Cómo utilizar la inteligencia emocional para combatir el estrés de los docentes

Investigadores de la UMA realizan un Programa de Intervención para ayudar a los profesores a manejar sus emociones Incidencia Los de Secundaria son los que más problemas presentan.

MARINA PRIETO

Natalio Extremera, profesor de Psicología Social de la Universidad de Málaga, junto a Sergio Mérida y Lourdes Rey, conforman el grupo de investigación ‘Recursos personales positivos, bienestar y salud en contextos aplicados’.

Natalio Extremera, profesor de Psicología Social de la Universidad de Málaga, junto a Sergio Mérida y Lourdes Rey, conforman el grupo de investigación ‘Recursos personales positivos, bienestar y salud en contextos aplicados’.

El número de bajas que se producen cada año por parte del profesorado de enseñanza pública, especialmente de Secundaria, en nuestro país llama la atención. El Síndrome de Burnout, o lo que se conoce comúnmente como estar «quemado» laboralmente, afectó durante el curso 2016/2017 a más de 2.200 profesores en España, impidiendo que muchos pudieran seguir impartiendo clases y padecieran enfermedades como ansiedad, depresión o estrés. Ante este panorama, y con el objetivo de comprender su origen y buscar una solución, un grupo de investigadores de la UMA, liderados por el profesor de Psicología Social Natalio Extremera, ha desarrollado una investigación en la que han descubierto que a través del manejo de la inteligencia emocional los docentes que consiguen percibir y entender sus emociones en las aulas presentan menos problemas psicosociales.

«El ámbito docente es una línea que es muy interesante de estudiar desde el punto de vista psicológico, llevamos casi 20 años trabajando en este entorno, y tras comprobar los últimos números de bajas de profesores, sobre todo de Secundaria, queríamos saber las causas y cómo podíamos hacer que ese problema fuese a menos» explica Natalio Extremera.

Tras realizar varias encuestas a 310 profesores de distintos centros educativos de la provincia de Málaga y con los análisis preliminares con los que ya contaba el equipo se comprobó que el 25,5% de los participantes presentaban indicios de depresión, el 26% de ansiedad y el 28% de estrés. «Este estudio ha estado enfocado en profesores de Primaria, Infantil y Secundaria, pero sin dudas son los profesores que enseñan a estos últimos los que más sufren problemas psicosociales, ya que en su formación no han recibido herramientas pedagógicas para establecer vínculos socioemocionales con los alumnos» señala Extremera.

En este sentido, los investigadores consideran que los profesores que están en contacto con adolescentes, en pleno desarrollo evolutivo, se exponen a un mayor riesgo de sufrir estrés, depresión o ansiedad debido a que no saben gestionar las emociones que se desarrollan en el aula. «A los docentes que imparten clase en Secundaria no les enseñan la importancia que tienen las emociones en su día a día y cómo influyen en la forma en la que pensamos y nos comportamos», aclara el profesor de la UMA. Además, la masificación de las aulas, la falta de apoyo de familiares o de otros docentes e incluso los recortes en educación agravan el malestar de los docentes.

Durante el desarrollo de la investigación, el equipo descubrió que aquellos profesores que percibían, entendían y manejaban sus emociones presentaban menos síntomas de problemas psicosociales que otros compañeros. «Aprender a identificar las emociones y saber de dónde surgen es la mejor forma de superar estos problemas» indica Extremera, que junto con el resto de investigadores han conseguido, a través de un proyecto I+D+I, realizar un Programa de Intervención en inteligencia emocional para ayudar a los docentes a manejar sus emociones. «A través de talleres grupales en los que se habla abiertamente de situaciones o problemas que han surgido en el aula con los alumnos, los padres de estos o con los propios profesores los docentes comprenden que no son casos aislados y que hay más compañeros que tienen los mismo miedos, incertidumbre o deseos que ellos».

Con este programa, los profesores son capaces desarrollar su inteligencia emocional para así mejorar su bienestar y comprender las distintas situaciones que se dan en las aulas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

cinco × uno =