El eslabón entre Universidad y empresa

PABLO COLLANTES

La Universidad de Málaga se sitúa a la vanguardia del sector gracias al Laboratorio de Business Intelligence, en el que se da vida a proyectos pioneros en el ámbito turístico o sanitario en constante colaboración con los futuros investigadores que se forman en el campus

 

Desde pequeño, Francisco López sintió que quería ser investigador. «Con trece años le comenté la idea a un familiar. Se sorprendió porque en aquel momento no entendía muy bien que la informática pudiese tener su propia carrera universitaria», explica. Ahora, tras una intensa trayectoria internacional, se encarga de coordinar el Laboratorio de Business Intelligence, uno de los hitos tecnológicos en el ámbito universitario por el que apostó hace más de 15 años la Universidad de Málaga.

«El Laboratorio de Inteligencia Empresarial surge como un proyecto para crear prototipos, que ayuden a las empresas en su gestión diaria y en las tomas de decisiones, con el objetivo de ser más competitivas en un mundo cada vez más global», explica López.

El centro se situa a la vanguardia de la transformación empresarial digital al apostar por la inteligencia empresarial como herramienta para llevar la más alta especialización y eficiencia a las empresas colaboradoras. El business intelligence se define como el conjunto de metodologías, aplicaciones y tecnologías que permiten reunir, depurar y transformar datos múltiples en información privilegiada para la toma de decisiones de éxito.

Poner en marcha un proyecto de tal envergadura no fue tarea fácil. Después de una estancia en la Universidad de Chicago, Francisco regresó a Málaga con una idea de futuro. «La tecnología ya es el presente, y probablemente todo lo que no vaya de la mano de la tecnología no tiene mucho futuro. Estamos inmersos en un cambio en la sociedad provocado por la tecnología, y que no vivíamos desde hace quinientos años cuando se inventó la imprenta. Quizás no somos conscientes de la envergadura de este cambio porque nos falta la mirada con perspectiva, que ahora no podemos tener porque estamos inmersos dentro de ese cambio», argumenta.

Gracias al apoyo institucional que le brinda la UMA, el laboratorio parte de la idea de conectar la actividad académica de los grupos de investigación en Inteligencia computacional con las empresas del sector: «Con frecuencia hay una creencia popular de que la investigación en la universidad está distanciada de las necesidades del mundo empresarial, pero no es así. Tan solo falta el eslabón que conecta ambos mundos. Nuestra filosofía es fabricar ese eslabón que une ambas cosas».

El componente humano lo forman dos grupos. Por un lado, investigadores académicos, y por el otro, investigadores de transferencia. Los investigadores académicos forman parte del grupo de investigación, en su mayoría docentes, mientras que los investigadores de transferencia forman parte de la innovación y desarrollo. En estos últimos se enmarcan los alumnos egresados de la UMA. Pueden participar en el laboratorio los alumnos egresados a los que les apasione este campo, y por otro lado todas las empresas que se decidan por la innovación en sus modelos de negocio.

«Lo que más valoran los alumnos que trabajan o han trabajado en el laboratorio es el aprendizaje de habilidades para ser resolutivos y trabajar en equipo. Estas capacidades son muy apreciadas en el mundo empresarial y les posicionan muy bien en una entrevista de trabajo o al presentar su currículum», explica su responsable. «Trabajar con un equipo tan bueno da gusto, y he de reconocer que los esfuerzos realizados han merecido la pena con creces».

De hecho, el laboratorio trata de equipararse con la formación que reciben los universitarios en escuelas punteras de Estados Unidos. En muchas de estas universidades, las habilidades complementarias a los conocimientos obtenidos en los grados, se reflejan en un transcript CV que es paralelo al currículum académico. Con este documento las universidades pueden acreditar estas destrezas que también necesitan las empresas, de la misma forma que acreditan los conocimientos adquiridos cuando el alumno se gradúa. «Es una modalidad, que ha tenido mucho éxito en Estados Unidos, se está extendiendo también en Reino Unido y la tendremos muy pronto en el resto de Europa».

Aplicaciones en varios ámbitos
Los proyectos más destacables son los del campo de las finanzas, turismo y en el ámbito de la sanidad. ¿Cómo se integra un proyecto de inteligencia empresarial en un sector tan relevante como el del turismo? La industria turística ya ha asumido las nuevas reglas del juego y el análisis de esta información es un pilar básico para poder ser competitivo. «Existe ya una alta demanda en el sector y además en Málaga la industria turística es un componente de peso en la economía regional», explica López, que también ejerce como profesor en la Universidad de Turismo. El laboratorio se encarga de entrelazar las capacidades del smart y el big data para ponerlas al servicio del marketing: «El smart data es la maña y el big data es la fuerza, y todos conocemos el famoso dicho popular. La fuerza es necesaria pero no suficiente, también hace falta la maña para obtener resultados en el mundo empresarial». De esta forma, el smart data selecciona los datos más relevantes y útiles, para después interpretarlos o traducirlos al mundo de la gestión empresarial, para convertirlos en una acción o estrategia de éxito.

«Nuestra aportación o grano de arena a esta situación es ayudar a las empresas a detectar oportunidades. Nuestra propuesta en el horizonte es muy clara: las empresas tienen que ir a la caza de las oportunidades en el nuevo orden mundial de la tecnología si quieren sobrevivir, y nosotros estamos aquí para ir de la mano juntos».

Entre sus logros, el Laboratorio de Business Intelligence ha colaborado codo con codo con el gigante Google: «Hemos trabajado en dos ámbitos: la formación en competencias digitales y la digitalización de empresas. Trabajar con una empresa con un alcance como el que tiene Google da muchas posibilidades. También hay que destacar que la filosofía de trabajo de Google, junto con su personal joven y muy proactivo, ha convertido en un verdadero placer todos los proyectos conjuntos. Además,una selección de alumnos y profesores de la UMA hemos viajado a California para visitar su sede central con todos los gastos pagados, ¿qué más se puede pedir?», admite satisfecho. Entre sus próximas metas está la de explorar el ámbito sanitario: «Málaga cuenta con muchos ingredientes para ser un destino de referencia en turismo de salud. Nuestra colaboración con la cátedra será muy importante en un futuro cercano».

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