Conforme te vas posicionando en la ciudad, el personal te anima a seguir por el camino de la gresca y la denuncia social. Con el asunto de la feria sucede que son muchas las personas que me dicen: “Escribe de tal” “Denuncia cual” y los que directamente te piden que te metas con gente “Mándalos a tomar por…” En fin. Son muchos los animadores del cotarro en la feria: Están los emisarios, como es el caso de mi amigo y jurista Gus Isasi que me manda a diario un reportaje fotográfico de la feria del centro. Y a esto hay que sumarle la figura del Cofrade indignado. Se trata de gente que vive en sus carnes durante el año cómo desde el Ayuntamiento se le impide encender una vela en el Corpus porque mancha el suelo o que una banda toque en el parque porque molesta a una mujer en calle Cañón pero que observa con sorpresa el espacio de Santo Domingo.
Con todo esto y un poquito que aporta uno hay que hacer una reflexión al respecto de esta feria.
De primeras me sale repetir la acción de la gran mayoría: Meterme con Damián Caneda. Y de rebote con su hijo por tener un bar en el centro. El muchacho se está llevando una rasca impresionante sin comerlo ni beberlo. Se debería plantear cambiarse el nombre.
La cuestión es que haré una diferenciación clara: Realidad y responsabilidad.
Realidad: La feria no se ha arreglado. El centro sigue oliendo mal. El suelo sigue estando pegajoso. La plaza de la Constitución mantiene los chambaos de cartón y lonas de esas que te ponen baratas porque antes tú me pusiste algo para que yo pudiera llegar al lugar para poder dejar que tú me las pusieras… un mundo de paradojas. Guiño guiño.
El botellón sigue siendo una realidad. Este año ha dejado calle Cister para trasladarse a Madre de Dios y a la plaza de Uncibay según el día y las ganas de la policía de mover a la pelota humana.
Realidad es llegar a entender que la gente que hace botellón no es ni de lejos la chusma que se ha movido. El personal que se reúne en torno a unas botellas en el centro es gente bien en su mayoría. Y lo hacen porque es el mejor plan. Es el más interesante y cómodo. La feria no está hecha para ellos. No apetece estar en el centro y después en el real. Y si te quedas en el casco histórico ¿qué haces? ¿Te metes cinco horas en un restaurante con 22 años? No sale rentable. La feria está mal diseñada. No es un buen formato a día de hoy y por eso se desfigura.
Y realidad y de las grandes es la carpa de Santo Domingo. Es el tema de la feria. Lo fue incluso antes y yo lo denominé “El Apartheid merdellón”. Como era de esperar, al poner una carpa con la gente más conflictiva al otro lado del río, el centro se descarga de chusma. La imagen cambia. Es mejor y así te lo hace saber la gente: “Hay menos chusma, pero también hay menos gente en general”. Esto afirmaba un restaurador del centro el pasado Lunes. La problemática real se centra en el lugar del botellón: Santo Domingo. Será por sitios en Málaga para que tengan que poner la pocilga en la puerta de uno de los lugares con más historia de la ciudad. Un lugar, por cierto, sin protección desde la gerencia de urbanismo y que merece de calle unas atenciones muy por encima de las actuales.
En cualquiera de los casos, resulta vergonzante que se elija la puerta de la iglesia para colocar una caseta. Que esté la capillita de la Virgen de los Dolores del Puente presenciando una realidad de las que te sonrojan como malagueño.
Dice mucho de quien haya elegido el lugar. De su conocimiento de Málaga y de sus intereses. Intolerable de cualquier manera.
Pero llega la segunda parte. Llega la responsabilidad. Lo difícil y complicado.
En este punto es en el que voy a hacer el desmarque.
Es evidente que el concejal Caneda es responsable. Si lo ha organizado él, ¿Será su culpa, no? Eso está claro. Pero más allá de que el resultado no es bueno y de que no lo ha hecho bien –a la vista está-, ¿Qué pretendes que haga? ¿Pretendes que Caneda te recoja la bolsa del botellón que TÚ dejas en el suelo? ¿Pretendes que Caneda llene las casetas que TÚ no pisas? ¿Pretendes que Caneda eduque desde chico a toda la muchachada de Santo Domingo? ¿Debe Caneda enseñarle a los niños qué es Santo Domingo a diario o lo debe hacer su padre? ¿Se pueden pedir explicaciones mientras bebes en una plaza y se te derrama el vinillo al suelo? ¿Es su culpa que se te derrame? ¿Y si te mueves de verdad? ¿Y si no participas de algo en lo que no crees? Mira a tu alrededor y contempla cómo todo el mundo hace lo mismo. El personal va a la feria del centro. Lo hace a su manera y cuando vuelve después de haber hecho más de una “travesura cívica” coge el ordenador y despotrica contra el concejal. Me imagino la estampa: ¡Caneda ere un irresponzable! Todo eso escrito con un gorro rosa puesto y los pies negros de vino pegajoso. Así en la vida arreglaremos nada. Todo empieza por dejar de participar. Dejar de circular por el carril que criticas. La facturación de las discotecas del centro os aseguro que no será mala. ¿Por qué? Porque las abarrotáis a diario. Así nunca cambiará.
Puedo hacer una lista de comentarios graciosos, reales y justificados sobre Caneda y su actuación y capacidades de gestión de una feria. Y lo aplaudiríais seguro. Puedo hablar de los chanchullos de los dueños de la noche malacitana y de cómo consiguen mantenerse como dueños de la feria multiplicado por tres. Pero no tengo ganas porque eso ya lo sabemos todos. Y así, insisto, no se consigue nada.
También podría hablar del ruido. De las bandas. Del doble rasero a la hora de medir los decibelios según quién los emita. Pero también debería ser justo y plantearme otras opciones. También podríamos pensar qué pasaría si las casetas de la plaza de la Constitución o incluso Santo Domingo estuvieran explotadas por otras personas. Por ejemplo por alguna Cofradía. ¿Seríamos iguales de protestones? Seguramente no. O puedo pensar qué pasaría si la caseta del PP en el centro fuera la del PSOE. ¿Hablarían unos de igual manera de los otros? Ni de lejos.
Al final todo se resume en educación y ganas de cambiar. Yo quiero que se cambie. Seguramente el resultado más eficaz a día de hoy para mí es que eliminaran la feria del centro. El formato ha caducado y ahora mismo no funciona. Es malo. Pero no tendría sentido pedir su cambio mientras das botes en la plaza de Uncibay o mientras te partes de risa porque un mendigo al borde del coma etílico se desnuda en Madre de Dios. Eso es trampa. Eso es hablar de boquilla. Es malgastar saliva.
La culpa es de Caneda. Pero antes es del Alcalde. Pero antes, mucho antes mucho antes, es tuya. Que eres quien ocupa las calles y dejas ese resultado.
Quitar churretes a otros teniendo la boca llena de ellos es complicado.
Entre Caneda y tú, mejor déjalo en empate.
Viva Málaga.
Pues no has tirado por alto, “niná”:
“Al final todo se resume en educación y ganas de cambiar”
Que es justo, lo que menos quieren para nosotros. Si nos educan y nos forman, nos daríamos cuenta que, estos dirigentes políticos, no es lo que queremos y, entonces, sí que querríamos el cambio. Pero un profundo cambio
de verdad hay algún merdellón que haya criticado el lugar del botellón? almenos los que yo conozco que lo han criticado (en twitter) no han ido a beber alli.
La foto que ilustra el post es tremenda pero lo peor de todo es que era muy previsible. Mira que soy ateo pero la gente meando en la pared de Santo Domingo me resulta atroz, deberían haber elegido otro sitio ¿cual? ni idea.
Por otro lado no me imagino yo a la clientela de ese lugar criticando al concejal en internet básicamente porque supongo que tienen poco o nulo interés en la política en general. He visto bastantes críticas de periodistas o tuiteros gurús que en general reniegan de la feria con o sin Caneda, son demasiado fisnos y si los sacas de la terraza del AC o similares sienten miedo del vulgo.
Hay mucho cafre, y la solución ideal viene de la educación en casa y en la escuela pero entonces ¿porque viene aquí un guiri y la lía aún más que los españoles? Porque se le permite y en su país no.
Saludos.