidos y se queja alguien es porque es demasiado madridista, aunque el equipo capitalino es el vencedor a los puntos, usando el símil boxístico, su falta de pegada en el primer encuentro dejó vivo a un rival que demostró que no entrega nada sin luchar. Prácticamente lo mismo se puede decir del segundo encuentro, cuando nadie creía en los de Pablo Laso y se pensaba que el triple de Marcelinho Huertas iba a ser la jugada de la Liga, resucitan los blancos y remontan algo muy cuesta arriba.
Cuando se acabe la semana tendremos campeón en España. Si los encuentros que queden de la serie se parecen a los dos primeros, todos querremos llegar al del sábado para alargar la misma todo lo posible y disfrutar de buen baloncesto, tal y como ocurre con la competición de Estados Unidos. Mientras tanto, en Málaga tendremos que ir desgranando poco a poco que vamos a ver la próxima temporada, tener a un entrenador como Jasmin Repesa suena a apuesta segura, sobre todo por la necesidad que tienen esa clase de técnicos de controlar muchas parcelas del club, aunque de entrada se vaya a incorporar muy tarde, pero todo el mundo habla bien de él. Esperemos que tenga lo que necesite para desarrollar el buen trabajo que todos queremos ver plasmado sobre la cancha.
Mientras tanto, y esperando que tras la finales en curso lleguen los Juegos Olímpicos, verdadera última cita en la que se verá vestida de rojo a la mejor generación de jugadores españoles de la historia, un servidor va a seguir disfrutando del buen baloncesto que tiene a la mano, porque más allá de nuestro deporte, está la cosa para no asomarse a la ventana.