Prácticas internacionales, un factor diferenciador

PABLO COLLANTES

El programa Erasmus+ ofrece a los alumnos prácticas en más de 32 países. Entre los destinos preferidos, Reino Unido, Alemania, Italia y Polonia. Las titulaciones de Ciencias y Comunicación y las ingenierías son las que más aprovechan esta oportunidad

Cada vez más universitarios malagueños hacen la maleta y empacan en ella su ilusión por crecer en todos los sentidos. En muchos casos, una estancia fuera significa el primer contacto con la independencia. El programa Erasmus+ lleva más de siete años facilitando a los estudiantes la oportunidad de abrirse camino en otras latitudes a través de un programa de prácticas. Así, la UMA envía cada año a alumnos que logran vivir una experiencia profesional que les sitúa «en un puesto destacado con respecto al resto de sus compañeros», explica Alejandro Florido, coordinador del Servicio de Relaciones Internacionales y Cooperación. «Aún muchos desconocen la ganancia de realizar prácticas en un país extranjero», dice.
Pese a que el número de estudiantes que se animan a realizar unas prácticas fuera ha crecido en los últimos, aún se sitúa muy por debajo de la media de universitarios que sí viajan al extranjero para seguir con su formación –900 el próximo curso–. Durante el pasado curso, 55 malagueños viajaron más allá de nuestras fronteras para formarse en empresas.
Tras la puesta en marcha de una intensa campaña de promoción, Florido asegura que las previsiones para el presente curso son más positivas. En la actualidad, medio centenar de jóvenes residen en el extranjero gracias a este programa de prácticas. Una cifra que se espera duplicar antes de que finalice el curso, en septiembre. De hecho, la Universidad tiene previsto cubrir cerca de 90 plazas por lo que destinará, si es necesario, fondos propios para multiplicar esta cifra por dos, ofreciendo así más y mejores oportunidades.
Llegar a ocupar un puesto en una empresa internacional no es fácil. El propio alumno es el que inicia el proceso. A través de una serie de pautas a seguir, debe contactar personalmente con aquellas empresas en las que le interesa realizar prácticas. Una primera toma de contacto que le sirve para tener, en muchos casos, su primera entrevista de trabajo, lo que ya les forma para enfrentarse al entorno laboral en el que tendrán que desenvolverse meses más tarde. De hecho, según datos del Servicio de Prácticas, trabajar fuera del país durante la formación incrementa hasta en un 75% la empleabilidad del universitario. «Es una oportunidad única. Para la mayoría de empresas, contar con experiencia internacional es un factor de diferenciación a la hora de elegir candidatos. El mercado laboral es cada vez más intercultural», explica el coordinador de la UMA.
Los pasos previos resultan también fundamentales. La Universidad organiza mensualmente talleres para la creación de currículums internacionales: «Cada vez es más necesario que los universitarios se especialicen a la hora de encontrar empleo. Desde aquí, les intentamos dar el asesoramiento que necesitan», dice Florido. Además, aprenden a comunicarse con las empresas y diseñan su propia carta de presentación como candidatos.
Una vez preparados, la oferta es amplísima. El programa Erasmus+ concentra 32 países a los que viajar. Entre los destinos favoritos de los universitarios están Reino Unido, Alemania, Italia y Polonia. Como destinos menos comunes, Turquía o Macedonia. «Hemos detectado que los alumnos nos piden más viajar a Reino Unido ahora, antes de que se termine de concretar el brexit».
En cuanto al ranking de titulaciones que hacen más uso de esta oportunidad, la Facultad de Ciencias con sus distintas titulaciones encabeza una lista en la que también aparecen la Facultad de Ciencias de la Comunicación y las distintas titulaciones de ingenierías.
Para dar con la empresa que mejor se adapte a sus características, los jóvenes pueden acceder al buscador propio de la Universidad o a los distintos portales europeos en los que se ofertan cada día nuevas plazas. «Es un proceso libre, nosotros no interferimos ahí. La Universidad prefiere que sea el alumno el que se desenvuelva desde el minuto cero en su marco laboral», subraya el coordinador de la UMA. Cada viernes, el Servicio de Prácticas cuenta con tutorías específicas para ayudar a solventar cualquier duda que pueda surgir durante el proceso.
Una vez confirmada la plaza, el alumno dispone de una bolsa de viaje durante un máximo de tres meses, con un cuantía que oscila entre los 300 y los 400 euros, con la que poder pagar parte de los gastos de su estancia fuera. Además, se pueden solicitar ayudas adicionales así como disfrutar, en algunos casos, de un salario establecido por la propia empresa. La valoración es, en el 90% de los casos, muy positiva. «El universitario en prácticas está obligado a realizar un diario de su estancia fuera, en la que nos detalla cómo vive la experiencia y qué formación recibe. De esta forma, podemos estar más cerca de ellos y nos sirve para crear un catálogo de empresas que después podemos volver a recomendar. Una vez que una compañía recibe a alumnos de la UMA, suele repetir en años posteriores», explica el coordinador.

Necesidad de más información
Enfrentarse a unas prácticas en el extranjero no es un reto fácil. En el Servicio de Orientación de la Universidad se ofrece un asesoramiento especializado en cada uno de los grados. Sin embargo, tal y como reconoce Susana Hermoso, orientadora profesional de la Universidad de Málaga, «los alumnos desconocen que la UMA cuenta con este servicio».
Entre las principales dificultades con las que se encuentran los estudiantes, la barrera del idioma: «Pese a que parece algo lógico, muchos creen que con un B1 pueden acceder a un puesto de trabajo en el extranjero, aunque muchas empresas demandan un nivel bastante superior del que tienen los universitarios». Sin embargo, admite que no hay un baremo exacto. «Se entrevista a los alumnos vía Skype y así se comprueba el nivel de idioma que tienen. Es una prueba decisiva».

Aunque son muchos los alumnos que se sienten atraídos por marcharse fuera, en la práctica no son tantos los que finalmente se animan a dar el paso. «Hay que tener en cuenta muchos factores antes de irse fuera. Una vez que son conscientes de ellos, muchos jóvenes deciden quedarse en el país y aplazar su idea para más tarde». Antes de tomar una decisión, Hermoso recomienda a los universitarios pasar por el servicio de Andalucía Orienta mientras que cursen sus estudios. «Deben estar preparados cuanto antes para lo que les espera una vez que terminen de cursar sus estudios». Esta fase previa de asesoramiento puede convertirse en una garantía de éxito profesional más allá de los muros de la Universidad.

Ignacio Gómez, Ingeniería Electrónica Industrial, «Hasta que no sales, no valoras la importancia de formarte fuera del país»
La aventura de Ignacio Gómez empezó cuando un amigo que trabajaba en Reino Unido le llamó y le ofreció unas prácticas en un pequeña empresa. Sin pensárselo un segundo, comenzó a buscar la plataforma necesaria desde la que poder hacerla. Por suerte, Gómez contaba con la experiencia de haber realizado prácticas en Jordania un año atrás. Admite que su vivencia gracias al Erasmus+ ha sido inmejorable. Tres meses muy intensos que, en palabras del universitario, «pasaron muy rápido debido a la novedad de convivir en un país extranjero». Sus prácticas se desarrollaron en una ciudad cercana a Birmingham, en una empresa dedicada a sistemas de seguridad. La experiencia allí le permitió, meses más tarde, acceder a un empleo en Liverpool en una multinacional francesa que en la actualidad ocupa el primer puesto mundial de construcción y de servicios asociados.«Si tuviese la oportunidad de repetir las prácticas aquí o en cualquier otra empresa no lo dudaría puesto que ha supuesto un cambio muy positivo en mi vida tanto laboral como personal. He crecido en muchos aspectos». Por el momento, le basta con volver a casa para visitar a la familia. Admite que la experiencia ha sido un trampolín para llegar a la meta.

 

Harry Morgan, Filología Hispánica, «La experiencia en España es increíble, no me quiero ir»
Harry Morgan es un británico de 21 años que aterrizó en Málaga hace ya siete meses gracias al mismo programa de prácticas. Estudiante de Filología Hispánica, durante su estancia aquí le ha dado tiempo hasta de sacar un trono en la pasada Semana Santa. A través del British Council, Morgan fue seleccionado para venir a la capital como profesor de apoyo. Allí, confiesa, es muy común que los alumnos pasen sus dos últimos años de formación en el extranjero. El trabajo aquí lo define como «relajado y flexible» y admite que le deja tiempo para viajar, salir con nuevos amigos, socializar y conocer la cultura del país. «Las prácticas está enfocadas a que conozcas el entorno en el que te desenvuelves». Morgan regresará a casa el próximo 31 de mayo, aunque que admite que volverá pronto pues su experiencia aquí «ha sido fantástica». Con respecto a su vida aquí, Morgan juega al fútbol, es un habitual en el club de ciclismo de la Universidad y ha conocido ya ciudades como Cádiz, Córdoba, Valencia, Toledo o Segovia o Madrid.  «He podido hacer muy buenos amigos aquí, es un destino que no se me olvidará nunca. Podría vivir aquí en un futuro». Valora positivamente el trato que ha recibido desde que llegó aquí. Ahora se plantea cuál será el destino de su próximo viaje dentro del país.

 

Mª del Carmen Fernández, Biología,  «He logrado una larga lista de contactos internacionales en mi área profesional»
La experiencia es un grado. Y en el campo de la Medicina lo es aún más. Mª del Carmen Fernández, graduada en Biología, fue consciente de ello desde el comienzo de sus estudios. En aquel momento, se marcó como meta adquirir un mayor conocimiento fuera de España. En su caso, logró acceder a su empresa gracias a la organización Asociación Internacional para el Intercambio de Estudiantes Técnicos, IAESTE. Con su colaboración, viajó hasta Cardiff, donde pasó el verano de 2016 trabajando como con codo junto a un equipo de investigación de biología molecular.  «Fue una experiencia inolvidable. Me proporcionó una larga lista de contactos y pude aprender mucho mejor y el idioma y conocer cada rincón de la ciudad». De su experiencia, valora la oportunidad de haber aprendido vocabulario técnico en otro idioma, lo que le posibilita acercarse a un perfil aún más internacional. «Desde el principio conté con el apoyo de la Universidad, que me ayudó a confeccionar un currículum adaptado y me permitió, gracias a sus tutorías, prepararme para lo que me esperaba fuera. Conocí a muchísima gente nueva y conseguí formar parte de la asociación de intercambio de la ciudad», explica satisfecha.

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